El concierto solista de Paul McCartney tuvo lugar el 23 de octubre en el estadio Mario Alberto Kempes. Su regreso a Córdoba después de más de ocho años fue parte de su gira mundial Got Back Tour y dejó cifras récord no sólo en el ámbito cultural, sino también en el económico, impactando en muchos actores de la economía local.
Según un informe preliminar elaborado por el Instituto de Economía Política y por el Observatorio de Tendencias Insight 21 de la Universidad Siglo 21, el impacto económico que tuvo este recital del músico británico se estima que ronda los $ 13.823.820.156.
El informe encontró que los costos asociados con el evento excedieron con creces las expectativas debido a la gran cantidad de participantes del interior de la provincia de Córdoba y, en muchos casos, de todo el país.
El concierto, con entradas agotadas en un tiempo récord, atrajo a fans de todas las edades, consolidando el estatus del ex-Beatle como uno de los artistas más queridos del mundo.
Además de sus presentaciones únicas, desde los grandes éxitos de Los Beatles hasta sus composiciones solistas, el evento atrajo a miles de personas a Córdoba, lo que la posiciona como un centro cultural importante en el país y en la economía local, señala el informe.
La diversidad de participantes fue un factor importante que influyó en la economía por los tipos de gastos que demanda cada uno. Según el informe, el 61,6% de los participantes que asistieron al show no vive en Córdoba.
De este grupo, el 22,3% provino de localidades o ciudades del interior de la provincia, mientras que el 38,8% de otras provincias argentinas y solamente el 0,5% lo hizo desde otros países.
La combinación aumentó el gasto promedio por persona a $ 357.473,53, más del doble del promedio estimado si sólo participaran los residentes locales, alcanzando un gasto de $ 179.717,37.
Las mayores erogaciones de dinero fueron realizadas por visitantes de otras provincias y países. Este grupo de fanáticos que asistió al show gastó un promedio de $ 962.514,25 por persona, es decir, 5,4 veces más que los residentes de las localidades locales.
Por su parte, los participantes del interior de la provincia gastaron en promedio $ 370.961,44, más del doble de lo que gastaron los participantes cordobeses en la Capital. Este alto nivel de consumo demuestra el valor económico de atraer audiencias de fuera de la ciudad a eventos culturales a gran escala.
Los gastos relacionados con el concierto
El informe analizó diferentes categorías de costos, lo que ilustra la magnitud del impacto económico que se generó alrededor del show.
La mayor proporción se reflejó en las tarifas de entrada, que representaron hasta $ 6.400 millones, lo que demostró que, en promedio, los visitantes de fuera de la provincia compran entradas más caras.
El gasto en ticket para los residentes locales fue de $ 135.764,57, mientras que para los asistentes que vinieron desde otras ciudades o localidades del interior este costo se elevó a $ 176.329,50. Por su parte, los fanáticos de otras provincias y del exterior gastaron en su entrada un promedio de $ 411.455,11.
En materia de alojamiento, los participantes que no eran residentes en Córdoba capital gastaron un total estimado de $ 822 millones, mientras que su traslado a la ciudad de Córdoba fue de $ 1.057 millones.
En tanto, el gasto total en alimentación dentro y fuera del estadio fue de $ 912 millones y en compras en centros comerciales fue de $ 1.073 millones.
Además, el turismo de eventos generó $ 1.231 millones, lo que aumenta el potencial del concierto para promover el turismo local y provincial.
Dentro del informe aparecen otras categorías clave que incluyeron merchandising, que representó un total de $ 758 millones en ingresos. A su vez, el consumo de alimentos y bebidas en el estadio totalizó unos $ 408 millones.
Finalmente, los gastos posteriores al evento, como entretenimiento y viajes, alcanzaron los $ 778 millones, completando el desglose de los principales componentes de los costos relacionados con el programa.
Coeficiente de ticket: un indicador de eficiencia
Una de las métricas destacadas en el informe es el llamado “multiplicador de entradas”, que mide la relación entre el gasto total y el gasto en entradas.
Para los turistas locales o residentes de Córdoba capital, la relación es de 1,3, lo que significa que, por cada peso invertido en la entrada al show, destinaron un 30% para otros gastos. En tanto, para los asistentes de otras ciudades o localidades del interior de Córdoba, el multiplicador fue del 2,1, y para los invitados de otras provincias y países, del 2,3.
Es así como estos dos últimos gastaron un 110% y un 130% adicionales al costo de la entrada que adquirieron, en concepto de otros gastos, como traslado hasta Córdoba, alojamiento, comidas, compras previstas en centros comerciales, otras actividades turísticas, traslado hasta el estadio, merchandising, comidas y bebidas dentro del estadio y en la salida. El multiplicador general promedio se ubicó en 2,2.
Lo proyectado a futuro
“El concierto de McCartney no sólo se convirtió en un hito en la cultura cordobesa, sino que también enfatizó la importancia de las actuaciones masivas como motor de un desarrollo en la economía local”, señalaron los investigadores, para quienes “estos eventos no sólo movilizan a sectores tradicionales como el turismo, el transporte y la gastronomía, sino que también tienen impactos indirectos en sectores como el comercio minorista y los servicios”.
En los próximos pasos, el equipo de investigación que desarrolló este informe planea aplicar una matriz insumo-producto para evaluar el impacto en términos de valor agregado y producto total en sectores económicos clave. También se realizará un análisis del impacto financiero de esta actividad, teniendo en cuenta los ingresos tributarios municipales, provinciales y nacionales generados por la actividad de consumo relacionada.
Además, trabajará con los organizadores para proporcionar un desglose más preciso de los ingresos locales generados por la venta de entradas, salarios, alquileres y tarifas.
Según los investigadores, este método podría replicarse en futuros programas para evaluar con precisión su impacto en las economías locales y regionales y aplicarlo no solamente a actos culturales, sino también a eventos deportivos o de alta magnitud.