A medida que las personas envejecen va disminuyendo tanto la calidad de su sueño como su efecto reparador. Este cambio afecta a la salud, alterando el sistema inmune y los niveles de estrés, además de dañar el estado cerebral. Moverse demasiado en la cama, tener un sueño fragmentado y menos profundo, o tardar más tiempo en dormirse son síntomas de un descanso deficiente que, con el tiempo, puede acortar la esperanza de vida.
El sueño no es sólo un descanso del día, sino un proceso vital en el que el cerebro se regenera, el metabolismo se equilibra y el cuerpo se repara. Sin embargo, el ritmo de vida actual y el uso excesivo de pantallas afectan la calidad del descanso.
Mariel Mejuto, coach y facilitadora, explora la importancia del sueño y brinda estrategias efectivas para mejorar su calidad.
Por qué el sueño es esencial para la función cerebral

Dormir bien no es un lujo, sino una necesidad biológica. Durante el descanso nocturno, el cerebro lleva a cabo procesos clave como la consolidación de la memoria, la eliminación de toxinas y la regulación emocional.
Un sueño deficiente puede generar:
- Fatiga crónica
- Falta de concentración
- Aumento del estrés y la ansiedad
- Mayor riesgo de enfermedades cardíacas y metabólicas
- Disminución del sistema inmunológico
Estudios recientes demostraron que el insomnio y la falta de sueño pueden afectar el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo. Además, dormir poco está vinculado con un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Factores que afectan la calidad del sueño
Existen diversas razones por las cuales las personas no logran un descanso reparador. Algunas de ellas incluyen:
- Ritmos circadianos alterados: cambios en los horarios de sueño afectan el reloj biológico.
- Exposición a pantallas: la luz azul de los dispositivos electrónicos reduce la producción de melatonina.
- Estrés y ansiedad: los pensamientos acelerados dificultan la relajación.
- Mala alimentación: el consumo excesivo de cafeína y azúcares afecta la calidad del sueño.
- Ambiente inadecuado: una habitación ruidosa o demasiado iluminada interfiere con el descanso.
Cómo mejorar la calidad del sueño: consejos prácticos
Mejuto enumera algunos consejos extraídos de su último libro Tu mejor versión profesional y emprendedora (Planeta).
- Ir a dormir y despertar a la misma hora todos los días refuerza los ritmos circadianos y mejora la calidad del sueño.
- Evitar el uso de celulares, computadoras y televisores al menos una hora antes de acostarte. Optar por una actividad relajante como la lectura o la meditación.
- Usar cortinas opacas para bloquear la luz, mantener la habitación fresca, con una temperatura entre 18 y 20°C y usar ropa de cama cómoda y transpirable.
- Reducir el consumo de cafeína, alcohol y comidas pesadas en la noche. Optar por infusiones relajantes como la manzanilla o la valeriana.
- Un baño caliente, ejercicios de respiración o yoga pueden ayudar a preparar el cuerpo para el descanso.
- Si al acostarse surgen pensamientos recurrentes, intentar escribir en un cuaderno las preocupaciones para despejar la mente antes de dormir.