Con una pronunciada caída en la demanda de cortes y de tratamientos, la situación económica actual golpea fuertemente a las peluquerías. Los datos recopilados revelan una situación preocupante, debido a una marcada disminución en la demanda de servicios y un panorama económico incierto para el sector.
El estudio mostró que el precio promedio de un corte masculino es de $ 5.525 –el más económico es de $ 3 mil, mientras que el más caro alcanza los $ 9 mil–.
En tanto, el promedio del corte femenino es de $ 8,166,67. Dependiendo del corte y el estilo que solicite el cliente, los precios oscilan entre $ 6 mil y $ 10 mil.
Sin embargo, a pesar de estas tarifas, el 85% de los peluqueros consultados afirmaron que la demanda de cortes ha disminuido en el último mes. Sólo un 5% reportó un aumento en la demanda y el resto dijo que se mantiene.
En términos porcentuales, los cortes experimentaron una caída promedio del 34,44%, con un alarmante 44,44% de los peluqueros que informan una disminución en la demanda de entre el 40% y el 50% durante el último mes.
Además, el 90% de los entrevistados indicaron que los clientes han reducido su frecuencia de visita al salón.
En cuanto a la frecuencia de visita, el 40% de los consultados creen que los clientes acuden al peluquero una vez al mes; el 30%, dos veces; el 20%, menos de una vez al mes, y solo el 10% va tres veces al mes.
Esta reducción en la frecuencia de visita se refleja en la cantidad de cortes diarios realizados por los peluqueros, con un promedio de entre seis y siete cortes por día, y solo un 40% de ellos alcanzan 10 o más cortes diarios.
En lo que respecta a los tratamientos, el 75% de los estilistas señalaron una caída en la demanda, con un promedio de disminución del 35,59%.
En algunos casos, esta caída es aún más pronunciada, con una disminución de entre el 50% y el 60% en los tratamientos mensuales.
Para describir el momento actual en las peluquerías, los propietarios con palabras acuden a palabras como “incierto”, “crisis”, “complicado” y “desafiante”, lo que refleja la gravedad de los desafíos que enfrenta el sector en medio de la inestabilidad económica y los fuertes aumentos en los costos fijos de los locales.
El alto costo de gastos fijos que tienen los propietarios
Marcelo Adrián Perna, propietario de Golden Gate Salon, explicó cómo el aumento exponencial de los costos operativos ha ejercido una presión sin precedentes sobre su negocio.
“El que cobra barato se funde”, declaró Perna, ilustrando la difícil situación financiera a la que se enfrentan los propietarios de peluquerías. En solo unos meses, los costos de alquiler, servicios públicos y gastos operativos se han disparado a niveles insostenibles. “Pasé de un alquiler de $ 90 mil en noviembre a unos $ 400 mil en febrero”, lamenta Perna.
El impacto se ha sentido en todos los aspectos del negocio, desde los servicios básicos hasta los gastos de funcionamiento. “De agua pagaba entre $ 3 mil y $ 4 mil, y ahora pasé a pagar $ 20 mil″, reveló Perna. “De luz pagaba $ 25 mil y ahora me vino $ 70 mil″, agregó. Las expensas, otro rubro importante, han experimentado un aumento igualmente alarmante, ya que pasaron de $ 35 mil a casi $100 mil, según expresó el propietario.
“Todo se puso muy difícil; lamentablemente, hay que subir los precios a un nivel que permita seguir trabajando”, admitió Perna.
Con determinación y creatividad, este propietario ha buscado alternativas para atraer más clientes y mantener la viabilidad de su negocio. “Yo me puse a cerrar convenios con cuanta empresa pueda, para que más gente venga al local”, compartió el dueño de Golden Gate Salon y agregó: “Hoy, cortarse el pelo y cuidarse el cabello es realmente un lujo”.
Cerró su peluquería de más de 15 años
Martín Kermol, un peluquero de la ciudad con más de 15 años de experiencia en el rubro, ha sido testigo de los altibajos económicos que enfrentan los propietarios de peluquerías, especialmente en lo que respecta a los aumentos de alquiler.
Kermol comparte su propia experiencia personal y reveló que en enero tuvo que cerrar su peluquería en Alta Córdoba por los aumentos incesantes en los costos del alquiler.
“Los alquileres me aumentaban 20% todos los meses y uno no puede trasladar los costos a los clientes”, explicó para subrayar las dificultades para mantener un negocio rentable en medio de esta escalada de precios.
Ahora, Kermol continúa con el servicio a domicilio, aun así “he perdido el 50% o el 60% de la clientela que había generado durante más de 15 años”. “Hoy tengo 49 años y estoy buscando trabajo por todos lados para ver si puedo abrir nuevamente mi peluquería”, contó Kermol.
“Estamos pasando por una situación muy complicada”, admitió, y refleja el padecimiento generalizado entre sus colegas. “Nunca se redujo tanto el trabajo”, agregó.
En un intento por mantenerse a flote, muchos propietarios recurren a estrategias innovadoras, como alquilar los sillones de sus establecimientos a otros peluqueros.
“En muchos lugares, para no cerrar, están alquilando los sillones”, reveló Kermol, señalando la creatividad y la adaptabilidad necesarias para sobrevivir en el mercado actual.
En un esfuerzo por abordar las disparidades en los precios de los servicios de peluquería y de barbería, se ha formado un grupo informal para tratar de discutir y establecer aranceles estandarizados para los cortes.
“Se ha realizado un grupo de peluqueros para tratar de arancelar el corte”, confirmó Kermol, quien explicó que el objetivo es establecer un precio mínimo de $ 4.500 para un corte, con la esperanza de reducir las diferencias significativas en los precios y preservar la integridad del trabajo de cada profesional.
Este grupo también busca evitar la gran brecha de precios que hay en los diferentes barrios de la ciudad en relación con los lugares más céntricos o de zona norte.
