Frutas y verduras son fundamentales en una dieta equilibrada. Ambas comparten beneficios como el alto contenido en fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes.
Sin embargo, no se pueden sustituir unas por otras. Las verduras suelen aportar más hierro, calcio, vitamina C y fibra que las frutas. Además contienen compuestos únicos como el sulforafano, presente en el brócoli y otras crucíferas, que no se encuentra en las frutas.
“Es más fácil y dulce comer una pera que un plato de acelgas, pero no podemos establecer equivalencias porque sus nutrientes están en proporciones distintas”, explica Luis Zamora, dietista-nutricionista y fundador de la Sociedad Científica Española de Dietética y Nutrición.
Este experto recomienda consumir al día un mínimo de tres raciones de fruta y dos de verdura para garantizar una dieta equilibrada y variada.
Los licuados verdes: ¿amigos o enemigos de una dieta saludable?
El auge de los batidos verdes ha popularizado el consumo de verduras en forma líquida. Aunque podrían contar como una ración de verdura, Zamora advierte sobre algunos riesgos. Al licuar, se pierde la masticación, un proceso importante para enviar señales al cerebro de que estamos comiendo y para estimular el sistema digestivo.
Además, al concentrar varias verduras en un vaso, se pueden acumular sustancias como los oxalatos. En altas cantidades, estos compuestos pueden favorecer la formación de piedras en los riñones. “Consumir verduras de forma tradicional, en un plato, no genera estos riesgos”, enfatiza.
Suplementos vitamínicos: ¿solución o mito?
Muchas personas recurren a complejos vitamínicos para compensar carencias nutricionales. Sin embargo, Zamora subraya que estos no son un sustituto de una dieta adecuada. “Los nutrientes en pastillas no tienen la misma biodisponibilidad que los presentes en los alimentos”, explica. Además, muchos de estos suplementos terminan eliminándose sin ser aprovechados por el cuerpo.
La suplementación debe reservarse para casos específicos, como problemas de salud, embarazo o exigencias deportivas. La población general debe enfocarse en corregir su dieta en lugar de automedicarse con suplementos.
Por qué necesitamos tanto fruta como verdura
Frutas y verduras cumplen roles complementarios en la alimentación. Por ejemplo, una banana es rica en potasio, mientras que el tomate destaca por su contenido en licopeno, un antioxidante poderoso. Esta diversidad es clave para mantener una dieta variada, que aporte todos los nutrientes necesarios para una buena salud.
“No aporta lo mismo una acelga que un tomate. De ahí que la dieta debe ser equilibrada y variada, incluyendo diferentes alimentos dentro de cada grupo”, concluye Zamora.
Volver a lo básico
La solución no está en los atajos como los licuados o suplementos, sino en retomar hábitos saludables que incluyan la masticación y la variedad. Frutas y verduras, consumidas de manera natural, son insustituibles en una dieta saludable. Comer bien no es cuestión de fórmulas mágicas, sino de equilibrio y conciencia alimentaria.
Optar por una alimentación variada y equilibrada, priorizando alimentos frescos, garantizará una mejor salud y reducirá el riesgo de enfermedades asociadas a deficiencias nutricionales.
