Liliana Asís, la exdirectora del Hospital Neonatal en el momento de los hechos, declaró este miércoles en el juicio por la muerte y descompensación de al menos 13 bebés, ocurridas entre marzo y junio de 2022 en la ciudad de Córdoba. Visiblemente afectada, la médica negó haber actuado con negligencia y aseguró que la institución actuó con responsabilidad desde el primer momento en que se detectaron casos anómalos.
“Me angustia mucho esta situación”, comenzó su declaración. “He dedicado mi vida a la salud de los recién nacidos. Me duele la institución, porque era mi vida, como era la vida de muchos de quienes están acá. Pero nada de eso tiene que ver con el dolor materno”, dijo conmovida, y aseguró que siempre trabajó con los niños y con sus familias: “No se puede trabajar con un niño sin su aspecto familiar”.
Asís, médica pediatra, especialista en infectología perinatal y exdocente universitaria, ocupaba el cargo de directora desde diciembre de 2011. Durante su testimonio, explicó que la función de una dirección hospitalaria es “gestionar absolutamente todo, desde los recursos humanos, que siempre son deficitarios, hasta cuestiones estructurales”, en un hospital de más de 800 personas.
En ese sentido, dijo que la en aquel momento reciente ocupación del cargo de subdirección administrativa por Alejandro Escudero Salama venía a dar cierto alivio en la gestión de los recursos y del personal.
Refirió a los cambios producidos en el hospital tras la pandemia del Covid-19 y también a su rol de directora “de puertas abiertas”, y con ello contestó a lo que dijeron algunos testigos en el juicio: “Si veían algo raro, ¿por qué no se acercaron a la dirección a contarlo?“
Luego aseguró que en el hospital nadie creía que esto se debiera a una intencionalidad o una causa criminal. “Con los primeros niños se pensó que era la vitamina K, y tenemos bibliografía al respecto. No fue al voleo”, indicó.
“Se me acusa de falsedad ideológica por firmar un formulario A; ese formulario se hace para notificar la muerte de un niño. Cuando a mí me lo traen, yo no veo la historia clínica. Es un formulario que se hace para notificar la muerte de un niño menor de un año con fines epidemiológicos y estadísticos, y tiene que ser remitido a (el área) Maternidad e Infancia. No es un certificado de defunción”, contestó a una de las acusaciones en su contra.
6 de junio, día clave
Recordó que el 6 de junio de 2022, día clave en la causa, fue “tremendamente doloroso”. “A la noche me llama la doctora (Claudia) Ringelgheim, quien me informa que había habido un problema, pero que ya estaba solucionado. Me levanté y fui al hospital a las 23. Ahí me encuentro con que había fallecido el bebé Rojas y que se había hecho una denuncia en la Unidad Judicial 18. También me informan que la bebé Molina estaba en estado grave”, relató.
“A mí esa noche me cambió la mirada de lo que estaba ocurriendo. Una cosa es verlo a la distancia con el diario del lunes y otra es vivirlo. Uno nunca pensaría que alguien le quiere hacer daño a los niños”, sostuvo.
Tras lo ocurrido, Asís informó al Ministerio de Salud, junto a Escudero Salama. “Hablamos con el doctor (Pablo) Carvajal y él nos dijo que iba a comunicarse con el ministro. A partir de ahí, se decidió que Marcela Yanover y Geonoveva Ávila fueran al hospital. Se licenció al personal y se iniciaron entrevistas”, relató. Aclaró que como autoridades del hospital, no intervinieron en esa etapa: “Les dimos un lugar para que hicieran las entrevistas. Desde ese día y hasta el 24 de junio, ellas trabajaron de forma autónoma y luego enviaron su informe al ministerio”.
Sobre el allanamiento del hospital ocurrido el 7 de julio, Asís expresó: “Ese mes que pasamos desde el 6 de junio y hasta el 7 de julio no tuvimos idea de qué había pasado. Pensamos que el allanamiento era por las denuncias del 6 de junio. Después supimos que había sido por otra denuncia”.
En cuanto a la relación con la Justicia, dijo que nunca se negó a brindar ninguna información.
Dijo que esta causa “le cambió la vida”, que el día que dejó el hospital dejó “hasta el guardapolvo”. Agregó que en el primer allanamiento de su casa, le secuestraron su celular personal.
Luego dijo que Alejandor Gauto, del área de Legales del Ministerio, le preguntó dónde estaba su celular institucional, y ella creyó que había quedado en el hospital y que luego, buscando y buscando en su casa, lo terminó encontrando en el baúl de su auto: “Ese celular no tenía clave. Estaba apagado. Yo no lo prendí ni formateé ni nada. No tengo conocimientos en tecnología. Se lo entregué así a Gauto”, dijo.
En referencia a los familiares de las víctimas, refirió: “Tengo mucho para decirles. Toda mi vida me he dedicado a una población vulnerable. Siempre he tenido vocación de servicio y he ejercido mi profesión con toda honestidad y ética. Claro que me duele por los padres; no es fácil sobrellevar una muerte”.
Y concluyó: “Eso de que los médicos se acostumbran a la muerte es mentira. Uno nunca se acostumbra, y menos a la de un niño”.