Durante la madrugada del jueves murió Brisa, la tigresa de bengala más longeva que se encontraba alojada en el Parque de la Biodiversidad, en la ciudad de Córdoba.
Por su vejez, Brisa presentaba dificultades para movilizarse. Por eso, el personal del Ente BioCórdoba la acompañó en su proceso: adaptaron las escalinatas del complejo felino con rampas para facilitar su andar y en el piso colocaron alfalfa para aminorar golpes que pudiera sufrir por su frágil andar.
Incluso para esta semana tenían programadas otras intervenciones como la instalación de pisos con goma eva. En su último trayecto, el equipo de cuidadores, de veterinarios y de bienestar animal del Parque estuvieron cerca del animal.
La tigresa no presentaba signos de enfermedad visible, salvo su estado avanzado de cataratas. A razón de algunas observaciones de decaimiento y dolencias propias de la edad, profesionales de la salud animal le suministraron fármacos para optimizar su rendimiento.
Su longevidad impedía el adormecimiento para profundizar en estudios y diagnósticos, ya que el suministro de anestesia podía peligrar su vida.
En sus últimos días solo aceptaba alimentarse con pollo y desestimaba otro tipo de ingesta. Ahora, se realiza la necropsia para conocer la razón de su deceso.
Su historia
Brisa nació en el exZoo de Córdoba en 2006. Con 18 años era la tigresa más longeva del Parque de la Biodiversidad. Su larga vida se extendió por encima de la expectativa de este espécimen en la naturaleza, que ronda entre los 10 y 12 años.
Durante su permanencia tuvo dos crías, Pupi y Tiziana, quienes se encuentran junto a otro tigre de bengala y dos blancos en el complejo felino del Parque de la Biodiversidad.