Preocupados por los efectos que tiene la pandemia de Covid-19 en las personas, un grupo de estudiantes de Arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) propusieron un centro de salud mental interdisciplinario para que se construya en el polo deportivo del estadio Mario Alberto Kempes.
“La ley 26.657, sancionada en 2010, prevé la sustitución de las instituciones psiquiátricas monovalentes por un sistema de desmanicomialización que respete los derechos humanos. De acuerdo a esto, acordamos que es necesario abordar la salud mental desde una visión alejada de la manicomialización, el encierro y la medicalización para lograr una mejor calidad de vida y una reinserción del paciente en la sociedad. Planteamos entonces, la necesidad de generar espacios para la participación tanto de equipos interdisciplinarios como de la familia en una concepción más holística: cuerpo, emociones y mente”, explican Julieta Fontaine, Macarena Morello y Martín Zavala Reyes.
En esa línea, propusieron un centro de salud mental interdisciplinario al que bautizaron Sinapsis, como una alternativa que dé respuesta a esta necesidad. Hacen analogía con la sinapsis que se produce en el cerebro: la comunicación entre neuronas por neurotransmisores.
“En nuestro centro propiciamos el vínculo entre cuerpo/mente - persona/arquitectura”, señalan.
La propuesta se ubicaría en el polo deportivo Mario Alberto Kempes, en la zona noroeste de la ciudad de Córdoba.
Se plantean circulaciones principales peatonales, ciclovías, dos estacionamientos subterráneos, equipamientos gastronómicos (bar-café), sanitarios públicos y una cancha multifuncional.
“De esta manera queda delimitada un gran área verde de permanencia y recreación que fomenta el encuentro, complementando el proyecto y generando un estrecho vínculo con su entorno. Dentro de esta propuesta paisajística situamos como equipamiento principal el centro de salud mental interdisciplinario Sinapsis”, explican los arquitectos.
El edificio se desarrolla por debajo de la cota cero y al igual que un iceberg, tiene dos partes: una visible y otra oculta.
“Asoma en la superficie sólo un 10 por ciento de su totalidad de manera etérea, buscando respetar y conservar su entorno. El soterramiento cumple la función de dar origen a un edificio sustentable que revaloriza el espacio público y la línea de horizonte”, plantean.
“Logramos la combinación armoniosa entre ecopsicología y neuroarquitectura. Entendiendo la ecopsicología como un nuevo campo de estudio de la psicología, que relaciona el medio ambiente con la salud, tanto mental como física y espiritual. Para su composición se tuvieron en cuenta elementos de la neurociencia, tanto psicológicos como emocionales y criterios de diseño basados en la neuroarquitectura”, explican desde el grupo.
El edificio está planteado en dos alas. Una cognitiva con musicoterapia, taller de grupo, dramaterapia, entre otras, y otra corporal con yoga, danzaterapia, pilates, entre otras.
Ambas se vinculan por un hall principal que hace de núcleo de carácter público y central. Todos los espacios están ligados a patios que permiten el ingreso de una abundante iluminación y una correcta ventilación. “La naturaleza y el paisaje se convierten en la nueva materia integrándose a la arquitectura para construir espacios rehabilitadores que resultan reflejados en atmósferas que irradian confianza y tranquilidad”, resaltan.
“La combinación de la vegetación con el agua en movimiento, generan un microclima que funciona como corazón verde del edificio, produciendo sensación de bienestar y armonía en el paciente. Para fomentar este estadío y acompañar al paciente, se utilizó el recurso de la curva en combinación con una selección estratégica de colores, teniendo en cuenta las sensaciones que transmiten”, describen en la memoria del proyecto.
“De esta manera, Sinapsis se transforma en el primer centro de salud en el que mente y cuerpo se complementan en pos de un tratamiento holístico, la participación de la familia y la posible reinserción del paciente en la sociedad”, concluyen.
