La Cámara Contencioso Administrativo de Segunda Nominación admitió el recurso de amparo ambiental presentado por los vecinos de barrio Villa Belgrano, por el que solicita que se detengan los emprendimientos inmobiliarios en ese sector del noroeste de la ciudad de Córdoba.
La decisión judicial no implica dar lugar a la medida, sino que acepta que la acción presentada por los demandantes cumple con los requisitos para que sea evaluada por la Cámara. La resolución lleva la firma de los camaristas María Puigdellibol y Daniela Sosa.
“Los vecinos de Villa Belgrano estamos conformes y expectantes de que la Justicia esté dando rápidamente los pasos en la resolución del reclamo que hace años venimos haciendo al municipio por nuestro barrio”, afirmo Sofia Gnappi, una de las vecinas que promovió, a través del centro vecinal, la acción judicial.
“Este es un paso muy importante en ese sentido. Seguiremos haciendo lo necesario en la defensa de nuestro barrio, nuestro ambiente y nuestra calidad de vida”, agregó.
Ahora, la Cámara debe entrar en la etapa del análisis de lo presentado para decidir si acepta el amparo, lo que implicaría la paralización de los desarrollos inmobiliarios en el barrio.
Qué dice el amparo
La presentación busca que el Tribunal ordene a la Municipalidad abstenerse de otorgar nuevas autorizaciones para proyectos inmobiliarios, como viviendas colectivas, condominios y centros comerciales en el barrio, ya que entienden que no cumplen con las normativas ambientales y urbanísticas vigentes. También se señala una omisión inconstitucional por parte del municipio en la preservación del ambiente a través de un urbanismo sostenible.
En cuanto a los proyectos que ya tienen autorización pero aún no se han construido, se solicita su revisión en términos de legalidad y sustentabilidad, con la posibilidad de su readecuación o revocatoria si es necesario. Para los proyectos en proceso de construcción, se exige una revisión y la posible demolición si no se ajustan a las autorizaciones otorgadas.
Los demandantes argumentan que estas medidas son necesarias “para detener la degradación del ambiente y preservar el derecho a un ambiente sano y equilibrado, consagrado en la Constitución Nacional”.
Además, solicitan una medida cautelar que suspenda inmediatamente la construcción de obras autorizadas que estén en trámite o en proceso en el barrio, y que no se autoricen nuevos proyectos en la zona hasta que se resuelva el caso en su totalidad.
También piden que la Municipalidad se abstenga de autorizar la modificación o demolición de inmuebles históricos o con valor de patrimonio cultural, así como la remoción del arbolado en la zona. Además, instan a que se evite la aprobación de proyectos que estén fuera de la normativa de uso de suelo y que se concedan “excepciones” a través de convenios urbanísticos.
Como parte de la medida cautelar, se solicita acceso a la información sobre proyectos inmobiliarios cuestionados y la copia de los expedientes administrativos relacionados con ellos. También se busca obtener un listado público de proyectos aprobados bajo excepciones en los últimos 10 años y las condiciones de concesión de estas excepciones a las empresas.
La demanda subraya la importancia de preservar el entorno natural y cultural del barrio y busca garantizar un desarrollo urbano más sostenible y en línea con las regulaciones ambientales y urbanísticas.
Discusión en el Concejo
Todo esto se da mientras en el Concejo Deliberante se debate un proyecto de ordenanza que, según sus autores, busca dar solución a los reclamos vecinales.
La propuesta modifica la ordenanza 8.256 de ocupación del suelo. El principal cambio es que Villa Belgrano pasa de ser zona F y F1 para convertirse en F5. El proyecto está firmado por los ediles Marcos Vázquez, Pablo Ovejeros y Pedro Altamira, todos de Hacemos por Córdoba, la bancada oficialista, y se está debatiendo en la comisión de Desarrollo Urbano.
El proyecto modifica varios artículos, convierte todo Villa Belgrano en zona F5: las viviendas colectivas sólo se pueden construir en parcelas de más de 5 mil m2 (en lugar de los mil del F y los 2.500 del F1), con un frente mínimo de 40 metros y cuyos fondos den al Suquía.
