La Justicia de Córdoba se convierte en el epicentro de uno de los casos más trascendentes de la provincia. Comenzó este lunes 6 de enero un juicio histórico en los Tribunales provinciales, no sólo porque se da en una época inusual (en plena feria judicial) sino porque además se trata de un hecho tan escabroso como complejo.
En el hospital Neonatal Ramón Carrillo, una persona inyectó adrede potasio –y, en algunos casos, insulina- a 13 bebés entre marzo y junio de 2022. Cinco murieron. Francisco, Benjamín, Ibrahim, Angeline y Melody no están. La presunta autora material es una enfermera del departamento de obstetricia, Brenda Agüero, que está detenida desde el 19 de agosto de 2022.
Vanessa Cáceres, una de las madres afectadas por el caso neonatal que conmociona a Córdoba, se encontraba en el centro del proceso judicial que, para ella, representa un intento desesperado por encontrar justicia tras la pérdida de su bebé.
Su hijo Francisco, fue el primer bebé que falleció en el Neonatal el 18 de marzo de 2022. Le dijeron que fue por un “colapso posnatal”, pero ella sabe que eso es una rareza y que no les llamó la atención. Se abocó de lleno a estudiar la causa.
En diálogo con La Voz, Vanessa relató la angustia y el nerviosismo que siente al enfrentar cara a cara a quienes considera responsables de su dolor.
“Llegamos al lugar donde esperamos, pero la verdad es que genera mucho nerviosismo encontrarse con esta gente de frente. Es muy duro”, confesó Vanessa, visiblemente afectada, mientras recuerda el momento en que se presenta en la sala del tribunal para enfrentar a los acusados, entre ellos Brenda Agüero.
La situación es, sin duda, “emocionalmente desgarrante”, ya que está a punto de revivir las tragedias de muchas madres que, como ella, perdieron a sus hijos en circunstancias que aún están por esclarecerse.
Las expectativas de Vanessa y sus compañeras no son menores. “Lo que más deseamos es saber la verdad, llegar a la verdad absoluta y reconstruir nuestras historias. Queremos que se hagan responsables las personas que hicieron que nosotros estemos hoy acá”, señaló. La lucha no sólo se libra en la sala del tribunal, sino en el corazón de cada madre que clama por justicia.
Para Vanessa y otras madres que se encuentran en la misma situación, esta lucha se convierte en un camino hacia la sanación. “Nos vamos dando entre nosotras la fuerza necesaria”, explicó, refiriéndose al apoyo mutuo que se brindan con otras mujeres que atraviesan el mismo dolor. La solidaridad entre las madres se convirtió en un pilar fundamental para enfrentar este proceso judicial tan complejo.
“Este proceso es muy duro, pero lo tenemos que hacer por nuestros hijos”, concluyó. En su lucha, como en la de tantas otras, hay una demanda de justicia que resuene fuerte: que las vidas de sus hijos no hayan sido en vano y que, al fin, la verdad salga a la luz.
