“El nene estaba jugando en el patio, en un momento lo perdí de vista, lo empecé a buscar y, poco después, lo encontré sumergido en la pileta”.
Lamentablemente, este testimonio se reproduce una y otra vez porque las muertes de niños por ahogamiento se siguen sucediendo en la Argentina y en Córdoba las cifras son alarmantes.
La última víctima fue un niño de 5 años que falleció este sábado en la pileta de una vivienda particular del barrio Spirandelli en Brinkmann, al noreste de la provincia de Córdoba.
Las primeras versiones indicarían que el tío de Natanael lo llevó a su casa y, en un descuido, el nene se escapó y cayó a la pileta.
Con el fallecimiento del niño de Brinkmann ya son cinco los muertos en esta temporada.
Los cuatro casos anteriores fueron personas mayores de edad que se ahogaron en ríos de la provincia. Los hechos ocurrieron en ríos de las Sierras Chicas y en los valles de Traslasierra, Calamuchita y Punilla.
El ahogamiento infantil es una tragedia evitable y cobra especial relevancia en la temporada de verano, cuando más casos ocurren, sin embargo, los accidentes suceden durante todo el año.
Las estadísticas demuestran que alrededor de 10 niños cordobeses mueren por año por ahogamiento.
En el verano pasado, siete niños o niñas murieron en piletas y dos en ríos. Pero en 2024 se agregaron tres casos más: uno en Río Ceballos en agosto; otro en Río Cuarto y uno más en Bell Ville en octubre. Además, falleció una niña de 12 años en un parque acuático de Malagueño, aunque la causa de su deceso habría sido muerte súbita.
Las autoridades insisten en la importancia de tener conciencia del riesgo que implica una superficie de agua en contacto con niñas y niños. Incluso advierten que pueden ahogarse en recipientes de poca profundidad.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) planteó, de acuerdo con las últimas estadísticas nacionales disponibles, que cada tres días fallece ahogado un chico o un adolescente.
En sí las cifras de ahogamientos mortales son sólo una porción visible de un problema de salud pública aún más complejo.
Los últimos casos
El 20 de octubre de 2024, un niño de 2 años perdió la vida tras caer en una pileta en su domicilio particular en barrio Alberdi de la ciudad de Río Cuarto.
Su padre lo trasladó rápidamente al dispensario municipal, pero al llegar el niño ya no presentaba signos vitales.
El fin de semana anterior un caso simular ocurrió en Bell Ville. El niño de dos años jugaba el sábado 12 en el patio de su casa de Mitre al 300 cuando cayó a la pileta. Sus padres lo llevaron al hospital donde constataron su muerte.
Por su parte, el 20 de agosto en Río Ceballos, la Policía de Córdoba encontró el cuerpo de un niño de tres años que era intensamente buscado por su familia ahogado en la pileta de una vivienda ubicada frente a su casa.
Extremar medidas de seguridad
Difícilmente, la Justicia puede avanzar sobre responsabilidades cuando ocurren accidentes domésticos.
Sin embargo, este tipo de hechos refuerza la importancia de extremar las medidas de seguridad en los hogares con la supervisión constante de una persona adulta y la colocación de alambrados o cercos en torno a las piletas.
La SAP indicó que la causa de muerte de menores de cuatro años se deben mayormente a la distracción de los adultos y defectos en la infraestructura.
“Todo ahogamiento es prevenible. El denominador común es que la supervisión no es tal o las medidas de seguridad son superadas por los niños. Por eso, si el adulto se va a alejar del espacio de la pileta debe impedir el acceso a la misma”, indicó el médico Marcelo Argüello, pediatra y director del hospital Materno Neonatal a este medio.
“El perímetro debe tener una altura mínima de un metro y mantenerlo cerrado a toda hora”, indicaron desde el Ministerio de Salud.
Además, recomiendan no dejar objetos cerca del cerco como mesas y sillas que permitan a los niños treparse. Tampoco dejar elementos o juguetes dentro del perímetro cerrado que llamen su atención porque pueden intentar buscarlos.
Otra advertencia importante es tener conciencia de que el niño puede ahogarse en pocos centímetros de agua, por lo que se debe evitar dejar baldes, palanganas o piletas inflables con agua.
Además, flotadores, colchonetas o juguetes inflables deben utilizarse con la supervisión de una persona adulta, ya que pueden pincharse, tener pérdidas de aire y no siempre son eficaces para sostener la cabeza fuera del agua. En ese sentido, los dispositivos más apropiados son los chalecos salvavidas, equipados con broches seguros y correa en la zona inguinal y correctamente colocados.
Argüello agregó que existe una discusión actual sobre cuál es la edad propicia para iniciar la práctica natatoria porque niñas y niños iniciados rápidamente suelen perder el temor al agua fácilmente y, en algunos casos, tener más predisposición al ahogamiento.
Finalmente, en este contexto es importante saber reanimar, puesto que los primeros minutos de ocurrido el accidente son fundamentales para decidir la mejoría o evitar la muerte.
Nene herido en el río Suquía
Un nene de 8 años sufrió un traumatismo de cráneo cuando se arrojó al río Suquía y golpeó su cabeza con la de otro niño.
El hecho ocurrió en la tarde de este domingo en la zona de barrio Urca. El niño permanece en observación en el hospital Eva Perón.
