Con el descenso de las temperaturas, las guardias de adultos también se comienzan a abarrotar debido a cuadros por infecciones respiratorias. Hace dos meses, la demanda se acrecentó en los hospitales pediátricos, pero ahora los virus no distinguen niños de adultos.
Faringitis, laringitis y resfríos están provocando hoy la mayor cantidad de consultas por guardia. Son las llamadas “infecciones respiratorias agudas altas” que son causadas por los viejos virus que surgieron mucho antes de que se hablara de Covid-19: gripe, adenovirus, parainfluenza, y la lista sigue.
Especialistas advierten que son muy pocas las faringitis que se desencadenan por bacterias (apenas entre el 15% y el 30%). Por eso, recomiendan no automedicarse ni ingerir antibióticos, salvo que estos sean prescriptos por un profesional.
“Hace tiempo que los pediatras están viendo muchos casos de infecciones respiratorias, porque este año circula con fuerza el virus sincicial. En cambio en adultos, todo se demoró debido a las cálidas temperaturas que tuvimos en otoño. Calculamos que, con la ola polar, ahora comenzaremos a ver más pacientes”, explicó Liliana Zappia, docente de la Cátedra de Infectología I de la Universidad Nacional de Córdoba y subdirectora del Hospital Rawson.
El incremento en la demanda, tanto pública como privada, puede generar mayores demoras en la guardia. “En general, los pacientes no pueden cuantificar si el caso de cada uno es urgente o no. Pero en las guardias existen criterios y prioridades, según se presente cada caso”, agregó la especialista.
Virus circulantes
El panorama de los virus respiratorios hoy se parece más al de la prepandemia. En niños, circula con fuerza el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), principal causante de la bronquiolitis en menores de 5 años. Mientras que, en adultos, hay más gripe, gérmenes que causan cuadros más leves y –en menor medida– Sars-Cov-2.
“Es muy baja la incidencia que estamos teniendo hoy de coronavirus en Córdoba”, aclaró Zappia.
Otra de las diferencias en cuanto a la edad es que los pequeños tienen menos defensas contra esos virus, ya que han estado más aislados, sin clases y con menos contacto entre sus pares. Adultos y adolescentes, en cambio, pararon menos y ya tienen alguna inmunidad contra los agentes patógenos que están circulando hoy.
¿Por qué entonces parecen eternos los cuadros de faringitis?; ¿por qué da la sensación de que la enfermedad no se fuera más?
“La mayoría de los casos se resuelven entre las 42 y 72 horas con medicación que trate los síntomas: dolor de garganta o fiebre. Sin embargo, hay otros pacientes que pueden tener una alergia de base, u otra enfermedad que los inmunodeprime”, advirtió Zappia.
Por su parte, Miguel Díaz, coordinador de la Comisión Clínica del Ministerio de Salud provincial, agregó que las faringitis vienen por lo general acompañadas por otros síntomas de las vías respiratorias altas: rinitis, tos, conjuntivitis y, en algunos casos, hasta diarrea. Muchas veces, quienes se enferman están más propensos a contagiarse de otra infección viral y entonces la recuperación puede demorarse.
“Una de las cosas que aprendimos en pandemia es que una infección viral puede provocar una alteración inflamatoria. Dependiendo de la persona, dura entre cinco a seis días y después se va. En inmunodeprimidos, quizás dure un poco más. Lo importante es no automedicarse ni tomar antibióticos sin prescripción porque generan resistencia”, señaló Díaz.
Otra indicación para consultar de manera urgente es si aparece alguna dificultad respiratoria o si la fiebre no baja a pesar de haber tomado antipiréticos. También cuando la persona ya tiene una enfermedad de base (diabetes, patologías cardíacas) o alguna inmunodeficiencia.
“Un viejo dicho que aun tiene vigencia es que la gripe se cura en siete días, con o sin antibióticos”, recordó Zappia.
Mientras duren las molestias se recomienda reposo (del cuerpo y de la voz) y evitar los ambientes secos o calefaccionados en exceso. Y altas dosis de paciencia, la recomendación final, otra de las enseñanzas que nos dejó la pandemia.
