La hiedra es una artista de la supervivencia que se las ingenia incluso en medio de las peores condiciones y sigue creciendo durante todo el año, si las temperaturas así lo permiten.
Por eso se encarga de cerrar rápidamente los huecos tras ser plantada. E incluso si se la poda en otoño, en primavera vuelve a crecer vigorosamente. Pero la hiedra es todavía mucho más que eso.
Plantas: 3 buenas razones para tener hiedra en el jardín
- Una compañera leal
Especialmente en invierno es el momento de la hiedra (Hedera helix), porque es una planta perenne y parece fresca incluso en los días más grises y lúgubres.
Sin embargo hay que esperar mucho para que florezca: de ocho a 10 años. No obstante, aun cuando ese lapso nos parezca largo, no lo es para la propia hiedra. Si se considera que la hiedra puede vivir hasta 200 años, todo se relativiza.
Si se trata de un ejemplar más joven o más viejo no sólo puede reconocerse a través de la flor. Al principio, las hojas son dentadas, casi palmeadas, con tres a cinco lóbulos triangulares. En comparación, las hojas no son lobuladas cuando la planta es más vieja, sino que tienen generalmente forma de diamante o de huevo.
Los ejemplares más viejos, de gran valor ecológico, pueden reproducirse en el jardín por esquejes. Así puede evitarse el periodo de espera inicial y tener plantas bajas y compactas con flores y frutos.
- Amiga de los animales
La hiedra como planta es de gran significación para el mundo de los animales del jardín. Su follaje y ramas están densamente ramificados, lo que la convierte en un buen refugio para aves y pequeños mamíferos.
Además, la hiedra ofrece comida, sobre todo en épocas en las cuales esto no se da por sentado, porque su floración es en otoño. Así, los sírfidos, las abejas silvestres, los abejorros y las mariposas pueden recoger el néctar y el polen en un momento en que no florecen muchas otras cosas.
Y esto también tiene ventajas para los jardineros, porque la hiedra, como fuente de alimento, ayuda a las hembras de los sírfidos durante la hibernación. Y así estas pueden hacerse cargo en primavera del control de plagas en el jardín, a tiempo y en gran número.
Tras la floración, de las inflorescencias racimosas nacen bayas de color negro azulado. Pájaros como mirlos y tordos recogen las bayas como alimento en invierno.
- La enverdecedora
Esta planta leñosa trepadora es una habitante de los bosques que se siente especialmente a gusto en lugares sombreados o semisombreados. Y le gusta conquistar árboles.
Eso no supone ningún problema para un árbol adulto. Al contrario, la hiedra incluso protege al árbol, cuyo tronco trepa, de la luz solar intensa y de las heladas. Si la hiedra se utiliza como vegetación en la fachada, también asume una función aislante en la edificación.
Sin embargo, la hiedra no goza de una buena reputación unánime como planta trepadora. A los árboles jóvenes hay que darles una ventaja de crecimiento antes de plantar hiedra a su lado.
También puede dejar daños en las fachas de las casas, ya que sus raíces adhesivas se introducen en las grietas y juntas de la pared.
Además de la forma silvestre que crece más rápido, también existen en el mercado variedades de hiedra de crecimiento más lento.
