Un grupo de investigadores superiores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) del distrito Córdoba difundió un documento en el que advierte un grave deterioro del sistema científico tecnológico nacional.
El llamado toma relevancia en medio de la crisis que padece el sector de la ciencia y la tecnología en Argentina, a raíz de los recortes del Gobierno nacional que obliga a investigadores a abandonar sus carreras por falta de recursos para sus tareas o por los bajos salarios.
La carta abierta lleva el título de “La ciencia argentina en peligro: un llamado urgente a la sociedad y al gobierno”.
En ella, los investigadores plantean que la trayectoria científica argentina “fue posible gracias al Estado y al pueblo”. Y advierten las consecuencias negativas por la falta de una “política científica nacional” que repercutirá en la población “en el corto y largo plazo”.

Además, aseguraron que el bienestar de los habitantes de Argentina, las posibilidades de actuar adecuadamente frente a contingencias imprevisibles y las posibilidades de desarrollo están estrechamente ligadas a la inversión en ciencia, en tecnología y en innovación.
“Argentina cuenta con recursos humanos de excelencia y muy buenas capacidades científicas construidas durante décadas, que hoy están en riesgo”, sostuvo el geólogo Ricardo Astini, investigador superior del Conicet en el Cicterra (Conicet -UNC) y Premio Konex de Platino 2023.
En Córdoba hay 21 investigadores superiores que están en actividad, a cargo de institutos y grupos de investigación.
Panorama crítico

Los investigadores de mayor rango detallaron el escenario de emergencia del sistema: desfinanciamiento progresivo, suspensión de fondos para investigaciones científicas y desarrollos tecnológicos; la reducción de las posibilidades de formación de jóvenes investigadores, la paralización de nuevos ingresos a la carrera científica y la imposibilidad de cubrir vacantes por jubilaciones y renuncias. Suman a ese cuadro la depreciación salarial sostenida, que calculan en un 36% desde noviembre de 2023.
Ante este panorama, Astini indicó a La Voz que la calidad de vida de los científicos se vio drásticamente afectada, lo que provocó angustia, deserción y el éxodo al exterior de numerosos jóvenes investigadores que acreditan una capacitación de excelencia.
Datos que duelen
Desde diciembre de 2023 a marzo de 2025, se fueron del Conicet 1.513 investigadores y personal auxiliar, de un total de 28 mil que formaban parte del organismo nacional.
En Córdoba, hay 2.700 investigadores distribuidos en 43 unidades ejecutoras: 25 en Córdoba capital, y el resto entre Río Cuarto y Villa María.
El 10% de ese total manifiesta hoy intenciones de migrar al exterior, y el 15% plantea dejar el organismo estatal o solicitar licencias. Y quienes se quedan viven condiciones de sobrecarga laboral, señala el documento.
“Esta situación sucede en todas las provincias. Nos están asfixiando por la falta de financiamiento y por recortes en los sueldos”, expresó Astini.

Como consecuencia, numerosos grupos de investigación, con fuerte proyección aplicada, se están desarticulando en Córdoba y en el país.
“Este proceso amenaza el conocimiento genuino que necesita un país ya que constituye la base para ser más independiente y soberano, para poder decidir estrategias de desarrollo tecnológico y generar valor agregado en su producción”, sostuvo Astini.
Al mismo tiempo –sumó– se desacredita socialmente el trabajo científico, se deslegitima su función y se promueve una narrativa que erosiona el vínculo de confianza entre ciencia y sociedad.
Mientras se transita este deterioro progresivo del sistema científico nacional, Astini remarcó que los numerosos logros conocidos demuestran que la ciencia y la tecnología desarrolladas en el país no representan un gasto, sino una inversión estratégica con múltiples impactos en el conocimiento y un beneficio para la sociedad.
Sin financiamiento
“Es importante dejarlo claro: no hace falta cerrar las instituciones científicas para que dejen de funcionar, basta con asfixiarlas económicamente”, indicó Astini.
Actualmente, el financiamiento real para ciencia y tecnología cayó a un 0,15% del PBI, cuando la ley 27.614 de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación establece como objetivo un mínimo del 1% del PBI para 2030.
“Es la mayor caída de los últimos 20 años”, indicó el investigador.

Además, reconoció que el Gobierno de Córdoba creó un fondo específico semanas atrás para que los investigadores cordobeses, tanto del Conicet como de otros organismos nacionales como Inti e Inta, cuenten con algún financiamiento provincial y sus proyectos no queden truncos.
“Son muchísimos los estudios que eran financiados por el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (Foncyt)”, agregó Astini. Ahora, se encuentran sin aportes.
A la vez, detalló los sueldos que perciben los científicos: apuntó que los investigadores superiores perciben alrededor de $3 millones; los investigadores principales, cerca de $2 millones y los asistentes alrededor de $1,5 millones. Los becarios rondan entre $700 mil y $800 mil pesos mensuales.
“En relación a las políticas de planeamiento y su financiamiento, es la Nación quien debe generar el plan estratégico. Aunque, evidentemente las provincias pueden generar líneas de financiamiento más territoriales, pero la responsabilidad central es del Gobierno nacional”, indicó Astini.
La carta de los científicos cordobeses interpela a la sociedad y aborda el futuro de los jóvenes y sus expectativas.
Protestas
Conicet viene desarrollando asambleas desde hace dos meses para direccionar los planes de lucha en defensa del sistema científico.
Este 6 de agosto marcharán junto a los jubilados y colocarán stands en plaza San Martín para difundir la crítica situación por la que atraviesan. Y el 7 de agosto se sumarán al paro de los gremios Adiuc y Ate-Conicet, con varias acciones de protestas, en Ciudad Universitaria de Córdoba.