En Argentina, las lesiones en la cabeza relacionadas con actividades recreativas como el ciclismo, el skateboarding o el patinaje son una preocupación creciente. A pesar de que estas actividades son saludables y divertidas, la falta de uso de cascos homologados expone a niños y adolescentes a riesgos significativos.
Expertos en neurología infantil destacan que el casco no sólo es un elemento de protección, sino una herramienta clave para prevenir tragedias y discapacidades.
En esa línea, neurólogos pediátricos recomiendan a los Reyes Magos incluir cascos de protección homologados en caso de regalar bicicletas, patines, monopatines, patinetas u otros objetos que sirvan para practicar este tipo de actividades recreativas.
“Además de ser un regalo práctico, un casco de protección puede marcar la diferencia entre un día de diversión y una tragedia, es el único elemento que evita lesiones en el cerebro”, advierten los especialistas.
Neurólogos piden a los Reyes Magos no olvidar los cascos
En Argentina, los deportes y actividades recreativas al aire libre son una parte fundamental de la infancia. Sin embargo, los datos muestran una realidad alarmante: según estadísticas del Ministerio de Salud, las lesiones en la cabeza representan una de las principales causas de internación en niños debido a accidentes recreativos.
Por ejemplo, un estudio realizado en hospitales públicos del Área Metropolitana de Buenos Aires reveló que el 35% de los niños atendidos por accidentes en bicicleta sufrió algún tipo de traumatismo craneal. La ausencia de casco fue un factor común en estos casos.
En actividades como el skateboarding y el patinaje, donde las caídas son frecuentes, el riesgo se amplifica. “Los niños no perciben el peligro real, y muchas veces los padres tampoco le dan la importancia que merece al casco”, comenta Andrea Molina, neuropediatra del Hospital Garrahan.
El impacto del casco: cifras que hablan por sí solas
El uso del casco puede reducir el riesgo de lesiones en la cabeza entre un 63 y un 88 por ciento, disminuyendo “significativamente” la posibilidad de lesiones cerebrales graves y mortales.
En el caso del ciclismo, los cascos reducen el riesgo de lesiones graves en la cabeza en un 75 por ciento; en deportes de nieve disminuyen las lesiones en la cabeza en un 35 por ciento; y en patinaje y equitación puede hacer que descienda la probabilidad de trauma craneal en un 50 por ciento.
Es por eso que los neuropediatras prefieren trabajar en la prevención de accidentes, especialmente por el uso del casco, antes que tratar sus consecuencias.
“A pesar de esta evidencia, muchos niños aún no utilizan cascos de protección de manera consistente debido a barreras como la incomodidad, la falta de acceso, o la percepción de que no son necesarios. Como sociedad debemos priorizar la seguridad de nuestros niños promoviendo el uso universal del casco en actividades de riesgo”, subrayan los expertos.
Un informe del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV) indica que el uso del casco entre ciclistas y patinadores sigue siendo bajo, especialmente en menores. Este descuido puede ser la diferencia entre una recuperación rápida y una lesión con secuelas permanentes.