Leonardo Cositorto, el controvertido creador de la empresa Generación Zoe, está detenido en la cárcel de Bouwer, en la provincia de Córdoba, tras haber sido acusado de una megaestafa. En medio de su encarcelamiento, encontró un modo de continuar su actividad formativa, impartiendo charlas de coaching a otros detenidos. Lo hace en su propia celda, en grupos de 10 a 12 personas, lo que puede soportar un espacio de tres por tres metros, con dos camas.
“Me detuvieron hace exactamente 30 meses y estoy en prisión preventiva en la cárcel de Bouwer, Córdoba. Me ha generado un montón de problemas personales, como no poder ver a mi hijo, que tiene discapacidad. Me han dejado en una provincia donde no tengo ningún vínculo afectivo, y ni siquiera me autorizan un locutorio para poder hablar con él”, arranca Cositorto en una charla telefónica con La Voz desde la cárcel.
–Cuénteme su situación procesal en este momento. ¿Ya fue elevada la causa a juicio? ¿Tiene fecha de juicio en Córdoba?
–En Córdoba, no, porque hubo muchas denuncias cruzadas y contravenciones. Estamos esperando que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) resuelva un pedido de queja que hicimos. Tengo entendido que la Cámara ya dio una respuesta, pero todavía hay temas que se están resolviendo. Además, la fiscal de Villa María, Juliana Companys, fue recusada en varias oportunidades por abuso de poder y por emitir opinión antes de tiempo. No sólo eso: también hizo un documental para Netflix en el que utilizó muebles incautados, sin permiso judicial, y donde mintió sobre aspectos clave del caso, como mi supuesta entrada ilegal al país.
–¿Es un pedido de queja de su parte o de algún otro?
–Sí, de mi parte y de otros. Hay varios detenidos aquí que hicieron lo mismo. La causa en Córdoba ha estado llena de irregularidades desde el principio.
–El que sí está elevado a juicio con fecha firme es el de Goya, ¿no?
–Claro, el juicio en Goya está programado para el 16 de octubre. Pero aún no tengo abogado para esa causa, porque tardaron mucho en darle la matrícula. Recién esta semana estará llegando, pero para matricularse en Goya hay que pagar 750 mil pesos. Nos han incautado todo, paralizado los negocios y dejado a la gente sin respuestas. La fiscal miente al decir que había cinco denuncias. La primera denuncia fue hecha bajo extorsión, y con eso nos hicieron más de 30 allanamientos, paralizando la compañía y generando un caos total.
–¿Y sus operaciones, Leonardo, estaban calzadas o autorizadas por la Comisión Nacional de Valores (CNV)? ¿Cómo era?
–No, no tiene nada que ver con la CNV. Nosotros teníamos un fideicomiso educativo bajo la Inspección General de Justicia (IGJ). La CNV no es un órgano de contralor sobre nosotros. Yo compré una empresa llamada Connecting para tener acceso al mercado financiero, pero todo quedó paralizado cuando Héctor Yrimia, un exjuez federal, se metió en el negocio. Me pidió 400 mil dólares para dejarme operar, lo cual es ridículo. Perdí 650 mil dólares en esa operación.
–Pero Generación Zoe, ¿no estaba funcionando como una estafa piramidal? Porque si no sumaba nuevos aportantes, el sistema no se sostenía, ¿no?
–¿Piramidal? ¿Qué es eso? Esto es pura ignorancia. Un esquema piramidal es cuando dependés únicamente de la entrada de nuevos inversores para pagar a los anteriores. Nosotros no hacíamos eso. Nosotros vendíamos formación, coaching ontológico, neurociencias. Teníamos más de 70 oficinas en todo el mundo y una criptomoneda propia que cotizaba en cinco exchanges. La fiscal no permitió que pagáramos a nadie. Nos atacaron mediáticamente y eso generó una corrida.
–Sí, pero cuando la gente se quedó sin poder cobrar, ¿cómo se sostenía el sistema?
–Como cualquier empresa que enfrenta un quiebre financiero. Si vos tenés un banco y todos retiran su dinero al mismo tiempo, el banco colapsa. Nosotros estábamos facturando dos millones de dólares por día, teníamos una proyección de crecimiento. Pero todo se cayó porque nos atacaron desde los medios y congelaron nuestras cuentas.
–Bueno, pero un banco tiene regulaciones. Usted manejaba dinero de la gente sin esas regulaciones.
–Sí, claro, un banco tiene regulaciones, pero nosotros no éramos un banco. Somos una escuela de coaching. La gente compraba membresías para estudiar. Es muy distinto.
–Pero las membresías prometían retornos financieros, ¿no? ¿No es eso un negocio financiero?
–Sí, prometíamos un 7,5% de retorno anual en algunas de las membresías, pero eso era parte del fideicomiso educativo. No estábamos haciendo nada ilegal. El problema fue que no nos dejaron pagar a la gente, porque paralizaron todo. Y cuando la gente quiso cobrar, no pudimos cumplir, porque nos bloquearon las cuentas.
–¿Y cómo es su situación ahora dentro de la cárcel? Mencionó que está dando charlas de coaching.
–Sí, doy clases de coaching todos los días. Llevo 900 días sin fallar ni uno. Es coaching con base bíblica, espiritual, gramatical. Enseño a otros detenidos a mejorar su vida, a enfrentar mejor sus emociones y sus problemas.
