“Se cumplen 60 años del momento fatídico”, dice Lucio Peñaloza, presidente de la Asociación de Amigos del Tranvía de Córdoba (AATC), una asociación nacida en 1994 que viene pugnando desde entonces para que esos coches eléctricos que por 51 años circularon por la Capital tengan un recorrido histórico que los recuerde.
Es que el 8 de octubre de 1962 los tranvías dejaron de prestar servicio por decisión del interventor federal Rogelio Nores Martínez, quien consideró que ese sistema de transporte era “obsoleto, anacrónico, ruinoso, lento”, que estaba “perimido” y que “entorpecía el tránsito”. Lo reemplazó por ómnibus.
Desde la Municipalidad de Córdoba asumieron dos compromisos. El secretario de Transporte, Marcelo Rodio, dijo que se restaurará un tranvía portugués que llegó a Córdoba en 1998 y que se encuentra deteriorándose a la intemperie en el Dino Mall de ruta 20. Y que se analizará, en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Urbano, a cargo de Daniel Rey.
De esa forma, se concretaría la postergada misión de la Asociación de Amigos: que Córdoba tenga un recorrido histórico, similar al que ya tiene la ciudad de Buenos Aires en el barrio de Caballito, y recientemente Rosario, que logró recuperar un coche abandonado en las costas del Paraná gracias a la colaboración de la empresa municipal de transporte Semtur.
Rodio estuvo recorriendo el tranvía expuesto en el centro comercial de Ruta 20 junto a los miembros de la AATC y a un ingeniero de Tamse, la firma de transporte del municipio cordobés. En una primera instancia, consideraron factible que se restaure en los talleres donde se reparan los trolebuses, en barrio General Paz.
“La idea es primero recuperar esta unidad, que deje de deteriorarse. En Tamse tenemos la capacidad técnica para hacerlo, en conjunto con la Asociación de Amigos del Tranvía”, remarcó el funcionario.
Sobre la posibilidad de recuperar un recorrido histórico, Rodio dijo que lo analizarán en conjunto con Rey. Hay que recordar que el actual secretario de Desarrollo Urbano ya intentó poner en marcha esa iniciativa cuando se puso en valor la calle Belgrano, en lo que se denominó el Portal de Güemes.
En 2016, Rey era director de Arquitectura de la Provincia, y planteó un circuito por Belgrano para que circule los fines de semana. “Pero desde la Municipalidad se dio de baja la idea”, lamentan desde la Asociación.
¿En dónde podría circular el tranvía? Para que no se necesite una intervención tan onerosa, se tendría que buscar un tramo donde las vías aún estén desarrolladas, aunque sea debajo del pavimento, y se cuente con catenarias de trolebuses.
Un tramo que cumple con esas características es el de calle Belgrano, entre la excárcel de Encausados y la avenida Pueyrredón. Allí sería necesario el fresado del pavimento para traer a superficie el tendido de vías. Y tendría un interés turístico, ya que permitiría conectar la vieja unidad penitenciaria, que se está restaurando, con el Portal de Güemes.
Otro de los pedidos de la AATC que quedó bajo análisis es la creación de un museo del tranvía, donde puedan exponer todas las piezas y fotografías de la colección que poseen.
Los tranvías de Córdoba
En Córdoba quedan sólo dos tranvías, de los cuales uno solo prestó servicio en los tendidos de la ciudad. Se trata del interno 71, fabricado en 1950 por la Compañía de Tranvías Eléctricos de Córdoba y denominado Santa Marta. Está en un galpón del CPC Rancagua, convirtiéndose en chatarra.
Se trata de la misma unidad que por décadas estuvo en el Jardín Zoológico de Córdoba, deteriorándose a la intemperie. Desde la Asociación de Amigos recordaron que ese coche tiene una ordenanza que lo declara de “interés municipal”, que el Concejo Deliberante sancionó en 2015.
“La mencionada unidad (...) constituye un bien único e irreemplazable por cuanto es la única unidad que se conserva en la actualidad con la mayoría de sus elementos compositivos (a pesar de su deterioro progresivo) incluido su truck, por lo que Patrimonio Cultural - Dirección de Cultura y Patrimonios concuerda en un todo con la fundamentación esgrimida en el proyecto de Ordenanza de Interés Municipal en el marco de la Ordenanza N° 10.626, su puesta en valor y la creación de un circuito turístico para que el mismo sea un exponente del transporte que existió en la Ciudad”, dice la ordenanza.
