Los niños y adolescentes argentinos comienzan a utilizar billeteras virtuales entre los 14 y 15 años, según explica a La Voz Alejandro Barros, docente de Economía Monetaria en la Universidad de Morón.
Si bien la normativa vigente permite la apertura de cuentas desde los 13 años con autorización de un adulto, muchas plataformas son más restrictivas y exigen al menos 14 años para operar con cierta autonomía. Recién a los 18, los usuarios logran independencia total, sin necesidad de vinculación con un mayor.
Sin embargo, Barros señala que es común que algunos adolescentes falseen su fecha de nacimiento o registren cuentas a nombre de adultos para acceder antes. “Las billeteras que permiten este tipo de registros irregulares suelen ser de baja calidad y poco controladas”, aclaró.
Además, destacó que las empresas de marketing apuntan a jóvenes de 14 o 15 años, porque que a esa edad “ya tienen discernimiento para el uso básico”. En cambio, los chicos que acceden antes suelen hacerlo para “juegos online, muchas veces sin que sus padres lo sepan”, afirma Barros.
El principal uso que los jóvenes les dan a estas plataformas está vinculado al consumo: gastos cotidianos, recargas de transporte o servicios, y compras menores. La modalidad de pago con QR es la más usada.
“El ahorro no es un objetivo del adolescente, salvo en contextos de tasas de interés altas, donde algunos ven cómo su dinero se multiplica”, explica el especialista y cita como ejemplo cuando las tasas estaban en el 120%, lo que hizo que los chicos “tengan curiosidad y se emocionen al ver como se multiplicaba su dinero”.
También destaca que cada vez más adolescentes utilizan las billeteras para recibir pagos por emprendimientos personales: ventas online o trabajos freelance. Sin embargo, esta práctica no siempre viene acompañada de un conocimiento financiero sólido, lo que puede generar malos hábitos o incluso estafas.
Falta de educación financiera
Uno de los mayores problemas, dice Barros, es el bajo nivel de educación financiera entre los jóvenes. “Es básico o casi nulo, excepto en quienes cursan bachilleratos con orientación económica, y aún así, esos temas se ven recién al final de la secundaria”, afirma.
Aunque algunas apps ofrecen tutoriales o herramientas de aprendizaje, su aprovechamiento depende enteramente del usuario. “El problema es si la persona se toma el tiempo de estudiar y entender esos contenidos”, señala Barros. Y critica que los colegios y universidades no estén incorporando el uso responsable de estas herramientas en sus programas. “La educación financiera sigue enfocada en la economía tradicional, sin adaptarse a las nuevas tecnologías”, entiende.
Además, advierte sobre el aumento del circulante monetario fuera del sistema bancario, impulsado por el uso masivo de billeteras virtuales. “Todas estas plataformas agregan un dinero digital que es difícil de controlar”, explica. Si bien hoy su impacto es marginal, su expansión sin una regulación adecuada podría generar distorsiones en el futuro.
“Lo ideal sería que estas fintech se formalicen como bancos y se integren al sistema financiero tradicional, con respaldos claros y mecanismos de crédito que potencien su valor en la economía”, sostiene.
El avance global de las billeteras digitales
De acuerdo con el estudio The Global Payments Report 2024, de WorldPay, las billeteras digitales ya representan el 70% de las transacciones digitales a nivel mundial, con un crecimiento anual proyectado del 21% hasta 2027. En el comercio electrónico, este método de pago alcanza el 20% del gasto global, mientras que en puntos de venta físicos llega al 15%, desplazando al efectivo.
En 2024, las billeteras virtuales se consolidaron como el principal método de pago en el comercio electrónico, mientras que en los locales físicos podrían alcanzar el 35% para 2027, compitiendo de cerca con las tarjetas de crédito y débito.
Mercado Pago, la plataforma de pagos de Mercado Libre, lidera el mercado local: el 63% de los argentinos la reconoce como su billetera virtual principal, aunque muchos adolescentes tienen más de una.