–¿Cuántas personas participan en esas charlas?
–No más de 10 o 12, porque las celdas son muy pequeñas, de dos metros por tres. No podemos amontonarnos más que eso. Pero lo importante es que las clases están haciendo una diferencia en la vida de quienes asisten.
–¿Está compartiendo celda con alguien?
–Sí, afortunadamente sólo comparto con una persona. Pero hay celdas en las que hay hasta cinco detenidos, y el hacinamiento es terrible. Si quiere, le paso a alguien que asiste a mis charlas para que le cuente él mismo cómo son.
–Bueno, adelante, páselo.
–Le paso a Juan. Él ha estado en mis charlas desde hace un año y medio.
Pasan algunos segundos y saluda del otro lado una voz diferente.
–Hola, Juan. ¿Usted asiste a las charlas de “coaching“ que da Leonardo? ¿De qué tratan?
–Sí, claro. Las charlas son sobre coaching ontológico, ontología del lenguaje, cómo manejar los estados de ánimo y las emociones, cómo cambiar nuestra forma de pensar.
–¿Y cómo le han servido a usted personalmente?
–Muchísimo. Yo no terminé ni el secundario, pero estas charlas me ayudan a cambiar mi perspectiva, a enfrentar la vida de otra manera. Leonardo nos enseña a salir de los estados depresivos, a mantenernos motivados. Nos cambia la vida.
–Bueno, gracias por su testimonio, Juan. Ahora volvamos con Leonardo.
–Gracias a usted.
Hay una breve pausa, en la que el teléfono cambia de manos.
–Leonardo, mencionó antes que ha hecho denuncias de corrupción en el sistema judicial. ¿Su abogado presentó algo formal?
–He denunciado todo esto públicamente, pero abogados y fiscales se cubren entre ellos. El sistema está diseñado para extorsionar a los presos. Y a mí me han extorsionado varias veces aquí adentro, ofreciéndome sobornos para liberarme. Esto es un negocio para ellos. Mientras tanto, los presos siguen sufriendo, la droga y los celulares siguen entrando, y nada cambia.
–¿Cómo se definiría a usted mismo en una palabra?
–Oportunidad. Siempre he sido una oportunidad para la gente. He creado oportunidades para miles de personas en todo el mundo. Y lo seguiré haciendo, aunque sea desde la cárcel. Si me trasladan, seré una oportunidad en otro lugar. Si me liberan, volveré a crear negocios. No soy un oportunista, como dicen; soy alguien que genera espacios para que otros prosperen.
–Hay quienes dirían que manejar una empresa de dos millones de dólares por día y no tener bienes personales importantes suena contradictorio.
–Mire, yo no me puse la plata en el bolsillo. Todo lo que ganaba lo reinvertía en la empresa, en abrir nuevas oficinas, en capacitar gente. Sólo tengo un auto a mi nombre, y lo compré para ayudar a una persona que no podía seguir pagando las cuotas. No necesito más. Mi objetivo nunca fue enriquecerme a costa de los demás, sino ofrecerles herramientas para mejorar sus vidas.
–Finalmente, ¿cómo ve su futuro legal? ¿Qué espera que ocurra?
–Espero que la Justicia haga su trabajo y revele la verdad. Todo lo que hicieron fue una campaña mediática para destruirnos. Pero confío en que, tarde o temprano, se demostrará que Generación Zoe no fue una estafa, sino una empresa legítima que ayudaba a las personas a mejorar su vida a través de la educación y el coaching. Mientras tanto, seguiré dando clases y ayudando a quien quiera escuchar. No se olviden de lo que les dije: la prisión preventiva está diseñada para extorsionar, no para hacer justicia.
Contra el ex juez Irimia
Uno de los blancos de Cositorto en su descargo es el ex juez Héctor Luis Yrimia, quien está prófugo en la causa.
“Yrimia debería estar sentado en el banquillo, porque es uno de los principales armadores de una estrategia para escaparse del país, poner a Gustavo Saavedra en su lugar, hacerlo declarar una mentira, un disparate absoluto y salir acá, libre, y además no sabemos ni dónde está ni dónde se encuentra, y obviamente que ya no vive más donde estaba. Además de que se robó 100 mil dólares de la caja, hizo parte, y no tengo ningún problema de hacer un cariño con él. Entonces, es imprescindible, pero él fue el que creó el fideicomiso.
–Y también fue el que le trae la idea de la mina de oro, ¿no?
–Todos los negocios, la mina de oro de la caja, que fuimos hasta allá a la verla y yo la vi, porque ahí mismo estaban construidas las casas antiguas de los jesuitas, yo mismo la vi. La de San Juan yo no la vi, pero más de gente a verla, entonces es él el que trajo los negocios. Es él el que me trajo al supuesto dueño de Sol Petróleo, a la oficina que es el que me ofrece el 25% de la participación de la mina de San Juan.
–¿Yrimia lo estafó?
–Por supuesto que estafó. Por eso se escapó. Y si no, que venga a presentarse a la justicia.
Hay otra persona que no aparece:María Rosa González Rincón. Supuestamente era quien manejaba el trading de Generación Zoe, si es que esas operaciones eran reales. Se hizo conocida porque pasó de vender buñuelos a “crear un algoritmo de seguridad cuántica”, según la promocionaba Generación Zoe.