En los próximos días Argentina comenzará la campaña de vacunación contra el Covid-19 en los niños y niñas de 6 meses a 2 años, el único grupo que no había recibido esta protección.
Se aplicará la fórmula de Moderna en dos dosis, con un intervalo de cuatro semanas entre ellas. La inyección concentra una cuarta parte del principio activo de la dosis para adultos de esta misma empresa.
Con esta decisión Argentina se convierte en uno de los primeros países del mundo y el primero en América latina en incorporar a esta franja etaria a la estrategia de vacunación contra la Covid-19.
El primer lote ya llegó al país. Desde el Ministerio de Salud de Córdoba informaron que la aplicación estará disponible desde el martes 2 de agosto en la Capital y en el interior desde el miércoles 3.
Va a ser a demanda espontánea (sin turno previo) y en los vacunatorios donde ya se están aplicando las dosis para otros grupos etarios en la ciudad de Córdoba. En el interior, en tanto, se requerirá de una inscripción previa en los centros de vacunación.
Al menos en una primera etapa no se incluiría a las farmacias, anticipó a La Voz la secretaria de Prevención y Promoción de la Salud provincial, Gabriela Barbás.
Visto bueno de los pediatras
Si bien los pediatras reconocen que este grupo etario ha sido el menos afectado por cuadros graves de Covid-19, alientan la aplicación de las dosis para reducir el riesgo de morbimortalidad, pero también para ayudar a cortar la circulación del coronavirus en Argentina. Este miércoles, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió este comunicado en este sentido.
“La pandemia no terminó. Aún hay circulación de contagio, aunque sin la intensidad de 2020. Y los niños se enferman y también deben internarse porque pueden tener complicaciones”, asegura Ana Ceballos, infectóloga integrante de la SAP.
Y agrega: “A mayor población vacunada, incluyendo a los niños, mayor es la barrera epidemiológica que le ponemos al virus y sus posibilidades de mutar. Al vacunar a los niños también protegemos a sus contactos”.
En tanto, Héctor Pedicino, pediatra también integrante de la SAP, agrega: “Aunque los números no son tan altos como en adultos mayores, hemos tenido casos con cuadros graves y muertes en niños”.
El especialista recuerda que, en pediatría, a menor edad menor capacidad de defensa. Es decir que los menores de 3 años son más vulnerables al Covid-19 que la población pediátrica de 3 a 17 años, la cual ya va por la tercera dosis.
Pedicino agrega: “Vacunar a los niños es un beneficio para toda la sociedad porque también sirve para disminuir la circulación viral y que haya menos personas susceptibles al virus, aquellas que no tienen las defensas preparadas para enfrentarlo”.
Los riesgos y beneficios que evalúan los padres
Los padres pueden poner en la balanza los riesgos y beneficios de vacunar. El beneficio es evitar la posibilidad de que el niño desarrolle un cuadro grave tras la infección y también posteriores secuelas.
En este sentido los expertos advierten que no existe un marcador para saber qué niños terminarán internados y cuáles no. En EE.UU, la mitad de los niños con cuadros graves de Covid-19 eran sanos, sin enfermedades de base.
Peter Marks, principal autoridad de la FDA para la regulación de vacunas en EE.UU., ejemplificó: “Tenemos que tener cuidado de no adormecernos ante el número de muertes pediátricas debido al abrumador número de muertes de personas mayores por Covid-19. La intervención de la que hablamos aquí (la vacunación) es algo que hemos aceptado en el pasado para intentar prevenir las muertes por gripe”.
La otra duda de los padres son los efectos adversos. Según los datos que Moderna entregó a las autoridades regulatorias de EE.UU., la fórmula no generó efectos graves. Los principales eventos adversos fueron: irritabilidad y llanto, somnolencia, fatiga, pérdida de apetito y fiebre.
Pedicino concluye: “Se la indicaría a todos los niños porque son vacunas seguras. La población más vulnerable es la que tiene enfermedades crónicas o condiciones de riesgo”.
En tanto, Ceballos recomienda que la vacunación contra el Covid-19 puede ser una excelente oportunidad para completar otras vacunas del calendario, cuya cobertura viene muy baja. Se pueden aplicar varias fórmulas simultáneamente.
Eficacia y respuesta inmune
La eficacia de la vacuna de Moderna frente a cuadros sintomáticos de Covid-19 fue del 51% en niños de 6 meses a 2 años y del 37%, en niños de 2 a 5 años. Son porcentajes bajos comparados a los obtenidos en los ensayos con la vacunación adulta.
Pero los estudios en infantes se realizaron cuando la variante que circulaba era Ómicron, para la cual las fórmulas han resultado ser menos eficaces.
La autorización de emergencia de EE.UU. está amparada no tanto en esta eficacia, sino en la respuesta inmunitaria, el nivel de anticuerpos neutralizantes que generaron los infantes. Los expertos confían en que la defensa desarrollada es lo suficientemente robusta como para evitar cuadros graves, aunque no detenga una infección leve.
A su vez, en los niños funciona la misma lógica que en adultos: está comprobado que si el menor ya tuvo Covid-19, la aplicación de la vacuna mejora notablemente sus defensas.
