La tecnología en los lavarropas avanzó a pasos agigantados en los últimos años, ofreciendo electrodomésticos cada vez más inteligentes y eficientes. Sensores inteligentes, algoritmos avanzados y materiales de última generación permiten optimizar cada ciclo de lavado, ajustando automáticamente el consumo de agua y energía según la carga y el tipo de tejido.
Esta innovación no sólo se traduce en un ahorro económico significativo, sino también en un menor impacto ambiental, al reducir el consumo de recursos naturales.
A pesar de que los lavarropas modernos ofrecen una amplia gama de funciones diseñadas para facilitar la vida de los usuarios y cuidar el planeta, la gente echa mano a los programas más utilizados. Sin embargo, un pequeño detalle puede marcar una gran diferencia en el consumo de energía y, por ende, en la factura de luz. Según expertos, activar esta función puede llegar a reducir el gasto energético en más de un 60%.
El botón del lavarropas que ahorra más del 60% en luz
Uno de los programas más utilizados es el lavado a 40 grados centígrados porque el agua está lo suficientemente tibia para dejar la ropa limpia pero no está muy caliente, con lo que no daña las prendas.
Pero lavar la ropa a 30 grados centígrados puede proporcionar un resultado similar y consume la mitad de electricidad, lo que se puede reflejar de forma significativa en la factura.
Otra recomendación de los expertos para reducir el consumo en la boleta de luz es evitar el programa de prendas delicadas, que es el peor porque es el que mayor consumo de agua requiere y, por tanto, uno de los que más aumenta el precio de las facturas. Además, resulta perjudicial para el medio ambiente. Asimismo hace que la ropa se deteriore más rápido, lo que supone un gasto extra.
Consejos para aprovechar al máximo el ahorro de energía
- Separar la ropa. Clasificar la ropa por color y tipo de tejido para evitar realizar lavados con cargas pequeñas y utilizar programas inadecuados.
- Utilizar la carga máxima. Llenar el lavadora al máximo en cada ciclo, siempre y cuando las prendas puedan lavarse juntas.
- Evitar los prelavados. A menos que sea estrictamente necesario, omitir el ciclo de prelavado, ya que consume agua y energía adicionales.
- Aprovechar el secado al aire libre. Siempre que sea posible, secar la ropa al aire libre en lugar de utilizar una secadora.
- Descalcificar el lavadoras. Los sedimentos que se acumulan en el calentador dificultan el calentamiento del agua y también pueden hacer que el dispositivo no funcione correctamente.