Un año antes del doble femicidio de Luna Giardina y de su madre, Mariel Zamudio, el principal acusado del crimen, Pablo Laurta, había conseguido autorización judicial para quitarse el apellido de su padre.
El expediente, al que accedió La Voz, revela que el hombre argumentó haber sufrido “maltrato psicológico y físico” durante su infancia, y que por eso había decidido llevar solamente el apellido materno: Laurta.
En marzo de 2024, el Juzgado Civil de 1ª Instancia de Córdoba, a cargo de Alicia del Carmen Mira, resolvió hacer lugar a su pedido y ordenar la modificación en el Registro Nacional de las Personas (Renaper).
Desde entonces, Pablo Daniel Rodríguez Laurta pasó a llamarse oficialmente Pablo Daniel Laurta. El trámite se había iniciado en agosto de 2022, tres años después del nacimiento de su hijo.
“Recuerdos de maltrato físico y psicológico”
En su presentación judicial, Laurta, de nacionalidad uruguaya y con residencia alternada entre Montevideo y Córdoba, sostuvo que había cortado contacto con su padre, Luis Edinson Rodríguez, al cumplir 18 años.
El fallo indica: “Expone Fruto de la unión matrimonial de sus padres, señores Luis Edinson Rodríguez y Estrella Teresa Laurta, nació el 30/10/1985 en la ciudad de Montevideo, República Oriental del Uruguay. Que a los 18 años escapó de su casa y cortó todo contacto con su familia tiempo después. Los recuerdos que tiene de su padre son sumamente negativos, recuerdos que incluyen maltrato tanto psicológico como físico".
Sus abogados patrocinantes, Dolores de Goycoechea y Martín Miguel Inaudi, plantearon que el pedido se encuadraba en el artículo 69 del Código Civil y Comercial de la Nación, que autoriza el cambio de apellido cuando existen “justos motivos”. La fiscal civil interviniente también dictaminó a favor de la solicitud.
Un relato distinto al de su madre
El argumento de Laurta se diferencia del de su madre, Estrella Laurta, quien en diálogo con La Voz en Vivo dijo el pasado martes que la relación con su padre había sido buena. “Tuvo una infancia entre algodones”, había dicho la mujer.
También contó que en 2010 Pablo dejó de hablarle. “Algo pasó entre 2010 y 2016, cuando él funda esa organización con esos valores que no se propiciaban en mi casa. Mi casa era un matriarcado, éramos todas mujeres”.
Al ser consultada por su exmarido, padre de Pablo, la mujer dijo: “Era un hombre tranquilo, era un padre presente, no era un hombre de carácter, no era un hombre que gritara”.
En referencia al pedido de cambio de apellido, la mujer dijo que él decía eso “para cambiarse el apellido”. “Luna nos hizo llegar ese documento y se lo hicimos llegar a mi exmarido, y él tuvo casi un infarto porque no podía creer lo que estaba leyendo”, dijo la mujer.
Una ONG con un objetivo particular
En el expediente, Laurta detalló que comenzó a firmar sus trabajos como Pablo Laurta a los 22 años, cuando se desempeñaba como redactor freelance, y que a los 25 creó la empresa VContenidos, dedicada a marketing digital. Afirmó también haber fundado una ONG llamada “Varones Unidos por una Masculinidad Positiva”.
Llama la atención en los argumentos cómo describió su actividad en Varones Unidos, con la que, según su versión, buscaba “ayudar a jóvenes sin figura paterna positiva”.
La alusión a este objetivo aparece unas tres veces en el expediente.
“Todas sus actividades profesionales y sociales lo muestran públicamente como Pablo Laurta”, concluyó el fallo, citando notas y entrevistas periodísticas presentadas como prueba.
Entre los testigos que declararon en el proceso, estuvieron Zoraida Mariel Zamudio, madre de su pareja, y Luna Giardina. En su declaración, la joven, que años después sería asesinada junto con su madre, confirmó: “Desde que nos conocimos, Pablo se presentó como Pablo Laurta, y así lo conocí. Cuando fuimos a anotar a nuestro hijo recién nacido, me sorprendí al ver que figuraba con el apellido Rodríguez. Él me explicó que lo había dejado de usar por la mala relación con su padre”.
La decisión judicial
En la resolución firmada el 27 de marzo de 2024, la jueza consideró probado que el peticionante “es conocido en todos los ámbitos de su vida con el apellido materno, el cual ha adquirido notoriedad”. Determinó que ello configuraba un justo motivo, conforme al artículo 69 del Código Civil y Comercial, y ordenó suprimir el apellido paterno en todos los registros.
El expediente civil hoy cobra otra dimensión a la luz de los hechos ocurridos el 11 de octubre pasado, cuando Luna Giardina y su madre, Mariel Zamudio, fueron asesinadas en la vivienda de barrio Villa Serrana, en la zona norte de Córdoba. El hijo de Luna, de 5 años, fue hallado con vida luego de que Laurta lo secuestró tras el asesinato.