La morosidad en los créditos a familias alcanzó en agosto el 6,6% del total financiado, el nivel más alto desde que el Banco Central (BCRA) inició la serie en 2010. El indicador total de irregularidad del sistema financiero se ubicó en 3,7%, acumulando ocho meses consecutivos en aumento.
Según el informe oficial, la suba respecto de julio fue de 0,5 puntos, mientras que comparado con agosto de 2024 el incremento fue de 2,1 puntos. Las líneas de crédito más afectadas son los préstamos personales y las tarjetas de crédito.
Préstamos personales y tarjetas: máximos históricos
En préstamos personales, la morosidad creció un punto en agosto y llegó a 8,2% del total, con un aumento acumulado en 2025 de 4,9 puntos. En tarjetas de crédito, la irregularidad se ubicó en 6,7%, duplicando la cifra de abril (3,2%) y marcando un récord histórico en la serie oficial.
“El indicador de mora para los préstamos a las familias alcanzó 6,6%, mientras que el coeficiente de irregularidad de las financiaciones a las empresas se situó en 1,4%”, detalló el BCRA en su informe mensual.
Impacto en bancos y segmentación por entidad
La morosidad afectó a todos los grupos de entidades financieras, pero los bancos privados de capitales nacionales presentan el mayor nivel de exposición, con un 4,3% del total de créditos. En los bancos privados extranjeros el ratio llegó a 3,5% y en las instituciones públicas a 3,3%.
Desde las entidades resaltan que, aunque el aumento es lógico ante la expansión del crédito, los recortes recientes en las ofertas de financiamiento y las tasas más altas limitaron la creación de nuevos préstamos.
Créditos hipotecarios y prendarios: un comportamiento más estable
Las líneas de crédito con garantía real mostraron mejor desempeño. Los préstamos hipotecarios a familias mantuvieron la morosidad en 0,9%, mientras que los créditos prendarios crecieron 0,4 puntos, alcanzando 4,3% del total y marcando un pico para la serie que inicia en 2010.
En el segmento empresas, la morosidad también comenzó a subir. En agosto, alcanzó 1,4% del total de financiaciones, duplicando el nivel de diciembre de 2024. Los créditos de corto plazo fueron los más afectados, con un aumento de 0,3 puntos, mientras que los préstamos hipotecarios corporativos bajaron 0,3 puntos a 4,1%.
Factores detrás del aumento
Analistas del BCRA y del sector financiero destacan que la suba de las tasas de interés entre julio y septiembre, impulsada por la política del Gobierno para contener el dólar antes de las elecciones en Buenos Aires, incrementó el costo de refinanciar deudas. Esto afectó la capacidad de pago de los hogares y aceleró la escalada de la mora en préstamos personales y tarjetas de crédito.
El escenario refleja un aumento sostenido y rápido de los atrasos. La morosidad total de las familias se duplicó en cinco meses, pasando del 3,3% en marzo al 6,6% en agosto, mientras que en tarjetas el crecimiento fue más acelerado, de 3,2% en abril a 6,7% en agosto.