Todavía resuenan las esquirlas de la polémica desatada la semana pasada en el acto antivacunas organizado por la diputada del PRO por Chaco Marilú Quiroz, bajo el título: “¿Qué contienen realmente las vacunas?”.
Durante la presentación, un hombre sin remera mostró –tras un par de intentos infructuosos– cómo se le pegaba un imán al pecho, culpando de ello a la vacuna de Covid-19.
Sociedades científicas salieron a cuestionar este acto, que se llevó adelante en el Anexo A de la Cámara de Diputados, y pusieron foco en las tres enfermedades prevenibles que están aumentando, en un contexto de preocupante descenso en las coberturas de vacunación.
1) Sarampión
Según el último reporte de coberturas de vacunas del Ministerio de Salud de la Nación, el porcentaje de población que se inmuniza con las dosis del calendario está cayendo de manera preocupante en todas las provincias.
En el caso del sarampión, se previene con la vacuna triple viral. La primera dosis se coloca a los 12 meses del bebé y la segunda, cuando cumple el niño 5 años. A los 11, se debe iniciar o completar el esquema.
La última información publicada es preocupante: apenas el 83,2% de los niños y las niñas de 12 meses en el país se colocaron la primera dosis de triple viral. En Córdoba, la cobertura fue del 84,9%. Y una situación aún más complicada se nota en la segunda dosis, que corresponde a los 5 años: sólo el 46,7% de los niños y las niñas se protegieron con la segunda dosis en el país. En Córdoba, la cobertura fue del 50,6%.
En esta última, todas las provincias se encuentran en rojo, excepto seis jurisdicciones que presentan niveles amarillos o naranjas.
2) Tos convulsa
También conocida como “coqueluche”, es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa provocada por la bacteria Bordetella pertussis. Los últimos reportes epidemiológicos de la Nación están advirtiendo un aumento preocupante de casos.
Esta enfermedad se previene con distintas vacunas contempladas en el calendario oficial: quíntuple, triple bacteriana celular y acelular. Una de las más importantes se aplica durante el embarazo, porque la inmunidad atraviesa la placenta y protege al bebé hasta los 6 meses.
La quíntuple (o séxtuple) protege además contra la difteria, el tétano, la hepatitis B y el Haemophilus influenziae b. Los datos oficiales indican que las coberturas van bajando a medida que aumenta la edad de la población objetivo, llegando a niveles preocupantes entre los 15 y los 18 meses, cuando corresponde el primer refuerzo, y durante el embarazo.
A nivel nacional, apenas el 68,8% de los niños de esa edad recibieron el refuerzo. En Córdoba, el porcentaje es del 73%.
Para que una cobertura sea óptima, se debe alcanzar entre el 90% y el 95% de la población.
En personas gestantes, tampoco se alcanzan los niveles óptimos. Apenas el 72% de las personas gestantes del país recibieron la dosis única en el embarazo. En Córdoba, el porcentaje es del 79,2%.
3) Tuberculosis
Esta patología provocada por el “bacilo de Koch” también viene en aumento en Córdoba.
La tasa de notificación (que se calcula cada 100 mil habitantes) se ubicó en 15,8 en 2024. La cifra aumentó cinco puntos porcentuales en seis años, si se compara con el 10,5 registrado en 2019.
Mientras tanto, en todo el país se confirmaron 15.611 casos –el número más alto de los últimos años– y una tasa de notificación promedio de 33,2 cada 100 mil habitantes, por encima de la de Córdoba.
Existe una vacuna eficaz para prevenir casos de tuberculosis grave y se aplica en los recién nacidos: la BCG. Aquí las coberturas son mejores. A nivel nacional, no se alcanzó el nivel óptimo: recibió la dosis el 87,1% de los recién nacidos. En Córdoba sí se llegó al 99%.
Debate y polémica
Durante la presentación de la diputada chaqueña Marilú Quiroz, como se mencionó en el comienzo de la nota, un hombre sin remera mostró –tras algunos intentos en vano– cómo se le pegaba un imán al pecho y se lo atribuía a la vacuna contra el Covid-19. Sin embargo, esto es falso. La razón por la que los imanes en ocasiones se quedan pegados a la piel se debe a un fenómeno físico llamado “tensión superficial” y no tiene relación con las vacunas contra el coronavirus, informó Chequeado.
Sin embargo, en la reunión conjunta de las Comisiones de Acción Social y Salud Pública y de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara de Diputados se dio un profundo debate, en el que se analizaron las causas de semejante caída en las coberturas de vacunación.
Adolfo Rubinstein, exministro de Salud de la Nación, explicó: “En las primeras décadas del siglo 20, ya se saldó el debate de que las vacunas salvan vidas”. Agregó que el descenso en las tasas de vacunación es un fenómeno multicausal, que no puede atribuirse únicamente al fenómeno “antivacunas”.
“Hubo un fuerte relajamiento de las conductas relacionadas con la vacunación en la sociedad. Lo que tiene que ver con una fatiga pospandémica. Por el otro lado, incide la falta de confianza pública y la actitud de autoridades sanitarias nacionales que cuestionan el beneficio que producen las vacunas”, indicó.
Rubinstein dijo que no se van a poder contrarrestar los brotes si las coberturas son bajas. “Hay que salir a reforzar las campañas. El Poder Legislativo debe presionar al Gobierno nacional para que se profundicen las medidas”.
Por su parte, Ángela Gentile, presidenta de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain), transmitió confianza en la toma de decisión avalada por múltiples actores que recomiendan las vacunas del calendario: “Son seguras, han sido avaladas y se usan en América latina”.
