Una de las principales preocupaciones entre quienes toman antidepresivos es cómo será el proceso de suspenderlos. ¿Habrá síntomas físicos intensos? ¿Volverá la depresión?
Un nuevo estudio internacional publicado en Jama Psychiatry viene a desmentir muchos de esos temores.
El análisis, realizado por investigadores del Imperial College y el King’s College de Londres, examinó datos de más de 17.800 pacientes y concluyó que la mayoría no sufre síntomas graves al dejar los antidepresivos.
Además, se confirma que la depresión no forma parte del síndrome de abstinencia, sino que debe interpretarse como una posible recaída de la enfermedad original.
Qué síntomas son comunes (y cuáles no) al dejar los antidepresivos
Según la revisión de 50 ensayos clínicos, los síntomas más frecuentes tras suspender el tratamiento fueron mareos (7,5%), náuseas (4,1%), vértigo (2,7%) y nerviosismo (3%), cifras significativamente más bajas en comparación con lo que se temía hasta ahora.
La mayoría de los participantes experimentó solo un síntoma leve, lo cual está por debajo del umbral clínico considerado importante (que son 4 o más síntomas).
Por otro lado, no se detectaron síntomas de abstinencia graves en quienes interrumpieron el tratamiento de manera gradual y tampoco se observó un aumento en la recaída de la depresión, lo cual desmitifica la idea de que dejar el antidepresivo reactivará inevitablemente la enfermedad.
Qué tipos de antidepresivos causan más o menos efectos al interrumpir el tratamiento
El estudio abarcó varios tipos de antidepresivos, incluidos los más usados en la actualidad.
- Venlafaxina y duloxetina (IRSN): asociados con síntomas leves, especialmente mareos (20% en venlafaxina).
- Escitalopram, sertralina y paroxetina (ISRS): con baja incidencia de síntomas.
- Vortioxetina y agomelatina: mostraron efectos mínimos o nulos. En el caso de agomelatina, no se observaron síntomas adicionales al suspenderla.
Incluso en los ensayos más exigentes, la diferencia en la cantidad de síntomas entre quienes dejaban el medicamento y quienes seguían tomándolo era menor a un síntoma promedio en una escala de 43 ítems.
Por qué esta evidencia cambia la forma de entender la “abstinencia”
Este análisis es considerado el más amplio y riguroso realizado hasta la fecha. Aclara que la mayoría de las molestias tras dejar un antidepresivo no son graves, ni permanentes. Además, el estudio muestra que algunos síntomas también aparecieron en pacientes que tomaban placebo, lo que sugiere que podrían deberse a otras causas (como ansiedad anticipatoria o factores fisiológicos no vinculados al fármaco).
El profesor Allan Young, del Imperial College de Londres, destaca que esta evidencia debería tranquilizar tanto a pacientes como a profesionales de la salud. A su vez, propone actualizar las guías clínicas para reflejar los nuevos datos y reducir la desinformación que aún circula sobre este tema.
Qué tener en cuenta si estás por suspender un tratamiento con antidepresivos
Aunque el estudio demuestra que los síntomas graves son poco frecuentes, los expertos insisten en que la interrupción debe hacerse bajo supervisión médica. No todos los cuerpos reaccionan igual, y puede haber un subgrupo de personas más sensibles a los cambios farmacológicos.
También se advierte que la mayoría de los ensayos evaluó síntomas en las primeras dos semanas tras la interrupción, por lo que se necesitan más estudios sobre efectos a largo plazo, especialmente en pacientes con uso prolongado.