Por decisión unánime, los jurados populares y los vocales de la Cámara 6ª del Crimen de Córdoba resolvieron este martes condenar a la pena de prisión perpetua a dos hermanos, tras encontrarlos culpables de abuso sexual en contra de dos hermanas, una de las cuales se quitó la vida.
La pequeña fallecida tenía apenas ocho años y armó una logística enorme para quitarse la vida un domingo en un lugar de acceso público en la pequeña comunidad de Colonia Vicente Agüero, ubicada a unos 55 kilómetros al noreste de la ciudad de Córdoba.
El hecho ocurrió el 22 de noviembre de 2020 y causó una profunda consternación en esa pequeña población cordobesa.
Aunque unas 20 personas se hicieron presentes en la sala de la Cámara 6ª, el Tribunal del juicio sólo autorizó que ingresen la madre de las niñas víctimas, junto a la abuela y la bisabuela de las pequeñas durante los alegatos.
Tanto la madre como la abuela llevaban puesta una remera manga corta con cuatro fotos estampadas de la niña que tomó la trágica resolución de quitarse la vida.
El papá no concurrió a la audiencia final. Según se supo, estaba devastado. De un lado tenía a dos de sus hijos acusados de un crimen aberrante y del otro lado a sus dos hijas mujeres como víctimas.
Según trascendió, en su declaración ante la Cámara durante las primeras audiencias se quebró y narró su angustia por estar viviendo esa situación.
Al jurado popular le llevo más de cinco horas resolver la cuestión. La carga probatoria en contra de los acusados estaba en los peritajes, en la declaración de los profesionales de la psicología y la psiquiatría, y del médico forense.
Fue clave el desempeño del Polo de la Mujer en las horas posteriores al hecho luctuoso, especialmente porque hubo después coincidencia con la declaración de la otra hermana ante una Cámara Gesell.
Por las edades de las víctimas, la parte más difícil iba a ser acreditar los hechos mediante testigos, pero no fue necesario. La carga indiciaria derivada de los peritajes fue clave en la resolución.
Durante el momento de la lectura del veredicto, el tribunal sólo autorizó las presencia en sala de la madre de las niñas. Se hizo un silencio incómodo que duró unos 20 minutos hasta que ingresaron los jurados populares y los camaristas antes de proceder a la lectura del fallo por Secretaría.
Cuando la madre escuchó las palabras “prisión perpetua” hizo un profundo sollozo, contuvo las lágrimas y esperó hasta el final de la audiencia para fundirse en un abrazo con su abogado, Fernando Moyano, con el fiscal Fernando Palma, y con la asesora letrada que asumió la defensa de los menores.
A lo largo del proceso, el fiscal de Cámara no se apartó ni un centímetro de la tesis que le trajo el fiscal instructor, Guillermo Monti, esto es, que la resolución de la niña de quitarse la vida era consecuencia de haber sufrido abusos sexuales por parte de sus hermanos entre los cinco y los ocho años.
La pena la prisión perpetua que recibieron los imputados tiene 35 años de cumplimiento efectivo.
