La arquitecta Marcela Roig les advirtió a las autoridades municipales, en 2012, que algunos sectores del río Jesús María eran vulnerables sin pensar que las crecidas de 2013 y 2015 harían desastres y cambiarían drásticamente el paisaje. Ahora, forma parte del equipo que intenta remediar el daño con una intervención que dará forma al Parque Ecológico Riberas Oeste.
El proyecto es uno de los que los vecinos eligieron para que sea financiado por el municipio a través del presupuesto participativo y tendrá un costo de unos $ 6 millones.
La Municipalidad de Jesús María ya concretó la compra de 90 árboles, 100 arbustos, 156 plantas herbáceas, y 44 plantas rastreras con las que abarcará la primera de las tres etapas que contempla el proyecto de Riberas Oeste y que abarca a los barrios Los Nogales, Barrancas, y Alto Los Molinos.
Allí, plantarán Acacias, Garabatos, Chañar, Espinillo, y Sauce criollo, entre otros ejemplares, en uno de los proyectos más ambiciosos que surgió de los vecinos.
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Como parte de un trabajo de posgrado para una especialización en planificación y diseño del paisaje, la arquitecta Roig advirtió hace una década a las autoridades municipales que varios barrios corrían peligro frente a una crecida extraordinaria.Sus declaraciones de 2012 resultaron premonitorias de lo que ocurriría, principalmente, durante el 15 de febrero y el 3 de marzo de 2015.
“Barrancas, Los Nogales, el balneario, La Costanera, y Las Vertientes son algunos de los que están en riesgo porque se construyeron dentro de lo que se denominan terrazas de inundación. Detrás de Alianza es otro punto clave, Agua Mansa y el puente sobre la ruta 9 porque allí va a tender a estrangularse, va a intentar cortar por el barrio”, advirtió.
“En cada curva pronunciada –le dijo al intendente Gabriel Frizza en ese momento- es donde más peligro hay. Y sobre la falla geológica que empieza a la altura del puente de la ruta 9 todo el abanico que se abre allí es una zona de riesgo”.
Y exactamente en cada uno de esos puntos fue donde se concretaron las peores consecuencias.
Ayudar a remediar
Roig fue invitada como asesora especialista a darle forma a Riberas Oeste que está ubicado en la margen contraria al Parque del Oeste, la reserva con la que cuenta Jesús María.
-¿Cómo encararon este trabajo de remediación?
- Con una impronta ambiental y recuperando el balneario La Toma que siempre tuvo una importancia cultural para la ciudad. La idea es restringir el ingreso vehicular, cumplir con la normativa que abarca a las reservas ecológicas, por ejemplo, ya no se podrán hacer asados. Y también va a tener una finalidad educativa en el mediano plazo.
-¿La intervención será de bajo impacto con casi nada de cemento?
- La idea es que no se haga in situ ninguna obra más que la necesaria de infraestructura como la colocación de luminaria o traer el agua hasta este lugar. Todo lo que pueda ser armado fuera del lugar se hará así y se traerá acá para armarlo como si fuera un tetris.
-Parece mentira que las advertencias de 2012 nos hayan traído hasta acá ¿no?
- Mi trabajo demandó varias etapas, incluyendo un abandono para después retormarlo, pero creo que de aquel trabajo inicial que fue por un fin académico para tener mi especialidad mutó a otra forma de pensar y de encarar respuestas a los problemas.
-Lo importante es que se diseñó un parque enorme para una costanera del río que necesitaba remediarse
- El recurso de amparo que se interpuso en su momento logró un montón y después las sucesivas obras que se hicieron para proteger las márgenes suman. Y que sea una reserva es importante porque nos da pautas para intervenir en el lugar sin agredir y planificar defensas con una impronta más verde, más ecológica, que nos permita recuperar los bosques de ribera.
-¿Como era el monte hace 50 años?
- Exacto. La mejor manera de frenar los procesos erosivos es detectar humedales, lograr que el agua repose, y que no se avance con construcciones en las riberas del río que es una problemática a nivel mundial.
