Pese a ser sujetos de derechos, los discapacitados motrices y visuales a veces sufren discriminación en las calles. No videntes y personas que se movilizan en sillas de ruedas en la ciudad de Córdoba advierten que son ignorados por algunos choferes del transporte, en especial taxistas. Alegan que no los quieren subir porque van acompañados por un perro, porque el vehículo no es apto o porque el seguro no los cubre.
Los taxistas están molestos y plantean que no todos los choferes tienen actitudes discriminatorias, y sugieren a los discapacitados que denuncien a quienes no los quieren trasladar.
Sobre los 4.663 taxis que existen en la Capital, 204 (cuatro por ciento) son licencias especiales concedidas en la gestión del ex intendente Germán Kammerath para el transporte de personas con discapacidad permanente o transitoria. Quienes conducen estos taxis están obligados a llevar a los discapacitados que lo soliciten, previo a lo cual deben haber aprobado un curso de primeros auxilios y tratamiento de personas con discapacidad. Igualmente, pueden trasladar a usuarios comunes.
Para el municipio, la proporción de taxis especiales es adecuada. Sin embargo, usuarios con problemas motrices observan que los taxis que cumplen el servicio y los llevan "son pocos". También hay críticas por las reducidas dimensiones de los vehículos habilitados para discapacitados.
Patricia Espejo, de la Fundación Reumatológica Strusberg, opinó que no hay suficientes taxis para discapacitados en Córdoba. "Se cuentan con los dedos de la mano los taxis que llevan el sombrerete azul", cuestionó. Entiende que "la discapacidad en el transporte no se contempla".
En ese sentido, puso un ejemplo: "Semanas atrás un taxista no quiso subir a una mujer mayor en silla de ruedas en la parada del Sanatorio Allende sobre calle Laprida; esto pasa seguido".
Controles. El director de Discapacidad municipal, Javier Torresi, admitió que "es complicado" controlar si un taxista sube o no a un discapacitado cuando éste lo requiere. "Hay choferes de colectivos, taxis y remises que hacen como si no vieran a estas personas y no frenan, cuando su obligación es trasladarlos y asistirlos si lo necesitan", reconoció.
Torresi dijo que los taxistas son pasibles de sanciones si inspectores municipales detectan que no quieren llevar a personas con discapacidad o si recaen denuncias (comprobables) sobre ellos por la misma razón.
La ordenanza que estipula un servicio de "autotaxi para personas con capacidad diferente" es la 10.270 y exige que el taxi adhiera a centrales de radio.
Esta misma ordenanza no obliga a los remises a transportar a discapacitados. Salvo excepciones, no hay remises adaptados con ese fin, aunque en la ciudad existen más de tres mil chapas verdes.
El 29 de abril pasado se aprobó la ordenanza 11.758 de perros de asistencia para discapacitados, que obliga a choferes de ómnibus urbanos, taxis y remises a transportar a los ciegos que suban a esos vehículos con un perro guía en buenas condiciones de salud e higiene. Su autor es el edil Lucas Rodríguez.
Días antes, el 14 de abril, se había aprobado la ley provincial 9.775 de perros guías, que destaca que "toda persona ciega que transite con su perro lazarillo o guía puede usar el transporte público o privado de acceso público libremente".
Aclaración. El remisero Edgard Gavio aclaró que la notificación municipal que los obliga a transportar a no videntes con perros lazarillos se recibió "en los últimos días". Es decir, hasta ahora la ordenanza no se venía cumpliendo. Por eso, el concejal Rodríguez pidió a la Municipalidad que "la haga cumplir".
La nueva ordenanza consigna que los ciegos deben sentarse en la butaca trasera del vehículo de alquiler y los perros de asistencia junto a sus pies, en el piso.
Cómo deben ser los “taxis especiales”
Butaca giratoria. En un taxi, el asiento delantero del acompañante debe girar 90 grados para permitir el acceso de la persona discapacitada.
Baúl libre. No debe poseer tubos de gas en su interior, para que haya espacio para cargar sillas de ruedas.
Puerta lateral. Debe abrirse un poco más de lo normal (a 80 grados) para facilitar el ingreso al habitáculo del vehículo.
Identificación. Los taxis llevan un sombrerete azul en el techo y un logo en la puerta derecha trasera (también azul) con la figura de la silla de ruedas.
