Y una noche volvió la “noche” a Villa Carlos Paz. El sábado, después de 18 meses de parate total o de exigentes protocolos que los obligaban a trabajar como bares y con el sistema de burbujas, los principales boliches de la mayor villa turística del valle de Punilla comenzaron a funcionar como lo hicieron siempre hasta la llegada de la pandemia de coronavirus.
Cómo habrán sido de importantes los boliches para el desarrollo del perfil turístico de la ciudad que en la década de 1980 había un eslogan que aparecía en los medios y en la cartelería que decía: “Si viene a Keops, visite Ville Carlos Paz”.
Y el regreso este fin de semana fue con todas las luces. Con sus 52 años de vida, la tradicional “Pirámide” recibió a unas 2.500 personas que celebraron la llegada de la primavera colmando sus instalaciones.
“Esto nos hacía falta, mucha falta”, dijo un chico de unos 20 años que bajaba las escalinatas de la disco a las 4 de la madrugada del domingo. La noche había sido intensa y por primera vez después de casi dos años se pudo andar por los boliches sin barbijo puesto, sin alcohol en gel a la vista y también se pudo bailar sin el límite que imponía el sistema de burbujas.
“Volvimos con todo”
En el VIP, el trapero Paulo Londra se escondió de las fotos y pasó la noche rodeado de empleados de la seguridad de la disco. “Volvimos con todo”, aseguró uno de los guardias mostrando su alegría por el regreso de las discos, tal como siempre se las concibió.
En Carlos Paz, las discotecas acordaron con el municipio un cierre a las 4 de la madrugada, extendiendo en dos horas la disposición provincial. Los “bolicheros” aseguran que de este modo se reducen las fiestas clandestinas. La Provincia autorizó un del 50 por ciento, y cierre a las 2 de la mañana, para mayores de 18 años con esquema completo de vacuna.
En avenida Estrada, en la salida de la disco Khalama, el comentario de los chicos era “a donde se armaba el after”. Muchos partieron hacia la Costanera y otros a continuar la fiesta en casas o departamentos.
Vacunados
Jonás Testi, propietario de Zebra, le dijo a La Voz que hubo un trabajo previo intenso para la vuelta de esta normalidad. “Es una apertura sin restricciones de baile y sin tantos protocolos que obligaban a la gente a quedarse sentada. Esto nos produce una emoción muy grande”, remarcó el empresario, que agregó: “Nos habíamos acostumbrados a trabajar en otra modalidad que nos costó muchísimo, hasta cambiar el rubro por completo. Y hoy tampoco es fácil volver a la modalidad anterior”.
Según el relevamiento que hizo la disco, sólo un cinco por ciento de los chicos que se presentaron en la puerta no tenían ninguna vacuna anti Covid aplicada. “Hicimos un relevamiento de la gente que no está vacunada y nos llamó la atención que casi todos los que son de Carlos Paz ya tienen al menos una vacuna”, indicó Testi.
Y planteó que la expectativa está puesta en las disposiciones que emanen desde el Gobierno nacional para el funcionamiento de este rubro durante el próximo verano. “Si la ley o el DNU dispone que hay que pedir vacunación o 14 días de cuarentena, no va a ser fácil. La gran mayoría de la gente tiene una sola vacuna”, puntualizó.
Día D
El fin de semana, ya desde temprano, en las calles de Carlos Paz se notó el cambio. Si bien la Provincia no adhirió a la reglamentación nacional que dispuso el cese de la obligatoriedad del uso del barbijo, en la peatonal y en las principales calles de la villa serrana muy pocos transeúntes llevaban puesto la protección.
Eso se trasladó a las discos donde los protocolos que conocimos en la pandemia se dejaron de lado en la primera noche de “prueba piloto” de habilitación.
