La llegada de la ola polar agilizó los trámites para un proyecto de ordenanza presentado por el concejal oficialista Adrián Zanier, que además es arquitecto de profesión.
Esta iniciativa, que fue aprobada por unanimidad en el Concejo Deliberante, establece la obligatoriedad de que todas las nuevas construcciones cuenten con un detector de monóxido de carbono para obtener el “final de obra”, que es la autorización definitiva a nivel municipal.
Zanier admitió que se tuvieron en cuenta los graves episodios ocurridos en el país, pero también recordó que, en el último año, en Colonia Caroya se quemaron dos viviendas, aunque afortunadamente no se produjeron víctimas fatales.
Es por eso que se diseñó esta modificación a la legislación vigente, que establece la obligación de colocar detectores de monóxido de carbono.
El concejal explicó que es un aparato muy simple y de bajo costo, que puede conseguirse en cualquier ferretería o local de electrónica.
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Se coloca en los ambientes donde haya calefactores o elementos de “llama abierta”, que son los que generan este gas mortal, y emite una alarma que supera los 80 decibeles cuando detecta que el nivel de monóxido de carbono está por encima de lo admisible.
Zanier explicó que los más económicos –que ya están homologados– cuestan alrededor de 10 mil pesos, por lo que no implicará una erogación importante.
El concejal subrayó que este gas es un asesino silencioso y es fundamental tomar conciencia al respecto. “La vida no tiene precio”, expresó. Si bien hay que atender a la enorme diversidad en la situación socioeconómica de las familias caroyenses, consideró que hay que empezar a ocuparse de un tema tan relevante.
La flamante ordenanza también deja establecido que el municipio tendrá que llevar a cabo una fuerte campaña de difusión al respecto.
Los casos
En julio de 2024, una casa ubicada sobre calle 48 de Colonia Caroya sufrió un incendio total que comenzó en el sector donde estaba ubicada la salamandra. Afortunadamente, no había nadie en el interior al momento del siniestro y las pérdidas fueron totales.
Por otra parte, en junio de este año, otra vivienda sufrió un feroz incendio en un pasaje del barrio Los Álamos.
Según los peritos, el fuego comenzó por el sobrecalentamiento de un caloventor. Los vecinos tuvieron que romper las puertas para poder luchar contra las llamas hasta que llegaron los bomberos.
En este caso tampoco hubo víctimas, pero las pérdidas fueron casi totales.