Con la llegada del invierno, la piel comienza a mostrar los efectos del clima frío y seco. Las manos y los labios, que están más expuestos, son especialmente vulnerables. Pero no sólo desde lo estético: estas zonas también son herramientas fundamentales de contacto, comunicación y expresión emocional.
“El invierno nos enfrenta a múltiples agresiones para la piel: bajas temperaturas, ambientes calefaccionados, lavado frecuente con agua caliente, uso de alcohol en gel y cambios bruscos de temperatura”, explica Johanna Furlan (MN 122975), médica cirujana especialista en medicina estética.
Hidratación interna: el primer paso para una piel sana
Una de las razones por las que se resecan más manos y labios en invierno es la disminución en el consumo de agua. Aunque sintamos menos sed, el cuerpo sigue necesitando líquidos.
Consejos prácticos:
- Incorporar infusiones sin cafeína como rooibos o manzanilla.
- Beber caldos naturales.
- Agregar rodajas de frutas o jengibre al agua para hacerla más apetecible.
Qué comer para nutrir la piel desde adentro
La salud cutánea también se construye desde la alimentación. Estos nutrientes son claves para mantener la elasticidad de la piel y prevenir fisuras:
- Ácidos grasos esenciales: presentes en palta, chía, nueces, salmón.
- Vitamina E: espinaca, almendras, germen de trigo.
- Vitamina C: cítricos, kiwi, morrón rojo.
- Zinc: legumbres, cereales integrales, semillas.
“Una piel bien nutrida se regenera más rápido y resiste mejor las agresiones externas”, señala Furlan.

Cuidados caseros: cuáles sí y cuáles no
No todos los remedios caseros son seguros. Algunos pueden irritar o empeorar la sequedad. Furlan sugiere:
✔️ Sí recomendados:
- Baño tibio de manos: agua con avena y aceite de almendras.
- Mascarilla labial nocturna: miel y aceite de coco.
- Exfoliación suave: azúcar con aceite de oliva (una vez por semana).
❌ Evitar:
- Productos labiales con mentol, eucalipto o alcanfor (resecan).
- Guantes de lana sin forro de algodón.
- Aplicar limón o bicarbonato directamente sobre la piel.
Yoga facial y ejercicios para manos: más que estética
El yoga facial y los movimientos conscientes ayudan a mejorar la circulación y la tonicidad del rostro, labios y mandíbula. Bastan cinco minutos al día.
También es útil incorporar rutinas de movilidad para manos: estiramientos, masajes circulares y movimientos de dedos que estimulan la piel y reducen la rigidez.
Cuándo consultar a un médico
“Si persisten las grietas, el ardor o la resequedad, es fundamental consultar. Puede tratarse de dermatitis, infecciones o déficit nutricionales”, advierte la experta.
La automedicación, incluso con productos naturales, puede empeorar el cuadro. Un diagnóstico correcto evita complicaciones.
“Estas zonas son sensores del entorno y de nuestras emociones. Darles atención también es una forma de autocuidado”, concluye la especialista.