“Vinimos en son de paz, ni cortamos la calle, nos atendió el intendente y salimos muy satisfechos con la respuesta de la autoridad máxima del pueblo”, afirmó Gustavo, uno de los choferes al salir del encuentro con Federico Zárate.
Alrededor de las 10:30 de la mañana, los conductores de taxis y remises, muchos permisionarios y propietarios de agencias, se concentraron en la Terminal de Ómnibus.
Desde allí caminaron dos cuadras hasta apostarse frente a la Municipalidad, donde fueron atendidos por el intendente Federico Zárate y la secretaria de Gobierno, Dra Betiana Fernández.
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El planteo fue por el malestar que generó en las últimas semanas una multiplicación de vehículos que brindan el servicio de Uber en la ciudad, a pesar de que no está regulado, por lo que no tienen permitido trabajar dentro del ejido.
Gustavo es el chofer que se convirtió en vocero de los transportistas y planteó que los viajes disminuyeron “hasta un 50 por ciento”, lo que hace peligrar la fuente de ingresos de alrededor de 300 familias.
Hace algunos meses se modificó la ordenanza que regula el servicio de taxis y remises y se simplificaron todos los trámites que deben realizar para poder trabajar. Pero quedó en la nebulosa la regulación de Uber.
En algún momento se mencionó la posibilidad de que los mismos permisionarios puedan sumarse a la aplicación y trabajar con la “tarifa estática”, que es la regulada municipalmente, y la “tarifa dinámica”, que es el modo de trabajar de la App de viajes, que depende de la demanda y de los horarios.
Finalmente, esto no quedó escrito y Uber no tiene autorización para operar en Jesús María.
Al salir de la reunión con el intendente, Gustavo aseguró que les prometió “más controles” en la vía pública.
