“Ese día no recuerdo si Alejandro (Escudero Salama) habló de la gravedad de las lesiones, de si había muertos o no, ni de cantidad de casos. Sólo que estaban preocupados por la situación”.
“No habló de sospechas de alguien o de algo”.
“No dijo dónde eran estos pinchazos, pero sí me dijo que estaban analizando toda la situación”.
En su declaración ante el fiscal Raúl Garzón, el director del Instituto de Medicina Forense, Moisés David Dib, mostró una memoria muy selectiva de lo que se conversó en la reunión con el fiscal Guillermo González y el abogado Alejandro Escudero Salama, quien por entonces era subdirector de Gestión Hospitalaria del Materno Neonatal.
Garzón lo escuchó y transcribió lo que se dijo en una denuncia penal, para que se investigue si su par González incurrió en el delito de “omisión de deberes de funcionario público”, al no denunciar. La Voz accedió al escrito que envió Garzón con la declaración del experimentado forense que dirige la morgue judicial.
En su relato, no recordó Dib si Escudero Salama mencionó ese 16 de junio, a las 11, que ya había dos muertes de bebés en el hospital y otros cinco eventos sospechosos, pero sí, con detalle, cómo fue convocado a esa junta y cómo se presentó el abogado que venía por el hospital, a quien no conocía hasta ese momento.
“Todo empezó el 11 de mayo cuando el fiscal (González) me llamó por teléfono y me dijo que quería una reunión por un tema importante y no me dio más información. Por eso, nos juntamos el 16, creo que fue lunes, en la fiscalía, cerca de las 11. Cuando llego, estaba el fiscal con este abogado Alejandro, que me dice que había pertenecido al Ministerio de Justicia; que luego lo pasaron al Ministerio de Salud y que ahora estaba en el Hospital Materno Neonatal; que él tenía experiencia en investigar casos de derechos humanos y había trabajado en organismos internacionales”, precisó Dib.
Del tema concreto, esto declaró: “No me explicó qué hacía actualmente y de manera puntual en el hospital; sí me transmitió como preocupación que había casos en el hospital de recién nacidos que tenían pinchazos, lesiones, que no se podían explicar”.
Dib dijo un par de veces en ese relato ante Garzón que recomendó a Escudero Salama que denunciara. “Me preguntó qué podían hacer y yo le dije que por fuera del Poder Judicial no podíamos hacer nada sin una denuncia. Me preguntó qué se podía estudiar en esos casos y le dije que si había lesiones podía biopsiarse para tratar de diagnosticarla, tener completa la historia clínica, pero le aclaré que era difícil establecer ello sin una hipótesis de lo que podía estar pasando”, narró.
Sugirió, en ese momento, que se haga vigilancia por video. “Le dije que ellos podían también instalar cámaras de vigilancia en la Neo para ver si veían algo raro”.
En su testimonio, Dib dice que no sólo él, sino González, sugirieron a Escudero Salama denunciar de inmediato lo que estaba ocurriendo. “El fiscal le dijo que lo primordial era hacer la denuncia y que lo mejor era que la investigación se centralizara en una sola fiscalía, fuera la de él u otra, para que la investigación fuera única y no se superpusieran líneas diferentes”, comentó, esto sí en detalle, el forense.
Este relato de Dib es el que dio inicio a la causa que recayó en el fiscal Iván Rodríguez. Para Garzón, debería investigarse si hay hechos delictivos encuadrables en la “comisión de un delito ejecutado por otro, en el que no hubiere participado y no denunciare o no individualizare al autor cuando estuviere obligado a promover la persecución penal”, apuntando, en primer término, a su colega González.
Rodríguez aclaró que los tres participantes de esa reunión serán investigados.
Ninguno habla.
Poco avance judicial
No se conocen avances en la instrucción. Rodríguez advirtió el 1° de septiembre, en la conferencia de prensa que siguió al momento en que se conoció esta denuncia de un fiscal contra otro fiscal, que llevará tiempo y que nadie espere noticias con urgencia. Rodríguez tiene que definir, en una investigación preliminar, si hay elementos para que se investigue a González, porque si entiende que existen, esa tarea la debe realizar un juez de control, no él.
Rodríguez trabajó en la investigación desde el 30 de agosto hasta el viernes 2. Desde el lunes está de licencia “por razones particulares” por 10 días corridos. Regresa el próximo miércoles 14, pero por poco tiempo, porque pidió a la Fiscalía General otros 10 días de licencia por otras razones particulares a partir del martes 20.
No parece algo inusual dentro de Tribunales que fiscales que tienen causas que son “brasas calientes” se vayan de licencia. Desde este lunes tomará 10 días de licencia, también por razones particulares, Ingrid Vago, quien tiene a su cargo la investigación por presunto abuso sexual del ahora exdirector del Hospital de Niños de la provincia, Juan Ledesma.
El esquema de subrogación de Rodríguez establecía que debía dejar sus causas activas para la firma de la fiscal Silvana Fernández, pero otra vez la Fiscalía General intervino y se remitió la continuidad de la instrucción a otro fiscal: Marcelo Fenoll.
Se dice “otra vez” porque Fernández ya debió ceder la causa principal por la muerte de bebés a Raúl Garzón, a pesar de que, como subrogante de Jorgelina Gutiez, fue quien recibió las dos primeras denuncias, efectuadas en la Unidad Judicial 18 el 6 de junio por médicas de guardia del hospital, por dos muertes sospechosas de bebés sanos hijos de mamás sanas. Y cuando un ciudadano no identificado llevó sus sospechas el 7 de julio a la fiscalía de Garzón, el fiscal General Juan Manuel Delgado unificó todo en su despacho.
