El Ministerio de Salud de la Nación emitió una alerta por un nuevo incremento de casos de hepatitis A en todo el país, enfermedad que provoca una inflamación del hígado causada por un virus que se transmite, principalmente, por vía fecal y oral.
En 2024 se produjo un aumento del 122% en el total de casos reportados en Argentina. Ese año se confirmaron 69 diagnósticos, una cifra muy por encima de los 31 casos anuales que en promedio se registraron entre 2019 y 2023.
“En lo que va del año, la cantidad de confirmaciones también supera los valores esperados”, informó el Ministerio de Salud a través del Boletín Epidemiológico Nacional.
Según información de la cartera sanitaria conducida por Mario Lugones, hasta el 8 de febrero (semana epidemiológica seis) ya se habían notificado 24 casos y confirmado –con los criterios de laboratorio– un total de 12. De ellos, siete se encuentran en la región centro (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe).
En el alerta emitida el 3 de marzo pasado, el Ministerio de Salud advirtió que –además de un aumento en el número de casos– se está dando un “cambio en el perfil epidemiológico de la enfermedad.
Es que la mayoría de las detecciones se dieron en varones de 20 a 39 años y la vía de transmisión prevalente son las prácticas sexuales de hombres que tienen relaciones con otros hombres.
La transmisión del virus de la hepatitis A “puede suceder cuando una persona susceptible consume alimentos o agua contaminados con material fecal de una persona infectada, o por contacto oral-anal durante relaciones sexuales”, estableció la cartera sanitaria.
“Su propagación está estrechamente vinculada a condiciones sanitarias deficientes, consumo de agua y alimentos no seguros y prácticas de higiene inadecuadas”, informó.
En ese sentido, Viviana Re, directora del Instituto de Virología José Vanella de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), explicó que este aumento de casos está vinculado a prácticas sexuales, más que a una baja en las coberturas de vacunación.
La especialista recordó que, en Argentina, la vacuna contra la hepatitis A se hizo obligatoria en 2005. Se administra en una única dosis a los 12 meses. Esto quiere decir que la inmunidad es mayor en los jóvenes de entre 19 y 20 años, precisamente gracias a la vacunación.
Antes de la incorporación de esta dosis en el calendario de vacunación nacional, eran más comunes los trasplantes hepáticos en niños y niñas menores de 5 años a causa de infecciones provocadas por el virus de la hepatitis A.
Vacunación
“¿Puede una persona vacunarse si no está contemplada en la población objetivo del Ministerio de Salud provincial?”, preguntó La Voz.
La especialista recomendó primero que esa persona se realice un test de anticuerpos (IGG) para saber si tiene inmunidad suficiente contra el virus (por haber entrado en contacto con el mismo en forma natural). Una vez obtenido ese resultado, si no tiene la inmunidad suficiente, puede adquirir las dos dosis de la vacuna y colocárselas.
Re informó que el virus de la hepatitis circula en la provincia de Córdoba. Estudios de laboratorio lo encontraron en las aguas residuales y en algunos cauces de ríos.

La vacuna está recomendada en los siguientes grupos:
- Varones que tienen relaciones sexuales con otros varones, mujeres trans, trabajadoras y trabajadores sexuales.
- Personas con desórdenes de la coagulación o enfermedad hepática crónica.
- Personal de laboratorio que manipula muestras del virus.
- Personal gastronómico, de maestranza que maneja residuos y servicios sanitarios.
- Personal de jardines maternales que asiste a niños menores de un año.
- Personas que viajan a zonas de alta o mediana endemia.
Para los individuos susceptibles dentro de estos grupos, se recomienda un esquema de dos dosis con un intervalo de 0 a 6 meses. En personas inmunocomprometidas, incluidos aquellos con VIH, la respuesta inmune puede ser subóptima o no duradera.
¿Cómo prevenir?
El riesgo de infección puede minimizarse tomando los siguientes recaudos:
- Lavado frecuente de las manos de la persona y sus cuidadores
- Adecuado manejo de excretas, con lavado de manos posterior y limpieza del sanitario con lavandina (por la eliminación de partículas virales en la materia fecal)
- No compartir los elementos de higiene personal (cepillo de dientes, utensilios para comer, etc.)
- Consumo de agua potable, filtrada o clorada
Se debe informar y sensibilizar acerca de la importancia de mantener prácticas sexuales con protección a través del uso del preservativo y el campo de látex, y asegurar la provisión de los preservativos en los centros de salud.
Los niños y los adultos con hepatitis A deberán ser excluidos de la institución hasta una semana después del comienzo de la enfermedad. Los adultos que manipulan alimentos deberían excluirse hasta 2 semanas después del comienzo de la enfermedad.