“No tengo otra opción. Soy consciente de la sobrecarga laboral que tengo. Termino muy cansada”, dice Cecilia Oviedo, una docente de Matemática que trabaja en cuatro establecimientos educativos, secundarios y de estudios superiores, en la ciudad de Córdoba.
“Me la paso trabajando: son 36 horas semanales en ocho cursos y con 200 estudiantes”, subraya. A pesar de trabajar esa cantidad de tiempo, su sueldo apenas sobrepasa el millón de pesos.
La docente sostiene que además del dictado de clases, tiene tareas extraáulicas: realiza proyectos interdisciplinarios, prepara ferias de ciencias, carga de notas en Ciudadano Digital (Cidi), entre otras.
Además, se le suma el traslado de una institución a otra más alejada.
“La necesidad me lleva a tener múltiples trabajos –también da clases particulares–. Si bien me apasiona la docencia, me encantaría trabajar menos horas y tener un salario que me alcance para mantener a mi familia”, sostiene la docente, quien es madre soltera con una hija a cargo.
Más tareas y más horas
La misma situación que Cecilia atraviesa Alejandra Falfan, maestra de sala de 5 del nivel inicial por la mañana, y por la tarde preceptora de secundario.
“Me queda muy poco tiempo libre. Tengo al menos cuatro horas de trabajo extra por día, además del trabajo con docentes integradoras”, remarca. También se suma la tarea de inclusión digital.
Lo mismo expone el docente Diego Vega, quien trabaja en dos colegios secundarios. Plantea que, además de largas horas de tareas, vive una incertidumbre por el sueldo. Es padre soltero con una hija a cargo y apenas sobrepasa el millón de pesos por un trabajo de 30 horas semanales.
Los tres sostienen que el reclamo –que consideran histórico– es contar con mayores recursos humanos y materiales, para así alivianar la sobrecarga laboral.
Una realidad acuciante
La situación que reflejan los testimonios docentes se vio reciente informe de UEPC Capital que puso en evidencia que la tarea de los docentes no se agota en el aula, ya que el 39% del tiempo extraescolar se llevan estas últimas tareas mencionadas: pedagógicas 21,7% y administrativas con el 17,3%.
Los docentes sostienen que las tareas se les multiplican, por falta de personal en diferentes espacios; con sueldos bajos, la sobrecarga también es generada por las tareas extraescolares.
Franco Boczkowski, secretario general de UEPC Capital, dijo a La Voz que ya plantearon al Gobierno provincial la necesidad de una audiencia para trabajar estos problemas que son generalizados en las escuelas.
“Se debatió con los delegados y es parte de las deliberaciones que se dan en las escuelas para llevar adelante un plan de acciones”, indicó.
Y afirmó que la política de ajuste y achicamientos en las escuelas, genera sobrecarga laboral en los docentes y problemas de salud.
“Esto se resuelve con mayores recursos y presupuesto en educación”, indicó.
Mella en la salud
El estudio de UEPC reveló que el 92,5% de los casos consultados precisaron el uso de algún tipo de licencia durante el último año. De estas licencias, el 44,1% fueron motivadas por enfermedad.
La afección más frecuente es la migraña, con el 60,4% de las personas encuestadas. También las afecciones a las cuerdas vocales por el uso intensivo de la voz.
Cecilia cuenta que padece de migraña y se intensificó desde que está en la docencia. “Muchas veces voy a trabajar enferma. No hacerlo implica que me atrase en todo”, asegura. Además, planifica las clases y corrige durante el fin de semana. “Solo descanso el sábado”, agrega.
A veces, relata, tiene que estar pendiente de las cargas de notas en el CiDi porque el sistema suele saturarse.
Alejandra asiente y explica que la principal mella en su salud es el desgaste de la voz. “Me acuesto a las 2 y me levanto a las 7. En 2024 estuve con carpeta médica porque me quedé sin voz”, cuenta.
Diego explica que, más allá de la voz, el desgaste es por la superpoblación en las aulas y tareas extraescolares.
Desde la Provincia
Fuentes del Ministerio de Educación manifestaron a La Voz que hay una comisión interdisciplinaria que abordará el trabajo docente. Esta comenzará a funcionar después del receso escolar de julio.
Allí, participarán UEPC y representantes del Consejo de Políticas Educativa tal como está previsto en el Plan de Desarrollo Educativo provincial 2024-2027 que refleje de forma integral los requerimientos presentes y futuros de los niveles y modalidades del sistema educativo provincial.
“Se evaluarán las cuestiones que se plantean en el informe de la UEPC. No obstante, la recarga laboral es un tema que está en la agenda mundial, con una carga social que recae en las escuelas”, subrayaron.
También expresaron que está previsto abordar la temática y buscar una solución. “Trabajamos sobre el bienestar docente, con actividades en toda la provincia, y cómo canalizar las problemáticas que llegan a las escuelas”, indicaron.
Para eso –sostienen–, el Ministerio trabaja reforzando los 30 equipos interdisciplinarios (psicólogos, psicopedagogos y trabajadores sociales) que hay en la provincia, con colaboración de municipios, que asisten en problemáticas determinadas y les dan herramientas a los docentes.
“No dejamos de cubrir ningún espacio. Nombramos las personas necesarias con proyectos por parte de las escuelas”, indicaron.
Con respecto al Sistema de Gestión Estudiantes del Ministerio, en los próximos días se implementará un sistema único para el registro de notas estudiantiles, eliminando la necesidad de un doble registro.
Las cuestiones burocráticas se van a ir destrabando, y en cuanto a las cuestiones sociales hay una situación compleja que ayudamos, y complementamos con recursos, dicen.
Acompañar al docente
Alejandra Bertolez, doctora en Educación y profesora titular de la cátedra de Psicología del Desarrollo Infantil de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), manifestó a La Voz que en actualidad las condiciones desfavorables (económico, social y laboral) de los docentes generan un alto nivel de estrés.
“Los docentes presentan agotamiento físico y emocional, ansiedad, insomnio, e impactan en las escuelas con un alto número de carpetas médicas y ausentismo”, afirmó.
El ambiente laboral exige a los docentes no sólo funciones pedagógicas para las cuales sienten no estar preparados –remarcó–, además de funciones administrativas que día a día van en aumento.
Además, sostuvo que la complejidad de las infancias y las juventudes, los procesos de inclusión y el corrimiento de las familias en el acompañamiento agravan aún más las condiciones.
El docente cuida y educa, y además se capacita, capacitaciones que siente alejadas de sus necesidades. “Hoy la escuela se abre a la comunidad, a lo intersectorialidad y a lo interdisciplinar, pero los recursos no alcanzan, no llegan a tiempo o no se articulan eficazmente”, destacó.
Entre las soluciones que plantea, está: pensar alternativas al interior de la escuela como acuerdos escolares, el diálogo permanente con las familias, la consideración de la diversificación de propuestas que alojen a todos.
“Es necesario acompañar la salud mental de nuestros docentes, acompañar y educar las emociones, pensar el trabajo interdisciplinario al interior de las instituciones garantizando la integralidad de la mirada de cada uno dentro de cada acto educativo”, indicó Bertolez.