Luego de la votación abierta para toda la audiencia de La Voz, que determinó tres finalistas entre los 10 candidatos, la elección final del programa Abrazadoras que lleva adelante el hospital Misericordia de la ciudad de Córdoba quedó en manos de los ganadores de años anteriores del concurso Personalidad Cordobesa.
Abrazadoras se quedó con una amplísima mayoría de los votos y consiguió un gran apoyo entre quienes ya supieron alzar en su momento el título de cordobés o cordobesa del año.
Mensaje de empatía
La maestra Marta Pons, ganadora del concurso en 2003, las votó porque “se trata de mujeres solidarias y valientes en la entrega de amor incondicional hacia los otros. Entendieron que el abrazo no sólo es bueno, sino necesario para nuestro bienestar psicosocial. Además, transmiten un mensaje de empatía, afecto, amor, tolerancia, fraternidad, comprensión”.
Albano Cofré, ganador del premio en 2004, destacó “la ayuda que brindan estas mujeres a esas personas frágiles y vulnerables” y apoyó “la innovación de las técnicas que se están aplicando en la salud”.
El ganador del premio en 2006, Oscar Arias, dijo: “Una vez más el Hospital Misericordia es efector de buenas prácticas que me conmueven. Desde hace dos décadas lo saben y lo viven los chicos de La Luciérnaga, cuya sede está a pocas cuadras. Esta vez el Misericordia marca la diferencia con este trabajo amoroso y necesario con los bebés, que llevarán para siempre ese afecto abrazador”.
Cabe aclarar que el programa Abrazadoras comenzó en el hospital Misericordia y luego se trasladó a la nueva Maternidad Provincial.
La exrectora de la Universidad Nacional de Córdoba Carolina Scotto sostuvo: “Hacen una tarea conmovedora y ejemplar: abrazar a la primera infancia en un período de la vida y en unas circunstancias de gran vulnerabilidad. Su tiempo dedicado al contacto personal no es sustituible por ningún remedio. Ellas son también madres que abrazan a las madres de esos niños. No creo que haya personas más importantes para una comunidad que sus hijos más pequeños y más débiles, ni tarea más fundamental que darles el apoyo que necesitan para poder crecer sanos. ¡Felicitaciones!”
Mónica Tobares, la enfermera de Las Jarillas, en Traslasierra, que resultó ganadora en 2008, también votó a las Abrazadoras. “Me parece algo muy lindo lo que realizan, ya que es un momento en el que los bebés necesitan la contención de la madre y a veces ellas no pueden estar presente. Realmente felicito a quienes crearon el programa”.
La importancia del abrazo
Sandra Meyer, creadora de la fundación Relevando Peligros, ganadora en 2010, también coincidió en el voto al programa Abrazadoras. “He vivido la importancia del abrazo, el contacto cuerpo a cuerpo, piel con piel cuando los papás no pueden estar. Este programa debería replicarse en todas las instituciones. La importancia de llegar a este mundo y de ser acogidos con el abrazo abierto lleno de amor por unas voluntarias. ¡Gracias, mujeres bellas!”.
Otro ganador, Emilio Iosa, puso su voto a favor por estas mujeres: “Para que muchas más mujeres y hombres entiendan la importancia que tiene el contacto humano en las primeras horas de vida. Su trabajo hace una diferencia inmensa en los bebés cuyas mamás no pueden estar cerca, por diversas circunstancias. ¡Gracias por abrazar!”.
La médica solidaria Susana Roldán, que fue Personalidad Cordobesa en 2014, eligió a las mujeres del hospital provincial porque “realizan una gran tarea humanitaria, loable y con una gran capacidad para brindar amor a un niño, que lo necesita más en esos primeros días. Ojalá este modelo se extienda a otros nosocomios, siempre para mejorar la calidad de vida”.
José Luis Serrano, creador de Doña Jovita, también votó a las Abrazadoras: “Elijo a este grupo porque es una iniciativa colectiva funcionando. Algo así como un yacimiento de ternura alentando la vida”.
Rosa Merlo y José Falco, directora y vicedirector del Ipem 338, de barrio Marqués Anexo, que compartieron el premio en 2018, coincidieron en votar a las Abrazadoras. Merlo, porque resaltó que “el contactor de piel de bebés recién nacidos con mamás o papás canguros es esencial”. Y Falco, porque se trata “de una tarea muy necesaria para que bebés prematuros se encuentren con el estímulo necesario para recibir el amor de la vida, y muy sanadora también para adultos que empatizan con la plenitud de las emociones y sentimientos a disposición de servir al prójimo”.
Votos para los otros finalistas
Los otros dos finalistas al premio también recibieron votos de los ganadores de años anteriores. Daniel Maidana, quien enseña hockey sobre césped a chicos de barrios humildes, resultó elegido por Leo Bigi, entrenador de rugby que ganó en 2009; Silvia Vélez Funes, profesora de natación elegida en 2011, y Soledad Laciar, quien ganó el premio el año pasado.
En tanto, Romina Madrid, la médica que fue casco azul de la ONU y fundó el Hospital Ambulante, obtuvo seis votos. Fue elegida por el entrenador de básquetbol Rubén Magnano, primer ganador del premio en 2002; por el bioquímico Ignacio Aguirre, ganador en 2012 por haber creado la iniciativa Adolescentes contra el Sida, y por Martín Bedouret, quien ganó en 2019 por haber desarrollado una aplicación para enfermos de ELA.
También votaron a Madrid la maestra Alicia Medrano, ganadora en 2020, la bióloga Cecilia Estrabou, que fue Personalidad Cordobesa en 2019 por su trabajo de reforestación en el predio de Bosque Alegre, y el sacerdote Mariano Oberlín, ganador en 2016.
Oberlín dijo que siempre le cuesta mucho elegir al ganador de cada año. “Ojalá pudiera votarlos a todos. Pero, teniendo que elegir uno, me inclino por Romina Madrid. Creo que no es fácil hacerse presente en las catástrofes humanitarias, pero mucho menos en la reconstrucción, cuando los focos se apagan. Y creo que ella ha sabido estar en las dos. No es fácil servir en un lugar desconocido, pero tampoco es fácil ser profeta en la propia tierra. Y creo que ella también ha intentado las dos cosas”.