La caminata afgana, también conocida como senderismo meditativo o yoga de senderismo, es una forma de caminar que combina la meditación con el ejercicio físico. Se basa en la sincronización de la respiración con los pasos.
Esta forma de caminar se originó en Afganistán, donde los nómadas la utilizaban para recorrer largas distancias. Se considera que tiene numerosos beneficios para la salud, tanto físicos como mentales.
Qué es la caminata afgana y cómo se practica
La marcha afgana se basa en la sincronización entre la respiración y los pasos. Combina así dos disciplinas: la meditación y el acto de caminar. Y se practica de la misma manera que los nómadas afganos: con una proporción de respiración por paso de 3-1/3-1.
- Se inhala por la nariz durante los primeros tres pasos.
- Se retiene el aire en los pulmones durante el cuarto paso.
- Se exhala durante los siguientes tres pasos, manteniendo los pulmones vacíos durante el último paso.
También existen otras variaciones según la intensidad del ejercicio. Por ejemplo, en el caso de un esfuerzo físico como la escalada, la técnica reduce los pasos a dos
- 2 pasos en inhalación
- 2 pasos en exhalación
Beneficios de la caminata afgana
- Adelgazamiento. La caminata afgana es un ejercicio cardiovascular que ayuda a quemar calorías. Se estima que una caminata de 30 minutos a un ritmo moderado puede quemar hasta 200 calorías.
- Reducción del estrés. La sincronización de la respiración con los pasos ayuda a reducir la ansiedad y el estrés. La meditación también puede ser beneficiosa para la salud mental, ya que ayuda a mejorar el estado de ánimo y la concentración.
- Fortalecimiento muscular. La caminata afgana fortalece los músculos de las piernas, los glúteos y el core.
- Mejora de la postura. La caminata afgana ayuda a mejorar la postura y la alineación de la columna vertebral.
- Aumento de la flexibilidad. La caminata afgana ayuda a aumentar la flexibilidad de las piernas y la espalda.
Consejos para practicar la caminata afgana
- Encontrá un lugar tranquilo para caminar sin distracciones.
- Comenzá a caminar a un ritmo cómodo.
- Sincronizá tu respiración con tus pasos, de forma que inhales durante tres pasos, retengas el aire durante un paso, y exhales durante tres pasos.
- Mantené la respiración profunda y uniforme.
- Concentrate en tu respiración y en tus pasos.
- Si sos principiante podés empezar caminando durante 10 minutos y luego ir aumentando el tiempo gradualmente.
Precauciones
Si tenés alguna condición médica, consultá con tu médico antes de practicar la caminata afgana.
- Para obtener mejores resultados, practicá la caminata afgana al menos tres veces por semana.
- Si te sentís cansado, podés reducir la velocidad o el tiempo de la caminata.
- Si te sentís mareado o con dolor, detenete inmediatamente.
