Cualquier persona que haya tomado alguna vez el interno 3498 de la línea 600 de Ersa, en la ciudad de Córdoba, se encontró con Julieta “Pocha” González (44), la chofer solidaria.
Canal especial. Todo lo publicado en Héroes y heroínas cotidianos
De espíritu emprendedor y colaborativo desde la cuna, como se define, siempre trata de transmitir alegría a sus pasajeros. En alguna oportunidad, se calzó el traje de “Mamá Noel” y llevó algarabía en su recorrido durante las Fiestas de fin de año.
En 2021 a “Pocha” le diagnosticaron un cáncer de mama. Rápidamente, se tuvo que bajar del colectivo para comenzar su tratamiento. En ese contexto, la mujer decidió hacer turbantes y gorritos de colores para mirar la enfermedad “con otros colores”.
Tras su quimioterapia, Julieta perdió el cabello. Cuando comenzó a buscar un turbante para usar, no daba con algo alegre, algo que la estimulara y le diera energía. “Todo lo que se vendía era de color negro o beige”, contó a La Voz, y prosiguió: “Cuando estamos entrando en esta tormenta tan fea, necesitamos aferrarnos a algo que nos dé alegría”.
Fue así como la mujer le pidió a su amiga Sandra que le hiciera unos turbantes coloridos. Luego, empezó a tejer redes con otras mujeres con el objetivo de juntar telas y hacer cofias “llenas de vida” para niñas, niños y personas adultas que estén transitando alguna enfermedad oncológica.
En la actualidad, Julieta explota su faceta solidaria con la ayuda de Luján y de Elena, una chofer de Trolebuses. Juntas confeccionan los gorritos para luego donarlos.
“Ya hemos hecho una entrega en un hospital”, precisó “Pocha”, y añadió: “Fuimos con mi hija y con las chicas. Consultamos qué otras cosas necesitaban y nos dijeron: cuellos polares, para el frío, y juegos didácticos. Así que ahora hicimos una rifa para juntar el dinero, poder comprar nuevas telas y poner manos a la obra”.
Cómo está de salud y qué planes tiene a futuro
En noviembre de 2021, a Julieta le dieron el alta de su enfermedad. Pero en enero de este año tuvo una infección y tuvo que ser operada en dos oportunidades. Ahora está controlada y agradecida por el apoyo de sus médicos del Sanatorio Allende y de sus compañeros de trabajo de Ersa. Actualmente, hace un turno en la línea 25. “Tengo muy buenos compañeros y compañeras que siempre me apoyan”, dijo.
En relación con la comunidad cordobesa, Julieta dice que, según su percepción, son solidarios y no escatimó halagos para sus pasajeros. “Son lo más. Cada vez que solicito ayuda para alguna campaña y comparto algo en mis redes, están escribiendo para colaborar”, describió.
En su proceso de transformación ante las dificultades, Julieta va por más. Además de las cofias, quiere elaborar unos corpiños especiales para mujeres que transitan el cáncer de mama. Según contó, los sostenes que requieren son costosos, unos cinco mil pesos, y los traen desde Buenos Aires.
“He buscado la tela en Córdoba, pero no se consigue. Me gustaría poder confeccionarlos para donarlos a las personas que los necesiten”, recalcó.
Por último, instó a que todos los cordobeses se hagan los chequeos médicos de rutina “El cáncer te aparece de un día para el otro. Hay gente que queda a la mitad, otras que la reman, y otros que ayudamos e intentamos mirar con otros colores esta enfermedad”, cerró.
Cómo colaborar
Las personas que quieran ponerse en contacto con Julieta y colaborar con su proyecto solidario, pueden hacerlo al 0351-156636892.
Cómo podés ayudarnos a encontrar héroes y heroínas cotidianos
Desde La Voz, nos hemos propuesto reflejar historias cordobesas simples, de almas generosas que con pequeños gestos diarios marcan la diferencia.
Todas las semanas, encontrarás una nota que puede ser la de tu familia, un amigo, un vecino, alguien de tu escuela, de tu barrio. Si creés que con lo que hace es tu “héroe o heroína cotidiano”, podés contarnos y contactarnos por mensaje privado en nuestras redes en Facebook, en Instagram o en Twitter.
O si querés mandarnos un texto a través de un e-mail, podés hacerlo a edidigital@lavozdelinterior.com.ar.
