La Cumbrecita, el “pueblo peatonal” del valle de Calamuchita, es uno de los destinos serranos más pintorescos de la Córdoba turística.
Enclavado en las alturas de las Sierras Grandes, recrea un microclima ideal para recorrer sus senderos escarpados y muy forestados, trepar cerros y disfrutar ríos frescos y cristalinos, o descubrir ríos subterráneos y cascadas escondidas.
Eso, además de una particular arquitectura y una gastronomía que hacen foco en las tradiciones alpinas centroeuropeas.
Una perla serrana a sólo 120 kilómetros de la ciudad de Córdoba, por rutas asfaltadas, y con un alto desarrollo de infraestructura turística.
Además de las personas que deciden alojarse en sus 1.036 plazas de hoteles y cabañas (por estos días casi ocupadas a pleno) es intenso el flujo de visitantes que llegan a pasar el día.
Desde hace un cuarto de siglo, y como política de preservación ambiental, la comuna decidió restringir el tránsito vehicular a la zona céntrica, a la que, en auto sólo ingresan residentes y turistas alojados.
Los visitantes de un día deben dejar el auto antes de la puerta del pueblo, en playas de estacionamiento. Un modelo de “pueblo peatonal” que analizan, para aplicar, otros destinos argentinos como Purmamarca.
El estacionamiento tarifado, sin escapar a alguna que otra controversia, se sostuvo y amplió. La tarifa es de 700 pesos la estadía diaria que incluye el uso de sanitarios y el traslado para el regreso desde las 15 en colectivo hacia los sectores más alejados. No hay otra opción.
Aunque caminar “a la deriva” y descubrir de forma espontánea senderos que conducen a cascadas o arroyos encierra su encanto, la comuna diseñó una página web que brinda 11 senderos autoguiados y georeferenciados. Se presentan con una descripción detallada que incluye duración aproximada y distancia recorrida y permiten recorrerlos sin guía, ni riesgo, ni costo.
En general, son de dificultad moderada y duran menos de una hora, lo que permite recorrer más de uno en una jornada completa. Consultar en http://www.lacumbrecita.gov.ar/
Uno de los clásicos es el cerro Wank, que se eleva a 1620 msnm. “El sendero comienza a trepar costeando un frondoso bosque de abedules y pinos, y a medida que va ganado altura la vegetación se vuelve cada vez más escasa y comienza a verse desde lo alto los diferentes rincones del pueblo”, relata el sitio, con datos técnicos que ayudan a dimensionar el paseo. Desde arriba se ve hasta el dique Los Molinos a lo lejos.
Otra posibilidad es el sendero del casco histórico, que va guiando por plazas, miradores naturales, la capilla “de todas las religiones” y hasta una “calle oscura” por la forestación, sin dejar de lado el camino de las esculturas en madera realizadas sobre árboles caídos tras una gran tormenta en 2012.
Hay múltiples opciones de paseos sin costo. La página también ofrece una guía completa de establecimientos para alojamiento, gastronómicos y de servicios, más datos de contacto para efectuar reservas.
Excursiones de un día
De acuerdo al tiempo de que se dispone, se puede realizar alguna excursión algo más exigente, como la del ahora famoso río subterráneo con acceso a la “cascada escondida”, una excursión de entre seis y siete horas, que se cobra, de acuerdo al prestador, entre 3.000 a 3.300 pesos por persona.
La excursión a la cascada El Chorrillo, que va de los 2.500 a 2.800 pesos, de dificultad media y de unas cinco horas, es otra opción. Para cualquiera, se debe contratar previamente a prestadores y comienzan por la mañana.
Otra chance a mano son las cabalgatas, contratando el paseo en el ingreso de la localidad. El costo es de 1.500 pesos la hora e incluye guía, precisan Elsa y Ricardo, uno de los prestadores del servicio.
Senderismo, tirolesa y palestra, entre otras actividades de turismo de aventura, se pueden encontrar en el complejo Peñón del Águila, en un rincón paradísiaco de ríos y cascadas, cuyos pases para adultos, con preventa, arrancan desde los 4.800 pesos y llegan hasta los 9.000, según qué atractivos se contraten.
Al plato
Quienes deseen almorzar o merendar, encontrarán numerosas opciones gastronómicas, la mayoría a lo largo de la callecita central que atraviesa el casco histórico. Janina Quinteros, de Cucu Haus, mencionó algunos precios: el goulash con spatzle, que incluye agua o gaseosa, cuesta mil pesos. Un plato de pastas, desde 800, una trucha con guarnición cotiza 1,500 pesos y hay pizzas desde 800. Una jarra pinta de medio litro de cerveza, a 350 pesos.
Beli Mehnert, del restaurante Edelweiss, apuntó que una merienda cuesta desde 600 pesos, con torta, y un almuerzo o cena, desde los 750 pesos. La especialidad de su local es una pasta alemana rellena con carne de cerdo y verdura llamada Maultaschen, a 1.400 pesos. Una cerveza pinta cuesta 400 pesos.
Entre otros datos importantes para organizar la logística: la localidad no cuenta con estaciones de servicios ni bancos. Durante el verano, se instala un cajero automático móvil.
