La línea de tiempo en el caso de la detención por abuso sexual del máximo responsable de la sede del movimiento Shoenstatt en la ciudad de Córdoba, Patricio Cruz Viale, tiene una fecha clave: la que marca el momento en el que la Iglesia Católica tomó conocimiento de la denuncia.
El presunto “abuso sexual ultrajante agravado por ministerio de culto” que le endilga el fiscal Juan Ávila Echenique a Cruz Viale habría ocurrido en los primeros días de enero de este año. Fue, según la denuncia, en el propio despacho del sacerdote en la sede de la congregación, en barrio Alto Palermo, sobre avenida Rafael Núñez, en el sector que se conoce en Córdoba como “la subida del Cerro”. No se trató de una violación, sino de un abuso sexual, que fue más allá de tocamientos pero no incluyó un acceso carnal, aclararon distintas fuentes de la investigación.
La mujer, de 46 años, que atravesaba un cuadro delicado de salud, recién comentó a su entorno íntimo lo que había ocurrido con el sacerdote -que es amigo de la familia, además- en una fecha que tiene otras resonancias: el 24 de marzo de este año.
En la semana que siguió, la mujer -de quien se preserva su identidad para evitar su revictimización- habló con otros referentes del movimiento católico y fue al Arzobispado, donde recibieron y tomaron nota de su caso, según confió un abogado del estudio jurídico que tomó la representación de la víctima.
Recién en septiembre, dos meses atrás, la mujer fue a la Justicia.
El fiscal Ávila Echenique solicitó al Arzobispado que comparta los hallazgos de la investigación preparatoria eclesial, a la vez que solicitó que se le informe “si existe o existía" algún otro proceso en la Iglesia contra Cruz Viale.
El vicario judicial de la Iglesia de Córdoba, padre Osvaldo Morero, confirmó a La Voz que en el momento en que el fiscal ordenó la detención de Cruz Viale ya existía una investigación eclesiástica en curso, en una etapa embrionaria en la que se estudia si hay elementos suficientes para iniciar un proceso acabado.
El caso de Cruz Viale presenta una particularidad: si bien el obispo diocesano es el responsable máximo de lo que ocurre en su diócesis, Schoenstatt -como otros movimientos que cuentan con bendición papal- goza de una importante autonomía y en la práctica son los superiores provinciales quienes tienen gobierno completo sobre lo que ocurre en cada congregación.
“La Iglesia está llevando adelante los trámites canónicos de rigor para un proceso justo y equilibrado, en el que se preserven los derechos de las presuntas víctimas y del acusado”, dijo Morero.
“Córdoba ya ha organizado una oficina para la recepción de todas las posibles denuncias, de todas las consultas que se necesiten y se ha organizado un protocolo de actuación de cómo proceder en cada institución en el caso de que se sospeche de un delito. Se hace una investigación, en el fuero canónico; otro es el fuero civil y otro el penal. Mientras tanto, y de acuerdo a la gravedad del caso, está la potestad de imponer o no algunas restricciones en el ejercicio del ministerio. Por ejemplo, restringir la celebración de los sacramentos o no”, describió el sacerdote encargado por el cardenal Ángel Rossi para hablar de este tema.
En este caso, sin dar mucha precisión y diciendo que habían tomado noticia del caso con la detención -algo que los abogados de la denunciante y desde el propio Arzobispado de Córdoba desmienten-, el superior del movimiento de Schoenstatt en el país, Javier Pol, firmó un comunicado dirigido a la feligresía el sábado pasado, cuando fue apresado Cruz Viale.
“Con profundo pesar, informamos que en diversos medios públicos se ha reportado la detención de un sacerdote de nuestra comunidad. En un ejercicio de transparencia y compromiso con la verdad, la Comunidad de los Padres de Schoenstatt confirma que hemos recibido una denuncia contra el padre Cruz Viale, realizada por una mujer mayor de edad. Esta denuncia se ha presentado tanto en la Justicia penal ordinaria como en el ámbito canónico. Desde el primer momento, nos hemos puesto plenamente a disposición de las autoridades judiciales y eclesiásticas para que investiguen el caso con la debida imparcialidad y rigor. Asimismo, hemos procurado acompañar al padre Cruz, asegurando un proceso justo y respetuoso de la presunción de inocencia“, publicaron desde el movimiento, un mensaje que se replicó en las distintas misas que se celebraron en el ”santuario” de Córdoba.
Además del santuario, el movimiento tiene en Córdoba una capilla en Villa Warcalde y muy cerca de allí, un colegio, María de Nazareth. Se le consultó a la representante legal de esa institución, Andrea Areta, qué rol cumplía el sacerdote en la escuela y si había alguna denuncia previa contra él. Por WhatsApp, esgrimiendo estar ocupada en reuniones, dijo: “Él no ocupa ningún rol en el colegio; por lo tanto, no sé nada al respecto”. Las repreguntas no fueron contestadas.
Cruz Viale quiere declarar
El sacerdote designó al abogado penalista Ignacio Carranza como su defensor. Carranza contó a La Voz que se comunicó telefónicamente con su cliente, se mostró tranquilo y quiere dar su versión de los hechos.
“Hasta el momento no hemos podido acceder al expediente para conocer en detalle la acusación”, dijo. Y agregó: “Le pedimos al fiscal Ávila Echenique una declaración indagatoria y nos prometió concretarla en la brevedad”.
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El padre Patricio Cruz Viale fue apresado en la propia sede de la congregación en el barrio Cerro de las Rosas, de la Capital provincial.
Carranza también comentó que Viale fue durante varios años acompañante espiritual de la denunciante por lo que se supone una relación de confianza entre ellos.
Finalmente, aclaró que fue el mismo sacerdote denunciado quien se puso en contacto con él para que lo represente en la causa, decisión de la que no tuvo intervención la comunidad religiosa a la que pertenece.