Sin embargo, el tranvía se sigue deteriorando. Desde Transporte de la Municipalidad indicaron que se estudiará si se puede recuperar. Pero desde la Asociación, sostienen que es una tarea que se puede realizar, con la colaboración de las asociaciones de amigos de Rosario y Buenos Aires. “El de Rosario estaba en peores condiciones”, remarcó José Nelli, prosecretario de la entidad.
El otro tranvía nunca circuló por Córdoba, pero está en un mejor estado de conservación. De hecho, llegó en un estado impecable, pero al estar a la intemperie desde hace años, se viene destruyendo poco a poco.
Fue fabricado en Filadelfia (Estados Unidos) en 1907, traído desde Lisboa (Portugal) en 1998 gracias a la recién creada AATC y por la donación del laboratorio farmacéutico Vent3. El objetivo era que circulara por la vías aún existentes en las calles Entre Ríos y Estados Unidos, de barrio San Vicente.
El circuito nunca se concretó, y se expuso en el Museo de la Industria durante algunos años en las afueras del Museo de la Industria, en barrio General Paz.
En 2008, se lo trasladó a la plazoleta ubicada en frente a la Compañía de Jesús, como parte de un homenaje a los 40 años de la muerte de Fernando Albiero Bertapelle, más conocido como Jardín Florido, personaje característico de la peatonal y que era un pasajero frecuente de ese medio de transporte.
De allí, nuevamente emprendió viaje hasta donde está ahora, en la playa de estacionamiento del Dino Mall de ruta 20. Y allí está sufriendo las inclemencias del tiempo: el agua está arruinando sus interiores, ya que no tiene techo que lo proteja.
Por eso, la intervención de la Municipalidad, a través de Tamse, puede torcer ese destino.
El último tranvía
Como se dice al principio, este sábado se cumplen 60 años desde que los tranvías dejaron de circular por las calles de la ciudad de Córdoba. El último viaje fue en la madrugada del 8 de octubre de 1962, el coche interno 76 de la línea 1, conducido por el motorman Osvaldo Pedrocca, cerró una historia que se había iniciado el 9 de julio de 1879 con un tranvía tirado por caballos de la compañía Tramway Ciudad de Córdoba unió la plaza San Martín con Pueblo General Paz, como se lo conocía a ese barrio.
Se reemplazaron por ómnibus Ford Thames provenientes de Estados Unidos. que apenas duraron tres años.
El 22 de agosto de 1909 se inauguró el servicio con coches eléctricos, que llegó a contar con 14 líneas que unían distintos puntos de la ciudad. Llegó a tener 137 tranvías hacia fines de la década de 1950 y un tendido de 84 kilómetros de rieles.
Convivieron con los tranvías de tracción a sangre hasta 1925, cuando se cerró el servicio tirado a caballos de la compañía Tramway Colonia San Vicente.
Algunos de los barrios más tradicionales tuvieron la suerte de verlos rodar. Por ejemplo, la línea 1 unía San Vicente con Alberdi; la 2, Pueyrredón con Alberdi; y la 3, Alta Córdoba con el Centro.
Locos por el tranvía
Esta historia no podría ser contada si no fuera por los miembros de la Asociación de Amigos del Tranvía de Córdoba. La entidad está presidida por Lucio Peñaloza, quien está acompañado por Damián Pilcic, Ignacio Torres Gigena, José Eugenio Nelli, Sebastián Lazo Alamo, Sergio Moreno Clarke, Sebastián Osvaldo Ferreiro, María Ana Pérez, Mariano César Antenore, Marta Cáceres y José Luis Olivero.
Además, suelen estar acompañados por Camilo Peralta, el último motorman (conductor de tranvías) que queda en Córdoba.
Tienen como misión primordial el resguardo de un pedazo de la historia de la ciudad de Córdoba, y que las generaciones futuras sepan que por esas vías que cada tanto surgen entre el pavimento de varias calles y avenidas circularon los tranvías.