FestiRío es una expresión de solidaridad, compromiso y esperanza. Cada año, su organización refleja el espíritu de trabajo conjunto de instituciones, vecinos y autoridades, convencidos de que los esfuerzos compartidos siempre dejan huellas profundas: obras tangibles y la emoción de saberse parte de algo que trasciende.
Tras un período de ausencia de seis años, el festival regresa este sábado 15 de noviembre con su octava edición al Polideportivo Municipal de Río Primero. Los mayores de 16 años pagarán una entrada general de $ 15.000, mientras que los menores de 15 entran gratis.
A partir de las 20.30, sobre el escenario brillará el show humorístico de Pirulo, con la participación de Mauro Villaverde y Gerardo Coniglio. El espectáculo musical estará a cargo de El Dani Guardia, Los Guaraníes y Ceibo.
También se realizará un bingo con más de $ 36 millones en premios, cuyo cartón para jugar cuesta $ 20.000.

Un clásico de la región
FestiRío nació en 2012, bajo la coordinación de la Municipalidad de Río Primero y con la activa participación de las instituciones locales, como un proyecto comunitario que reflejara la identidad, el trabajo y la solidaridad de todo un pueblo.
Desde su primera edición, el festival se distinguió por su carácter solidario y participativo, realizándose a beneficio total de las instituciones locales. Los fondos recaudados se distribuyen entre las entidades organizadoras, permitiendo la concreción de importantes proyectos y mejoras: construcción de nuevas aulas, instalación de acondicionadores de aire en escuelas, adquisición de móviles policiales y múltiples obras edilicias que mejoraron la vida de la comunidad.
Con el paso de los años, FestiRío se consolidó como uno de los eventos más grandes del departamento Río Primero, reuniendo a miles de vecinos y de visitantes en el Polideportivo Municipal, donde brillaron artistas de renombre nacional como Los Nocheros, Jairo, El Indio Rojas, Destino San Javier, Los Manseros Santiagueños, Sandra Mihanovich, entre muchos otros. Al mismo tiempo, fue una vidriera para los talentos locales y regionales, que encontraron en su escenario un espacio para mostrarse y crecer.
Su vuelta simboliza el reencuentro de un pueblo con su identidad festiva y solidaria, y la reafirmación de un principio que une: cuando Río Primero trabaja en comunidad, todo es posible.


























