La conversación social sobre la igualdad de género en Argentina está cada vez más polarizada, según lo revela un reciente informe de la consultora LLYC, titulado “Sin Filtro”.
El estudio, que analizó más de seis millones de mensajes en redes sociales durante 2024, mostró que el 72% de los discursos antifeministas en el país se concentran en ataques personales y en la deslegitimación del movimiento, en lugar de proponer argumentos constructivos.
En Argentina, el discurso antifeminista se caracteriza por el uso de términos despectivos como “feminazi” o “hembrista”, que buscan estigmatizar a las mujeres que defienden la igualdad de género.
Además, el informe destaca que el 18% de los mensajes antifeministas en el país se centraron en la idea de que las políticas de igualdad, como las cuotas de género, representan una “discriminación inversa” hacia los hombres.
La radicalización del discurso es cada vez clara en las redes sociales. Lucía Bonetto, especialista de estrategia y comunicación, señala en dialogo con La Voz que “transitamos hoy una era de la exacerbación que afecta no solo a la cuestión de género, sino también a la democracia como sistema de representación”.
Bonetto explica que la radicalización supone que “el otro” o “los otros” no son sujetos que en sí mismos merezcan respeto en términos de interlocución, y mucho menos en términos de escucha real.
Esta dinámica se refleja claramente en el informe de LLYC, que muestra cómo los discursos más radicales encuentran en las redes sociales un espacio fértil para difundir mensajes simples y claros, vestidos de recetas infalibles, que buscan conquistar adhesiones a partir de la negación del otro. “El diálogo con ese ‘otro’ o esos ‘otros’ representa una amenaza”, afirma Bonetto.
En Argentina, esta polarización se tradujo en un aumento del 30% en los mensajes antifeministas en los últimos tres años, según el informe. Además, el estudio reveló que el 85% de los perfiles antifeministas en el país ya se encuentran radicalizados, lo que dificulta aún más la posibilidad de establecer diálogos sociales constructivos.
Brecha generacional y de género
Al analizar los discursos, el informe también destaca una creciente brecha generacional y de género en Argentina. Mientras que las mujeres jóvenes se identifican cada vez más con el feminismo, los hombres jóvenes tienden a adoptar posturas más conservadoras y escépticas hacia el movimiento.
Según el estudio, el 67% de las mujeres jóvenes en Argentina se identifican como feministas, frente a solo el 33% de los hombres jóvenes. Esta brecha se profundizó en los últimos años, con un aumento significativo en la radicalización de los discursos antifeministas entre los hombres más jóvenes.
Bonetto advierte que esta dinámica representa un enorme desafío no solo para la política, sino también para todas las instituciones de la sociedad que aspiran a la construcción de soluciones consensuadas. “Es imposible construir acuerdos cuando se parte de la base de que no tiene sentido conversar con aquel o aquellos otros”, afirma.
Por su parte, en el impacto de los algoritmos el informe de LLYC también analiza su rol en la polarización del debate sobre igualdad de género. En Argentina, el 20% de los mensajes antifeministas en redes sociales se asocian con discursos que promueven actitudes masculinas tradicionales y posesivas en las relaciones de pareja.
Estos mensajes, que suelen ser breves y emocionales, se difunden rápidamente a través de plataformas como TikTok y YouTube, donde los algoritmos favorecen contenidos que generan altos niveles de interacción.
Diversidad y resistencia
A pesar de la polarización, el informe de LLYC también destaca que el feminismo en Argentina es uno de los más diversos y moderados de la región. En el país, el 65% de los mensajes feministas se centran en temas como la igualdad de oportunidades, la violencia de género y los derechos reproductivos.
Además, el estudio muestra que las comunidades feministas en Argentina son un 40% más moderadas que en otros países de la región, como Chile o Colombia. Esto se debe, en parte, a la influencia de figuras públicas y líderes políticos que lograron mantener un discurso más inclusivo y menos polarizado.
El informe “Sin Filtro” de LLYC concluye que la polarización en el debate sobre igualdad de género representa un desafío urgente para Argentina y para el resto de la región. Con un 72% de los mensajes antifeministas centrados en ataques personales y deslegitimación del movimiento, el estudio advirtió que la falta de diálogo y la radicalización del discurso amenazan los avances en materia de igualdad.
Bonetto subraya que “la radicalización es una estrategia propia de los espacios “contra” o “anti”, que llevan una postura a un extremo tal que, incluso para aquellas personas menos politizadas, “suena frenético apoyar”.
En este contexto, reconstruir el diálogo y fomentar una conversación más sosegada y constructiva se presenta como un desafío clave para el futuro de la democracia y la igualdad de género en Argentina.
El informe también destaca el papel de las figuras públicas en la polarización del debate. En Argentina, el 40% de las comunidades feministas cuentan con la presencia de figuras públicas que influyen en la conversación.
Estas figuras, según el estudio, tienden a moderar el discurso y promover un diálogo más inclusivo. Sin embargo, en el caso de los discursos antifeministas, la presencia de figuras públicas se asocia con una mayor radicalización.
En tanto, uno de los hallazgos más preocupantes del informe fue la narrativa de la “discriminación inversa”, que sostiene que las políticas de igualdad perjudican a los hombres. En Argentina, el 18% de los mensajes antifeministas se centraron en esta idea, argumentando que las cuotas de género y otras medidas similares son injustas.
Esta narrativa, según Bonetto, “distorsiona la realidad y perpetúa la idea de que la igualdad de género es una amenaza para la mayoría de los hombres, en lugar de un beneficio para toda la sociedad”.
El futuro del debate sobre igualdad de género según LLYC, es esencial recuperar el diálogo y fomentar una conversación más sosegada y constructiva.
“La polarización no solo amenaza los avances en materia de igualdad, sino que también pone en riesgo la democracia como sistema en tanto no reconoce a interlocutores iguales para construir a partir de la disidencia”, afirma Bonetto.
En este sentido, el informe sugiere que las instituciones, tanto públicas como privadas, tienen un papel clave en la promoción del diálogo y la construcción de consensos. “Es necesario que todas las instituciones de la sociedad, desde los clubes hasta las empresas, trabajen juntas para fomentar una conversación real, donde todas las partes sean consideradas cómo válidas”, expresa la especialista.
“Sin Filtro” no solo expone la gravedad de la polarización en el debate sobre igualdad de género, sino que también plantea la necesidad urgente de recuperar espacios de diálogo y consenso.
En un contexto donde la radicalización parece ganar terreno, tanto en Argentina como en el resto de la región, la construcción de puentes entre posturas antagónicas se vuelve esencial para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria.