En Elena, una pequeña población ubicada en el departamento Río Cuarto, en el sur de la provincia de Córdoba, los sueños se cumplen.
Allí, la mayoría de los chicos y las chicas se conocen de la escuela o de alguna otra actividad extra curricular que comparten.
Los “findes”, suelen jugar al fútbol. A Lautaron esa actividad le encanta pero tenía un impedimiento: no tenía botines y su familia no se los podía comprar.
Cuando sus compañeros de primaria se enteraron, no dudaron en buscarle una solución a esa problemática. Con mucho esfuerzo, estos chicos de entre 11 y 12 años vendieron pororó, alfajores y hasta dibujos en el pueblo para reunir el dinero que necesitaban para los botines de Lautaro.
Una docente del Centro Educativo Ricardo Gutiérrez, de la localidad, fue la encargada de contar la buena noticia en redes sociales.
“Cuando me enteré no pude contener mis lágrimas. Son unos genios. Lo lograron. Súper orgullosa de ustedes. Creo que el valor de la solidaridad lo tienen súper bien adquirido”, escribió la docente, y agregó: “Su compañero ya tiene sus botines para jugar al fútbol”.
Horas más tarde, un medio de comunicación de Río Cuarto se hizo eco de la historia y puedo hablar con los protagonistas.
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