La guardia del 6 y del 7 de junio de 2022 en el hospital Materno Neonatal de la ciudad de Córdoba marcó el final de las dudas: esa noche, esos dos días, hubo cuatro ataques criminales en el hospital; dos con resultado de muerte, dos que por poco no.
De esos días son las primeras dos denuncias en la Unidad Judicial 18, que recayeron en la fiscalía de Jorgelina Gutiez, subrogada entonces por Silvana Fernández. Esas denuncias, incompletas y faltas de contexto, según la acusación, fueron las únicas que salieron motorizadas desde el sistema de salud provincial. Las hicieron una médica de guardia y un policía que estaba de adicional en el Neonatal.
El ministro de Salud provincial, Diego Cardozo, asegura que se enteró por primera vez de muertes sospechosas en el hospital con el estrépito de esta guardia. Buena parte de su defensa consiste en descartar que sabía algo antes y en defender lo que hizo apenas se enteró: intervino el hospital, ordenó separar agentes, inició una investigación administrativa y pidió que se judicializara y se siguiera el resultado de las autopsias de los dos casos que ya estaban en conocimiento de la fiscalía.
Desde que se retiró el 7 de junio del hospital, la principal acusada por los homicidios, la enfermera Brenda Agüero, nunca volvió a trabajar en el centro de salud. Primero fue licenciada junto a una veintena de otros trabajadores; luego se le dieron vacaciones no gozadas para que no regrese y fue detenida el 19 de agosto de 2022.
En el juicio, Claudia Ringelgheim, exjefa de Tocoginecología del hospital, dijo que ese 7 de junio ya estaba la línea de casos. Eso fue descartado, entre otros testimonios, por la médica Adriana Moralez, encargada del Comité de Seguridad del Paciente, quien trabajó junto a la jefa de Neonatología, Marta Gómez Flores, en ese historial de casos que es el que finalmente llegó al juicio y que el Ministerio de Salud entregó al segundo fiscal del caso, Raúl Garzón.
El día en que estalló el hospital; el día en el que algunos médicos pidieron a los gritos a la directora, Liliana Asís, que cerrara el Centro Obstétrico, ese día es el punto cúlmine de la saga: los ataques a repetición, esa guardia, ya no pudieron ser ignorados o enmascarados en una explicación diferente a que en ese lugar había una persona que estaba matando bebés. Lo que hasta ese momento –según cuentan exfuncionarios, exdirectivos, médicos y enfermeros testigos– era inconcebible, impensable, imposible de comprender. En la guardia del 6 eso se volvió evidente y ya imposible, esta vez, de negar.