Una audiencia clave en el juicio que investiga muertes y posibles secuelas en recién nacidos en el hospital Materno Neonatal de la ciudad de Córdoba se llevó a cabo este martes. Allí se presentaron los resultados de los peritajes interdisciplinarios que abordaron distintos aspectos de la personalidad de la enfermera Brenda Agüero, imputada por homicidio calificado por procedimiento insidioso reiterado.
El juicio se realiza en la sala Séptima del Crimen, en el edificio de Tribunales II, de la Capital provincial.
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Los peritos oficiales Sebastián Nigro, Verónica Martínez Goyena y Matías Ambrosio explicaron detalles de los informes. Se realizaron a Agüero cuatro entrevistas semiestructuradas y tres con técnicas de exploración psicológica. También se buscó información sobre el perfil de la imputada con vecinos de su barrio y excompañeros de trabajo.
Los peritos oficiales aclararon que una personalidad –en cualquier individuo– es un proceso dinámico y complejo. “Este tipo de técnicas (los peritajes interdisciplinarios) permiten hacer inferencias, pero tienen una limitación a la hora de hablar de estructuras de personalidad”, aclaró Nigro. Hecha esta salvedad, explicó que el peritaje detectó en la enfermera rasgos “narcisistas, autorreferenciales y psicopáticos”.
Sin embargo, dijo que “no se evidenciaron indicadores psicopatológicos que pudieran ser compatibles con algún trastorno mental activo”. Esto quiere decir que no se hallaron trastornos o patologías de salud mental. “Brenda tiene plena condición para hacer una lectura adecuada de la realidad. No hay indicadores psicopatológicos que le impidan leer el contexto completo de lo que sucede. Ella advierte todas sus variables, lo que hay y lo que no hay”, explicó la psicóloga Martínez Goyena.
Este es uno de los puntos clave, ya que desestimaría la posibilidad de declararla inimputable.
Poca empatía
Al comenzar a desenredar el ovillo de los informes oficiales, los peritos detectaron en Brenda un “mecanismo de desafectivización”. Este se da en personas que afrontan situaciones traumáticas de la vida (como una mudanza o el divorcio de sus padres), dejando de lado el afecto o separándolo de la vivencia.
Ante una crisis vital, lo esperable es que esa angustia se tramite o se suelte. “Una persona puede llorar, expresar dolor ante el sufrimiento. En este caso, todo fue naturalizado. Es como decir: ‘No importa, yo puedo’. Elimina el afecto”. Quienes afrontan crisis vitales a través de este mecanismo, necesitan un tercero para “poder dar curso a ese afecto”, agregó la especialista.
Los peritos también hallaron en la enfermera poca empatía con las mamás que sufrieron las muertes que se investigan y una forma particular de conexión con el sufrimiento ajeno: Brenda se habría colocado en una posición de benefactora.
“Es común que un terapista, por poner un ejemplo, conecte con el sufrimiento de un paciente cuando la persona se cura o las cosas se resuelven. En este caso, no notamos ninguna empatía con el dolor de las madres. La conexión emocional con el sufrimiento de las víctimas fue por haberse dado cuenta primero de las cosas”, explicó Nigro.
Necesidad de destacarse
El informe oficial relevó “rasgos narcisistas, psicopáticos y autorreferenciales” en la personalidad de Brenda. Las personas narcisistas tienen una imagen idealizada de ellas mismas y necesitan brindar esa imagen todo el tiempo, explicaron los peritos. Para sostener esa imagen idealizada, un narcisista se pone en una posición de privilegio que se ajusta a la realidad de sus designios.
En el caso de la autorreferencialidad, la persona se pone en el centro de un intercambio social. “Tiende a no mostrarse integralmente, ocultando información de manera deliberada, pero no puede evitar ponerse en un lugar central”, detalló Nigro.
Un narcisista tiene una imagen idealizada que es impermeable al juicio de los demás. “Esto potencia rasgos omnipotentes y la posibilidad de modificar el entorno según sus designios”, agregó el profesional.
“Un individuo que todo el tiempo busca ser reconocido, admirado o visto, puede obtener ese beneficio a través de una conducta psicopática. Para obtener esa satisfacción, la persona puede manipular, engañar o difamar a otros. Puede decir: ‘Yo me di cuenta antes que los médicos. Los otros no saben’”, sumó el psiquiatra.
El narcisismo puede estar asociado a una conducta psicopática. Para los peritos oficiales, Brenda tenía estos rasgos: “Una baja autoestima debe ser compensada constantemente. Cuando se oculta, miente, trata de convencer al otro o estafa, tiene otro elemento psicopático”.
Para la defensa, no hay evidencia
La licenciada en psicología Fabiana Boerr, el psiquiatra Raúl Quiroga y la trabajadora social Constanza Doffo –peritos de parte propuestos por la defensa de Brenda Agüero– realizaron varios cuestionamientos al peritaje oficial.
En el informe del 15 de noviembre de 2022, remarcaron que no tuvieron acceso a las entrevistas “en el mismo recinto en el que se encontraba Brenda”. Y en la audiencia, destacaron que la acusada no tiene ningún trastorno en salud mental; tampoco una patología ni un comportamiento impulsivo. “¿Cómo pudo haber obrado de esa manera sin ningún antecedente en su historia de vida que haya llamado la atención?”, se preguntaron.
Doffo contó que compañeros de trabajo del centro de salud de Río Ceballos (donde Brenda se desempeñó antes de ingresar al Sanatorio Allende y al Neonatal) la describieron como “buena compañera, dulce, predispuesta, atenta y activa”. La misma percepción tuvieron otras compañeras de trabajo, agregó.
La trabajadora social aclaró que Brenda no se relacionaba demasiado con la gente porque se levantaba de madrugada y volvía de trabajar a la noche. “Pero siempre estaba atenta a los demás”, aseguró.
Por su parte, Quiroga sostuvo que los rasgos no hacen a la estructura de una personalidad. Dijo que Brenda no era una persona impulsiva: “Yo puedo tener un rasgo obsesivo, pero no por eso voy a ser un neurótico obsesivo”, deslizó.
El psiquiatra cuestionó el peritaje oficial por no encontrar “ninguna conducta significativa de una personalidad psicopática o psicótica”. “No está, no aparece. Tampoco hay antecedentes. Brenda es una persona descripta como estudiosa y cuidadosa. ¿Dónde están los elementos para acusarla?”, cuestionó Quiroga.
Finalmente, la perito de parte Florencia de Gaetano (propuesta por la querella) sostuvo que de las entrevistas se desprende que existió fabulación y sadismo.