La hipertensión arterial, que se da cuando la presión de la sangre en los vasos sanguíneos es demasiado alta, puede llegar a convertirse en un problema grave si no es tratada correctamente a tiempo, provocando desde accidentes cerebrovasculares a infartos de corazón en el peor de los casos.
Uno de los responsables de esta afección, pero no el único, es el alto consumo de sal prolongado en el tiempo, lo que podría aumentar los marcadores de disfunción endotelial.
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina el consumo de sal por persona ronda los 12 g diarios, esto es 4718 mg de sodio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos consuman, por día, hasta 5 gramos (poco menos de una cucharadita) de sal de todas las fuentes.
La sal, ¿indispensable para vivir?
La sal es un compuesto químico que forma cristales, generalmente solubles en agua. Las personas usan de manera común la llamada sal de mesa (cloruro sódico). El cuerpo necesita de los minerales que la componen porque forman parte de los micronutrientes esenciales para un buen estado de salud, no sólo el sodio en este caso, también otros como el potasio o el magnesio.
Gonzalo Ruíz Utrilla, biohacker experto en temas de longevidad, explica que eliminar la sal no elimina la hipertensión, ya que es un problema multifactorial, pero sí ayuda reducir su consumo. “No necesitamos un desequilibrio entre sodio y potasio. Las sales minerales son necesarias, pero las que incluyen aquellos alimentos que podemos llamar reales, no ultraprocesados. Debemos priorizar las frutas, verduras, legumbres, una alimentación de alta densidad nutricional unida a más actividad física, descanso y sueño de calidad. Es peor la falta de uno concreto que su exceso”, detalla.
La especialista en nutrición Sara Abu Sabbah recuerda que el sodio es un mineral que tiene que ver con el equilibrio del agua en el cuerpo y participa constantemente en el metabolismo. En ese sentido, “el sodio es un elemento necesario en la dieta”.
Teniendo en cuenta que el exceso de sal es dañino para la salud, la recomendación médica es reducir su consumo pero no suprimirlo por completo ya puede generar series efectos adversos. Así, una mejor pregunta sería: ¿cuánta es la cantidad adecuada de sal?
Cómo consumir menos sal y de qué manera se puede sustituir
Existen muchos otros ingredientes que juegan un papel de sustitución perfecto de la sal, como es el caso de las especias y hierbas aromáticas: pimienta, curry, comino u orégano, entre muchos, jugo de limón en ensaladas y cebolla y ajo en polvo para carnes y pescados.
En cuanto a la moda de consumir sal rosa del Himalaya como sustituta de la sal común de mesa, no existe la suficiente evidencia científica que la avale. Además, advierte Ruíz Utrilla, se puede caer en un mayor consumo de este tipo de sal (prácticamente como cualquier otra) al pensar que no es tan dañina.
Los grupos de alimentos que aportan mayor cantidad de sal son: panificados, galletitas, productos de copetín; productos cárnicos; quesos, sopas, caldos, aderezos y conservas. Algunos alimentos contienen elevada cantidad de sal y no son salados, ya que suelen presentar otros ingredientes que enmascaran su sabor.
- Moderá el consumo de alimentos procesados.
- Cociná sin sal, y de ser necesario, agregá un poco luego de la cocción.
- Evitá el salero en la mesa, también contribuye a desarrollar un hábito saludable en los niños.
- Realzá el sabor de las comidas con hierbas aromáticas frescas, especias, jugo de limón, ajo.
- Aumentá el consumo de frutas y verduras.