Julieta Silva, la mujer condenada en 2018 por atropellar y matar a su expareja Genaro Fortunato, recibió nueve meses de prisión en lo que es su segunda pena en la Justicia de Mendoza, ahora por golpear a su actual esposo.
El nuevo caso en contra de Silva
La denuncia que devino en este proceso judicial fue radicada por su actual esposo el pasado 12 de julio, cuando el hombre realizó un llamado al 911 desde el baño de la casa -donde estaba refugiado- para alertar por reacciones violentas de la mujer. Cuando la Policía llegó al domicilio, constataron lesiones leves en el denunciante.
Posteriormente, la Justicia imputó a Silva por lesiones leves agravadas por el vínculo y le dictó prisión domiciliaria, con monitoreo electrónico. En las semanas siguientes, la Fiscalía de Instrucción de San Rafael sumó cargos por privación ilegítima de la libertad en al menos diez episodios, amenazas simples y desobediencia, publicó Infobae.
El expediente avanzó y los abogados de la acusada, Clarisa Fuentes Rubio y Roberto Castillo, solicitaron cerrar la causa o aplicar una pena menor. Fue así como se dio lugar al juicio abreviado realizado este miércoles.
En la audiencia, el juez la encontró culpable de los hechos que se le imputaban y, aunque la Fiscalía solicitó que la condena se cumpliera de forma efectiva, el magistrado determinó que la sanción se ejecute bajo la modalidad domiciliaria.
Asimismo, declaró a Silva reincidente y vinculó esta resolución con la pena anterior que recibió en 2018, cuando hallada culpable del delito de homicidio culposo agravado en la causa del rugbier Fortunato. En ese entonces, tras un fallo unánime, la condenaron a tres años y nueve meses de prisión y a ocho años de inhabilitación para conducir.
En relación con los delitos de privación ilegítima de la libertad y desobediencia, que también se le endilgaban a Silva, el tribunal resolvió dictar su sobreseimiento. De este modo, la medida solo recayó sobre la figura de lesiones leves agravadas por el vínculo.
Según consta en el expediente judicial, la prisión domiciliaria se implementa de acuerdo con lo sostenido por la defensa de Silva sobre su situación personal y su historial procesal. En declaraciones recogidas durante la audiencia, la Fiscalía manifestó su desacuerdo con el régimen adoptado para la ejecución de la condena.
Silva dio su versión: que fue víctima de extorsión
Silva sostuvo su inocencia en las denuncias por violencia de género contra ella: aseguró que fue víctima de extorsión y que no cometió los hechos por los que está acusada. Al respecto, relató a Telenoche que su actual esposo utilizó información de su pasado para chantajearla.
“Empecé a sentir que él usaba situaciones dolorosas que viví para amenazarme. Me filmaba sin que yo supiera, grababa conversaciones y tenía videos íntimos míos. Cuando descubrí esas grabaciones, hasta me arrodillé pidiéndole que las borrara”, contó.
La mujer definió la relación como “complicada y tóxica”. “Hace casi cuatro años que estábamos en pareja. Él llegó a mi vida como una persona sufrida, víctima de una relación anterior, atravesado por conflictos familiares; y yo venía de la muerte trágica de Genaro. Me sentí refugiada en él”, siguió.