La cartera de préstamos personales y de tarjetas de crédito en Argentina experimentó un crecimiento real de aproximadamente el 120% desde marzo de 2024, lo que generó un aumento -también- en los índices de morosidad, sobre todo en los últimos meses previos a la elección de octubre.
Este fenómeno es impulsado especialmente por nuevos deudores con una capacidad financiera más endeble.
Así lo advirtió Guillermo Barbero, socio de First Capital Group, una consultora que monitorea los datos oficiales del Banco Central. Barbero fue entrevistado en La Voz En Vivo, el streaming de La Voz del Interior, donde analizó el endeudamiento de las familias argentinas.
Este crecimiento significa que en un corto periodo de tiempo se incorporó al mercado crediticio una gran cantidad de personas que antes estaban fuera. Además, se incrementó el dinero prestado a quienes ya eran clientes.
Los nuevos deudores empujan la mora
La preocupación se centra en que la gente incorporada recientemente “está en los límites del mapa de riesgo de las entidades financieras”.
Barbero explicó que son segmentos de clientes con una capacidad financiera “algo más débil” o una situación “más complicada”.
Naturalmente, estas carteras recién incorporadas “van a empujar los índices de morosidad por encima de los que venían antes”, aunque la cifra aún no es preocupante.
Anteriormente, las carteras bancarias eran “muy controladas” y los índices de mora eran “insignificantes”.
El especialista diferenció este segmento de otros préstamos. En el caso de los créditos hipotecarios, por ejemplo, la morosidad se mantiene baja, apenas por encima del 1%.
Tasas altas y plazos cortos complican la renovación
La morosidad se vio exacerbada por una serie de decisiones económicas recientes. Hubo una fuerte suba de las tasas de interés y las entidades empezaron a “limitar el otorgamiento de nuevos créditos”.
Esta falta de oferta de crédito, sumada a la suba de tasas, creó un “cóctel explosivo” que dificultó a los clientes endeudados poder renovar su financiación, forzándolos a caer en mora.
“Cuando a vos se te impide conseguir nuevos créditos para reemplazar los viejos, no tenés más remedio que caer en un esquema de morosidad”, detalló Barbero.
El plazo, el verdadero problema del endeudamiento
El experto enfatizó que el problema real en el endeudamiento familiar no es tanto el monto total de la deuda, que se sitúa en un promedio de uno a uno y medio ingresos por familia.
“El problema es el plazo que le damos para pagar a ese endeudamiento”, sentenció.
Si el endeudamiento debe abonarse en tres cuotas, con tasas muy altas, “nadie puede disponer del 30% o a veces más del 35, 40% de su ingreso para pagar deudas”.
En contraste, un crédito que se divide en 24 cuotas hace que la carga de la financiación sea “mucho más fácil de llevar adelante”. “Un crédito en 24 cuotas se puede pagar; un crédito en tres cuotas no se puede pagar”, ejemplificó.
Advertencia sobre la tarjeta de crédito
Barbero recordó que financiarse pagando el mínimo de la tarjeta de crédito es la opción “más cara de todas”, con tasas que se encuentran “arriba del 100%”.
Por este motivo, mucha gente está recurriendo a sacar un préstamo personal para saldar la tarjeta, porque es una opción mucho más barata.
Aunque la situación es coyuntural, se requiere una política de refinanciamiento y reestructuración de las deudas. La clave para aliviar la presión sobre los hogares será el otorgamiento de nuevos financiamientos en plazos que se adecúen a la capacidad de repago de las familias.


























