El Centro, el barrio donde empezó la historia de la ciudad, es el principal núcleo comercial de la Capital que se traduce en un continuo ir y venir de personas todos los días desde las primeras horas de la mañana hasta la caída del sol.
Si bien en los últimos años se potenciaron las arterias comerciales en diferentes barrios, el Centro es el paso obligado de miles de personas para realizar trámites en una oficina administrativa, pagar impuestos, ir a la universidad o hasta visitar una iglesia.
En esas cuadras conviven una multiplicidad de ofertas comerciales para todos los bolsillos. Los carteles se suceden uno tras otro con el único objetivo de ser la opción elegida del cliente. Si uno se detiene a mirarlos hay de todas las formas y colores, y mucho de ellos incluyen imágenes.
En Córdoba se estaría dando una práctica, que también sucede en otras ciudades argentinas, en la cual las fotografías que se exhiben en el frente de algunos locales no contarían con el consentimiento de la persona retratada.
Uno de los casos más curiosos se da en la calle Santa Rosa al 1000, muy cerca de Plaza Colón. Un quiosco utiliza las imágenes de Diego Maradona y Ricardo Fort en su cartel. Sin embargo no es el único.
La cantante estadounidense Katy Perry es uno de los rostros de la cartelería de una peluquería unisex al 200, también sobre Santa Rosa.
¿Qué es el derecho a la imagen?
El abogado Carlos Romero Victorica comentó a La Voz que estos y otros casos incurrirían en delitos contra el derecho a la imagen. Este derecho, según establece el artículo 53 del Código Civil, es aquel que permite impedir que por cualquier medio (fotografía, grabado, dibujo, entre otros) se capte, reproduzca, difunda o publique la imagen de una persona de un modo que permita identificarla sin su consentimiento.
El artículo 31 de la ley 11.723 de Propiedad Intelectual, es aún más preciso: “El retrato fotográfico de una persona no puede ser puesto en el comercio sin el consentimiento expreso de la persona misma y muerta esta, de su cónyuge e hijos o descendientes directos de estos, o en su defecto, del padre o de la madre. Faltando el cónyuge, los hijos, el padre o la madre, o los descendientes directos de los hijos, la publicación es libre. La persona que haya dado su consentimiento puede revocarlo resarciendo daños y perjuicios”.
De esta manera en los casos anteriormente citados, las familias de Maradona y Fort o la mismísima Perry deberían haber dado consentimiento expreso al dueño del local para utilizar sus retratos. De lo contrario, estaría utilizándolo sin autorización.
Otros casos que se observan en algunos locales comerciales tienen como protagonistas a modelos extranjeras de diferentes edades, pero desconocidos en nuestro país. Algunos ejemplos los podemos encontrar en un local de venta de artículos para maquillaje y peinado en Av. Colón al 200, un gimnasio sobre Tucumán al 100 y tiendas departamentales de indumentaria en calles Rivera Indarte y San Martín.
¿Es posible una sanción?
Romero Victorica advirtió que estas prácticas se tratarían de una vulneración de un derecho “personalísimo” –aquel de que goza toda persona por el hecho de ser tal y “subjetivo” –que refiere a las facultades y potestades jurídicas inherentes de las personas.
“Para que exista una sanción es necesario que la persona ofendida realice una presentación judicial para que cese el uso de su imagen sin consentimiento. No es un delito de orden público donde el Estado tuviera que hacerse cargo”, apuntó el abogado.
La ley 11.723 autoriza la libre publicación de un retrato únicamente cuando se relacione con fines científicos, didácticos y en general culturales, o con hechos o acontecimientos de interés público o que se hubieran desarrollado en público.
Esto quiere decir por ejemplo que si un profesor utiliza una imagen de una personalidad famosa en una clase para explicar un tema no sería proclive a una sanción.
Contratos vencidos
En la entrada a la Galería Vía de la Fontana sobre la peatonal 9 de Julio se daría otra modalidad de uso indebido de imagen. Una lencería mantiene exhibida cartelería de temporadas pasadas con modelos reconocidas, pero cuyos contratos de publicidad ya caducaron.
Eugenia Suárez, Calu Rivero, María Del Cerro, Chechu Bonelli y Julieta Prandi, entre otras no son las protagonistas de las campañas actuales de ropa interior. Para esos casos, el contrato de cesión de uso de la imagen personal se establece por un período de tiempo específico y si no hay renovación debe ser quitado.
“El modelo publicitario hace de su imagen un medio de vida y si observa que su fotografía es utilizada para otro fin o cliente puede reclamar daño moral y daño material”, agregó Romero Victorica.
