La artrosis de rodilla es una de las enfermedades articulares más comunes y discapacitantes en el mundo. Afecta especialmente a personas mayores de 50 años, aunque también puede presentarse en adultos más jóvenes con factores de riesgo como el sobrepeso, lesiones previas o actividad física intensa y repetitiva.
Se estima que más del 20% de los adultos mayores la padecen, lo que representa un importante problema de salud pública por su impacto en la movilidad, la calidad de vida y los sistemas sanitarios.
El tratamiento suele incluir antiinflamatorios, que se asocian con efectos adversos gastrointestinales y cardiovasculares. Por eso crece el interés por alternativas más seguras y sostenibles.
En qué consiste el estudio
En el nuevo estudio, los investigadores examinaron la evidencia actual sobre terapias no farmacológicas para el tratamiento de la artrosis de rodilla. Analizaron datos de 139 ensayos clínicos con casi 10.000 personas para comparar 12 tratamientos no farmacológicos diferentes.
Estos incluyeron terapia láser, estimulación eléctrica, ortesis, plantillas, cinta kinesiológica, terapia acuática, ejercicio y ultrasonido. Al combinar los resultados de todos estos estudios en un potente metanálisis en red, el equipo pudo clasificar las terapias según su eficacia.
Estas son las tres terapias más prometedoras
Las rodilleras, la terapia acuática y el ejercicio son las terapias no farmacológicas más prometedoras para tratar la artrosis de rodilla, según un nuevo metanálisis del Primer Hospital Popular de Neijiang, China, publicado en la revista de acceso abierto Plos One.
- Las rodilleras obtuvieron los mejores resultados en la mayoría de las categorías, incluyendo la reducción del dolor, la mejora de la función y el alivio de la rigidez.
- La hidroterapia (ejercicios o tratamientos realizados en agua tibia) fue particularmente eficaz para aliviar el dolor, y el ejercicio en general también fue consistentemente efectivo, mejorando tanto el dolor como la función física.
- La terapia láser de alta intensidad y la terapia de ondas de choque mostraron algunos beneficios, mientras que el ultrasonido obtuvo sistemáticamente la puntuación más baja en efectividad.
Los autores advierten de que las diferencias en el diseño de los estudios, el pequeño tamaño de las muestras y la variabilidad en la duración del tratamiento entre los 139 estudios incluidos podrían limitar la precisión de las clasificaciones.
Efectos prometedores
Sin embargo, concluyen que la fisioterapia tiene efectos prometedores en la artrosis de rodilla, ofreciendo tratamientos potenciales sin los riesgos de los antiinflamatorios. Estudios futuros deberían examinar la eficacia clínica de las terapias combinadas, así como su costo-efectividad.
Los autores añaden: “Las rodilleras, la hidroterapia y el ejercicio son las terapias no farmacológicas más eficaces para la osteoartritis de rodilla. Reducen el dolor y mejoran la movilidad sin los riesgos gastrointestinales o cardiovasculares asociados a los analgésicos comunes. Pacientes y profesionales sanitarios deben priorizar estas opciones basadas en la evidencia”.