La Biblioteca Popular de Luyaba, pequeño pueblo del sur del Valle de Traslasierra, cumplió 15 años y lo celebró con la participación de la destacada escritora cordobesa María Teresa Anduetto.
El centro cultural gravita intensamente en la población semi rural de la pedanía, con más de 500 socios activos en un pueblo de dos mil habitantes. Más de 60 libros de distintos géneros y perfiles se mueven cada semana entre el poblado y los parajes cercanos.
La eminente escritora cordobesa compartió dos días con la comunidad de la biblioteca, dirigiendo talleres con docentes, animadores y público en general.
En el final, brindó una charla sobre escritura ante un público que llegó desde distintos puntos del valle.
Para la fiesta, la tarde noche se llenó de color con guirnaldas de luces y banderines cruzando la calle principal, que va a la sierra. Sonaron voces alegres y acordes musicales, cerca de las empanadas y la cerveza artesanal.
Al pie de la montaña, y a 35 kilómetros al sudeste de Villa Dolores, Luyaba se muestra tranquila y sin pretensiones. Ha sido el último pueblo “descubierto” por los citadinos que buscan paz, y es notoria la actividad artística en diferentes disciplinas.
“Para nosotros, como biblioteca y como pueblo, es un gran acontecimiento recibir a María Teresa, semejante escritora, y que durante dos días nos enseñe y nos aliente con todo lo que ella sabe” dijo María Cristina Berazategui, actual presidenta de la entidad.
Libros viajeros
Lorena Garay es maestra, lugareña, y entusiasta de los libros. “Me encanta esta tarea, tenemos la “Biblioteca Viajera”, que presta libros en las escuelas del campo, pero además, acá en la sede se brinda apoyo escolar gratuito, se anima a la lectura infantil, hay un taller de pintura y dibujo para niños, además de presentaciones de libros y eventos como éste” resumió la docente. Y agregó: “Un desafío aparte es interactuar entre quienes somos de aquí y los vecinos nuevos, pero los proyectos de unión ayudan a superar diferencias, por ejemplo el “mural participativo” se hizo con artistas de acá, con motivos tomados de historias leídas en nuestros libros”. Se refiere a la fachada del edificio, donde se destacan efigies de distintos tamaños que llaman la atención de quienes pasan, obra que fue coordinada por el prestigioso artista Jorge Gonzalez Perrin, de Buenos Aires y afincado en la zona.
María José Seoane es escritora, vecina del lugar, y fue interlocutora en un intercambio público con Andruetto. “La biblioteca está en coordinación con la comuna, con las escuelas, la inspección educativa y el resto de la gente, se trata de construir comunidad, más allá del origen de cada vecino, y la respuesta de la gente es muy positiva” afirmó la escritora.
Y recordó que la “Biblioteca Viajera” llega a las escuelas de parajes alejados como Guanaco Boleado, San Isidro y Corralito.
“Tiempos difíciles”
Andruetto, docente y autora de más de 40 libros y premiada dentro y fuera del país, es conocida, además, por su compromiso con la educación y con los movimientos sociales.
“Estos encuentros en Luyaba han sido preciosos, el contacto con la gente alimenta mucho, y completa lo que uno hace en soledad, que es la escritura, esto me hace salir de esa soledad” dijo.
Ante un discurso hegemónico que aparece como hostil a la cultura y el lenguaje, la escritora afirmó: “Son tiempos difíciles, están a la orden del día la pérdida de derechos, el deterioro de la lengua en la comunicación, lo sesgado de las noticias, la crueldad; pero también, quizá como reacción, hay muchos proyectos colectivos que rescatan la palabra, la cultura y el encuentro”.
En ese sentido, la escritora rescata a la educación nacional: “Siempre ha habido una buena proporción de gente que trabaja en los centros populares, en la docencia, en el arte; Argentina fue el primer país de la región que tuvo una red de bibliotecas populares, que empezaron en los tiempos de Sarmiento, y la escuela hace un trabajo enorme, a pesar de las dificultades de la docencia” reflexionó.
Territorio de lectura
La familia de la psicóloga María Cristina Berazategui y el periodista Angel Stival donó hace años el terreno para la construcción de la biblioteca.
Cristina, de 78 años, recordó: “Antes, mi colega Carmen Cáceres fue una de las principales impulsoras de todo esto, ella tenía contactos con la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), y con otra amiga, Elena Borgolio formamos la comisión directiva, con vecinos conocidos del pueblo y el entonces jefe comunal, Ulises Altamirano”.
La actual presidenta de la organización cuenta que pasaron por distintos inmuebles, hasta que la personería jurídica les permitió gestionar con más firmeza. Igual tuvieron que hacer eventos con ventas de empanadas y locro para juntar fondos.
La construcción llevó años, y se inauguró en 2022. “Muchísima gente participó en la reunión de fondos, y hasta la realización del muro participativo, con técnicas artísticas muy especiales, contó con las manos de muchos voluntarios”.
