La icónica Avenida San Martín, conocida cariñosamente por los caroyenses como “La Ancha”, celebra 110 años de la primera plantación de su extraordinario “túnel natural”. Esta impresionante arboleda de 13 kilómetros, conformada por 2345 árboles de plátano, no es solo un atractivo turístico del norte cordobés, sino un testimonio vivo de la historia, la inmigración y la visión de un futuro unido.
Raíces migratorias y un vínculo inesperado con Canadá
La historia de este singular túnel verde se remonta a la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento y su visión de poblar la Argentina, una política que continuó durante la presidencia de Nicolás Avellaneda. En este contexto, se produjo la llegada de inmigrantes provenientes de la región del Friuli-Venecia-Julia, quienes en 1878 escaparon del Imperio Austrohúngaro y se asentaron en la estancia jesuítica de Caroya. Estos inmigrantes, con dificultades para hablar español y enfrentando la escasez de agua, fueron los primeros forjadores de la localidad.
Paralelamente, Sarmiento buscaba estrechar lazos con Canadá, solicitando el establecimiento de una embajada o consulado en Argentina. Como gesto de buena voluntad, Canadá envió uno de sus árboles típicos y tradicionales: el plátano canadiense. Estos árboles no solo se encuentran en Buenos Aires, en la zona de Palermo, sino que también se multiplicaron y llegaron a Córdoba.
“Sarmiento decide comenzar a poblar esta Argentina, que luego será continuada en la presidencia de Avellaneda. Además, acompaña otro proyecto que tenía el padre del aula, que era de estrechar vínculos con Canadá y pedirle a este país del norte que tenga un embajador o un consulado en la Argentina”, expresó Paola Nanini, intendenta de la localidad, quien, como historiadora aficionada, conoce de la llegada de los árboles a Caroya, señala el sitio de Prensa de la Provincia de Córdoba.
Ampliando la información sobre el vínculo político entre ambos países, Nanini destacó que “Canadá tiene un gran gesto con la Argentina que es traer uno de sus árboles típicos y tradicionales que son los plátanos canadienses que se pueden encuentran en Buenos Aires, en la zona de Palermo, pero que además se multiplicaron y llegaron a Córdoba”.
Un símbolo de unión entre colonias hermanas
La historia de Colonia Caroya también estuvo marcada por decisiones políticas que buscaban unificarla con la vecina localidad de Jesús María. Según relata Oscar D’Olivo, un vecino de 104 años, el gobierno provincial propuso la unión de ambas comunidades. En este proceso de búsqueda de un símbolo que representara este vínculo, el árbol de plátano, donado por la Embajada de Canadá, fue elegido como emblema de esta unión.
“La plantación de los plátanos se hizo por etapas, se plantaron por lo menos dos kilómetros en un inicio”, relató. El crecimiento de la arboleda no fue uniforme, sino que avanzó con cada gestión. “Después vino otro periodo de intendentes y plantó tres kilómetros más, y así fue. A mi padre, que fue intendente de esta localidad, también le tocó hacer una buena extensión”, señaló con orgullo.

El entonces intendente expresó que “con el tiempo, el amor se encargará de unir los pueblos” y eligió a los plátanos como símbolo de ese futuro en común. La plantación de estos árboles buscaba ser un nexo entre las costumbres “gringas” de Colonia Caroya y la tradición española de Jesús María.
El nacimiento del túnel verde: una plantación con propósito
La primera plantación de plátanos en Colonia Caroya se realizó en 1913, y la última en 1915, consolidando así la avenida que uniría Colonia Caroya con Jesús María. Inicialmente, se plantaron casi 2.000 ejemplares. Oscar D’Olivo recuerda que la plantación se hizo por etapas, comenzando con al menos dos kilómetros.
Intendentes posteriores continuaron la labor, extendiendo la arboleda a lo largo de los 13 kilómetros de “La Ancha”, una calle que cuenta con acequias laterales que proporcionan la humedad necesaria a los árboles. Sin embargo, los inicios no fueron fáciles, con los primeros pobladores enfrentando la escasez de agua y la necesidad de proteger los jóvenes árboles.
Un legado vivo: beneficios ambientales y sentimiento de identidad
Hoy, el “túnel natural” no solo embellece el paisaje de Colonia Caroya, sino que también genera un impacto ambiental significativo. La intendenta Paola Nanini destaca que estos plátanos pueden reducir la temperatura de la avenida hasta 5 grados en días calurosos, creando un microclima especial. Además, la forma particular en que fueron podados históricamente, como si fueran frutales, ha dado lugar a ejemplares extremadamente altos, algunos superando los 40 metros de altura.
Para los vecinos, los plátanos son mucho más que árboles; son parte del alma de la ciudad. Comerciantes y residentes coinciden en que la identidad de Colonia Caroya está intrínsecamente ligada a esta avenida arbolada. En verano, el túnel se convierte en un refugio fresco y un lugar de disfrute para todos. En otoño, el paisaje se transforma con la caída de las hojas marrones, creando una estampa tradicional y hermosa.

Un símbolo con futuro
A 110 años de su inicio, el “túnel natural” de Colonia Caroya se erige como un símbolo de la perseverancia, la unión y la belleza natural. Es un legado que conecta el pasado inmigrante con el presente de una comunidad orgullosa de su historia y su paisaje único. La avenida San Martín, con su impresionante túnel de plátanos, sigue siendo el corazón de Colonia Caroya, uniendo generaciones y dando la bienvenida a quienes visitan esta tierra de rica historia y encanto natural.